El capítulo «Aliento a la devoción» (1/3)


El espíritu de la Soka Gakkai de esforzarnos en la fe con la convicción de que «las dificultades son insignias de honor»


Publicamos una nueva entrega de la serie de disertaciones de Daisaku Ikeda Iluminando el mundo con el budismo del sol dedicada a abordar pasajes fundamentales del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente.

Para los miembros de la Soka Gakkai unidos por los lazos de maestro y discípulo, julio será siempre un mes relacionado con el espíritu de dedicación altruista al kosen-rufu.

En la mañana del 6 de julio de 1943, el presidente fundador Tsunesaburo Makiguchi y su discípulo Josei Toda fueron injustamente detenidos por las autoridades militaristas de Japón, acusados de alta traición y de violar la Ley de Preservación del Orden Público.[1] La única razón de ese acoso era la lucha incansable de ambos por la verdad y la justicia. El día de su arresto, de la persecución que afrontaron en bien de la Ley, es una fecha que nosotros, como discípulos, jamás debemos olvidar. Este año [2023] representa el octogésimo aniversario de ese episodio.

EL ESPÍRITU DE DEDICACIÓN ALTRUISTA CORPOREIZADO POR TRES PRESIDENTES FUNDADORES

Aun sometido a duros interrogatorios durante su detención, Makiguchi Sensei mantuvo un compromiso inalterable con la transmisión del budismo Nichiren. Habló con sus captores sobre sus enseñanzas y principios hasta el último momento, cuando murió en la cárcel como prisionero de conciencia.

Toda Sensei, su leal discípulo, sobrevivió a dos años de reclusión y, finalmente, fue puesto en libertad el 3 de julio de 1945 a las siete de la tarde. Se lanzó a reconstruir la Soka Gakkai y a luchar como un invencible campeón de la Ley Mística, decidido a demostrar al mundo la verdadera grandeza e integridad de su maestro.

Justo después de las siete de la tarde del 3 de julio de 1957, exactamente doce años después de la liberación de Toda Sensei, yo mismo fui detenido, acusado de cargos falsos. Este es el episodio al que nos referimos como el Incidente de Osaka,[2] en que las autoridades pusieron de manifiesto su perversa intención de destruir la Soka Gakkai. Fui liberado dos semanas después, el 17 de julio; esa tarde, en la Manifestación de Osaka,[3] juré junto a mis amados compañeros de Kansai que el budismo prevalecería.

Los primeros tres presidentes confrontaron las persecuciones con un compromiso altruista con el kosen-rufu, el espíritu que expresa el Sutra del loto en la frase «sin jamás escatimar ni el cuerpo ni la vida».[4] Ese compromiso ejemplifica la esencia de la Soka Gakkai y la verdad y la justicia de su causa.

Ya que en la Soka Gakkai existe la «dedicación altruista a propagar la Ley»,[5] tenemos la certeza de poder cumplir el gran juramento del kosen-rufu, lograr nuestra revolución humana personal y manifestar la budeidad en esta existencia.

ACTIVAR EL ESTADO DE VIDA DE LA BUDEIDAD MEDIANTE UNA FE INAMOVIBLE

En el transcurso de su vida, Shakyamuni se vio ante una serie de obstáculos conocidos como las «nueve grandes pruebas».[6]

Nichiren Daishonin sufrió la persecución de Tatsunokuchi,[7] el exilio a Sado[8] y muchos otros hostigamientos. Pero triunfó sobre todos ellos y, como Buda del Último Día de la Ley, abrió el camino para que las personas comunes pudieran lograr la budeidad.

Ser un devoto o genuino practicante del Sutra del loto implica necesariamente afrontar persecuciones y obstáculos. Por eso, Nichiren Daishonin escribe: «[S]in tribulaciones no habría devoto del Sutra del loto».[9] Cuando el devoto propaga la Ley Mística para la felicidad de la gente, invariablemente surgen grandes dificultades. Pero estas sirven para demostrar la rectitud de ese practicante.

De hecho, los obstáculos y el logro de la budeidad son dos caras de una misma moneda. La fe firme e inquebrantable activa en nosotros el estado de budeidad. En palabras del Daishonin: «Cuanto más grandes sean las dificultades que se abatan sobre él [es decir, el devoto del Sutra del loto], mayor será su deleite, gracias a la fuerza de su fe».[10]

Cuando nos dedicamos desinteresadamente a difundir la Ley Mística, las funciones negativas que existen en nuestra vida y que yacen ocultas en las oscuras profundidades de la sociedad salen a la luz. Provocamos su aparición deliberada para poder vencerlas, y en el proceso hacemos brillar más aún nuestra budeidad interior.

Desde el punto de vista de nuestra práctica, las dificultades aquí mencionadas no solo pueden referirse a la persecución o intimidación por parte de las autoridades, sino también a las críticas ignorantes con que debemos lidiar cuando hablamos a otros sobre la Ley Mística. Incluso aquí se cuentan diversos impedimentos y sufrimientos derivados del karma, que en su conjunto forman parte de «los tres obstáculos y los cuatro demonios».[11] Si recordamos las palabras del Daishonin que dicen que «los sabios se regocijan» cuando enfrentan dificultades[12] y, como discípulos, tomamos ejemplo de nuestros mentores con la convicción de que estos escollos nos impulsan hacia la iluminación, podemos avanzar infaliblemente hacia el logro de la budeidad en esta existencia.

En esta entrega, estudiaremos pasajes selectos del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente que versan sobre el capítulo «Aliento a la devoción» (13.o)[13] del Sutra del loto. Nuestro foco será el juramento y la misión de trabajar con altruismo para propagar la Ley Mística, que comparten los maestros y discípulos, gracias a lo cual pueden lograr la felicidad y la victoria mientras se esfuerzan denodadamente en bien del budismo, de sus semejantes y del mundo.

(Continuar leyendo la parte 2/3).


[1]Ley de Preservación del Orden Público: También conocida como Ley de Preservación de la Paz. Instrumento jurídico inicialmente promulgado en 1925 y modificado por completo en 1941, que se utilizó para reprimir la libertad de pensamiento en nombre de proteger la «política nacional» japonesa y de preservar la paz. Esta ley imponía graves castigos –entre ellos, la pena de muerte– a quienes se considerasen infractores.

[2]Incidente de Osaka: Episodio en el cual Daisaku Ikeda, por entonces responsable del cuerpo directivo del Departamento de Jóvenes, fue arrestado e injustamente acusado de violar la ley electoral en Osaka, en 1957, durante unas elecciones de renovación parcial de la Cámara de Consejeros (Cámara Alta). El juicio, que duró casi cinco años, terminó con la absolución total del maestro Ikeda, quien fue sobreseído de todos los cargos el 25 de enero de 1962.

[3]Manifestación de Osaka: Marcha que llevó a cabo la Soka Gakkai para protestar contra la injusta detención de Daisaku Ikeda, en ese momento responsable del cuerpo directivo del Departamento de Jóvenes, perpetrada por la Fiscalía del distrito de Osaka en relación con el incidente de Osaka. El punto de concentración fue el Centro Cívico de Nakanoshima, de dicha ciudad, el 17 de julio de 1957. Ese día, el joven Ikeda fue liberado tras dos semanas de interrogatorios a cargo de las autoridades. Se considera que esta marcha, que contó con la presencia de los presidentes Toda e Ikeda, fue el punto de partida de la «Kansai Siempre Victoriosa». En su discurso, el presidente Ikeda declaró que las personas plenamente comprometidas con la fe y la práctica budista siempre triunfarían.

[4]Espíritu de no escatimar la vida: Alusión a una frase del capítulo «Aliento a la devoción» (13.o) del Sutra del loto, que indica que debemos buscar la Ley y propagar el Sutra del loto de todo corazón, sin escatimar la vida. El sutra afirma: «[A]unque será difícil enseñarles y convertirlos [a los que vivirán en la época posterior a la muerte del Buda], nos armaremos del poder de una inmensa paciencia, y leeremos y recitaremos este sutra, lo abrazaremos, lo predicaremos y copiaremos, dando muchas clases de ofrendas sin jamás escatimar ni el cuerpo ni la vida» (SL, cap. 13, pág. 189). Desde el punto de vista de nuestra práctica budista actual, significa dedicar la vida a la Ley Mística, la enseñanza suprema que postula el respeto a la dignidad de la vida.

[5]Dedicación altruista a propagar la Ley: Término que aparece en el Comentario sobre el «Sutra del nirvana», del gran maestro Chang-an, con el cual se describe el espíritu correcto de enseñar y propagar el budismo.

[6]Nueve grandes pruebas: También llamadas «nueve grandes persecuciones». Referencia a las grandes pruebas que debió sobrellevar el buda Shakyamuni. Son enumeradas en el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría, y también aparecen mencionadas en otras fuentes budistas, con ligeras variaciones de texto. Entre ellas figuran episodios como el intento de homicidio perpetrado por Devadatta, quien le arrojó un enorme peñasco desde un acantilado, pero solo logró lastimarle un dedo del pie; o la trampa urdida por un grupo de brahmanes que instigaron a una hermosa mujer llamada Sundari a difundir rumores escandalosos para dañar la reputación de Shakyamuni.

[7]Persecución de Tatsunokuchi: El 12 de septiembre de 1271, las autoridades arrestaron a Nichiren Daishonin y lo llevaron a un lugar llamado Tatsunokuchi, en las afueras de Kamakura, donde intentaron ejecutarlo al amparo de la noche. Cuando el intento de ejecución fracasó, el Daishonin permaneció detenido en custodia y, un mes después, fue enviado al destierro en la isla de Sado, una condena que, por su dureza, equivalía a la pena de muerte. Sin embargo, cuando se cumplieron las dos calamidades predichas por el Daishonin –la rebelión interna y la invasión extranjera–, el Gobierno emitió un indulto en marzo de 1274, y Nichiren regresó a Kamakura.

[8]Exilio a Sado: Destierro de Nichiren Daishonin a la isla de Sado, situada frente a la costa occidental de Japón, que se extendió desde octubre de 1271 hasta marzo de 1274.

[9]Un navío para cruzar el mar del sufrimiento, en END, pág. 34.

[10]Ib.

[11]Tres obstáculos y cuatro demonios: Diversos obstáculos e impedimentos que buscan obstruir la práctica del budismo. Los tres obstáculos son: 1) el obstáculo de los deseos mundanos; 2) el obstáculo del karma; 3) el obstáculo de la retribución. Los cuatro demonios son: 1) el impedimento de los cinco componentes; 2) el de los deseos mundanos; 3) el de la muerte; 4) el del Demonio del Sexto Cielo.

[12]El Daishonin escribe: «En ese momento, invariablemente aparecen los tres obstáculos y los cuatro demonios; pero cuando ello sucede, los sabios se regocijan, mientras que los necios se echan atrás» (Los tres obstáculos y los cuatro demonios, en END, pág. 668).

[13]En el comienzo del capítulo «Aliento a la devoción» (13.o) del Sutra del loto, el bodisatva Rey de la Medicina y otros se arman del «poder de una inmensa paciencia» (SL, cap. 13, pág. 189) y juran llevar a cabo el kosen-rufu en el mundo de maldad posterior a la muerte de Shakyamuni «sin jamás escatimar ni el cuerpo ni la vida» (ib.). A continuación, los que escuchan la voz se comprometen a propagar ampliamente el Sutra del loto en otras tierras, y el Buda prosigue anunciando el futuro logro de la budeidad de diversas monjas. En la segunda mitad del capítulo, en la parte final en versos, los bodisatvas vuelven a proclamar ante el Buda el juramento de que transmitirán el sutra extensamente después de la muerte de Shakyamuni. Enuncian su voluntad de soportar todas las persecuciones y adversidades, sin arredrar jamás, ni aunque demonios malignos se valieran de otras personas para expulsarlos repetidamente, maldecirlos o injuriarlos. El capítulo siguiente, «Prácticas pacíficas» (14.o), describe el método para propagar el Sutra del loto, y de ese modo concluye la enseñanza provisional del Sutra del loto. Entonces comienza la enseñanza esencial, con el surgimiento de los Bodisatvas de la Tierra.

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