El capítulo «Aliento a la devoción» (2/3)


(Volver a la parte 1/3).

CAPÍTULO 13: ALIENTO A LA DEVOCIÓN TRECE PUNTOS IMPORTANTES
.
PUNTO 1, ACERCA DEL «ALIENTO A LA DEVOCIÓN»
.
El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente dice: La palabra «aliento» se refiere a la conversión de otros. La palabra «devoción» se refiere a la propia práctica. Nam-myoho-renge-kyo abarca tanto la conversión de otros como la práctica religiosa de uno mismo. Ahora, Nichiren y sus seguidores están alentando a otros a aceptar Nam-myoho-renge-kyo y a adoptarlo como su propia práctica.[14]

PROPAGAR LA LEY MÍSTICA CON EL MISMO JURAMENTO DEL BUDA

Comenzaremos con un pasaje del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente que explica el «aliento a la devoción».

El Daishonin señala que el «aliento a la devoción» comprende dos aspectos: la «devoción» –o, más literalmente, «adoptar las enseñanzas»– que se refiere a la propia práctica, mientras que «aliento» denota la transmisión de la práctica budista a los semejantes. En otras palabras, la frase refleja el espíritu de los bodisatvas de buscar no solo el propio bienestar, sino también la felicidad ajena. El Daishonin declara que entonamos Nam-myoho-renge-kyo como enseñanza válida para uno y para los demás.

Empecemos repasando los acontecimientos que transcurren en el Sutra del loto hasta este capítulo. El principal eje, hasta ahora, ha sido determinar a quiénes se les encomendará la propagación de la enseñanza correcta tras la muerte de Shakyamuni y quiénes llevarán a cabo la labor del kosen-rufu en la época de maldad conocida como el Último Día de la Ley.

El capítulo «El maestro de la Ley» (10.o) explica que los bodisatvas genuinos «han cumplido su gran juramento y, por haber tenido sentimientos compasivos hacia los seres vivos, han nacido en este mundo humano».[15] Estos bodisatvas, aun habiendo concretado lo que se habían comprometido a hacer [y pudiendo, por tal motivo, recoger las puras recompensas de su práctica budista], eligen un karma que los lleva a nacer en este mundo impuro en el Último Día de la Ley para guiar a todos los seres a la iluminación. Este es el compromiso de «adoptar voluntariamente el karma apropiado».[16] Dicho juramento de los verdaderos bodisatvas inevitablemente suscita una oposición de magnitud.

El capítulo décimo también dice: «Puesto que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, ¡cuánto peor será después de su muerte!».[17] En el Último Día de la Ley, solo Nichiren Daishonin fue blanco de las duras persecuciones y sentimientos hostiles que predice este pasaje.

A continuación, en el capítulo «El surgimiento de la torre de tesoros» (11.o), Shakyamuni insta a los bodisatvas reunidos en la Ceremonia en el Aire[18] a propagar el Sutra del loto después de su muerte. En primer lugar, expresa su deseo de legar la enseñanza del sutra a alguien. En segundo lugar, aclara que el anhelo de todos los budas es hacer que la Ley perdure para la iluminación de todos los seres. Y en tercera instancia, emplea la enseñanza de los seis actos difíciles y nueve actos fáciles[19] para poner de relieve la dificultad de propagar el sutra en la época posterior a su muerte.[20] También declara: «Esta es una difícil cuestión; es apropiado que hagáis un gran juramento»[21] y exhorta: «¡Que ahora, en presencia del Buda, esa persona [capaz de proteger, proclamar, leer y recitar este sutra] dé un paso adelante y pronuncie su juramento!».[22]

El capítulo siguiente, «Devadatta» (12.o) revela el beneficio del Sutra del loto de permitir a todas las personas lograr la budeidad (incluso a las mujeres y a las malas personas, a quienes se les había denegado esta posibilidad en las enseñanzas previas al Sutra del loto). Esto conduce al capítulo «Aliento a la devoción» (13.o), donde el foco vuelve a la propagación del Sutra del loto después de la muerte de Shakyamuni.

El significado central del capítulo «Aliento a la devoción» es señalar que los bodisatvas se ponen de pie para formular un juramento, en respuesta a las mencionadas exhortaciones de Shakyamuni. Los discípulos hacen el mismo juramento que el Buda, su maestro, y se comprometen a dedicar la vida a la difícil tarea de propagar la Ley Mística. Esa es la única manera de lograr el kosen-rufu en la época malvada del Último Día de la Ley.

LOS BODISATVAS APARECEN VOLUNTARIAMENTE EN LOS LUGARES MÁS DIFÍCILES

El capítulo «Aliento a la devoción» comienza con una declaración del bodisatva Rey de la Medicina y de otros bodisatvas que han percibido el deseo del Buda. Comprenden que los seres que vivirán en la época posterior a la muerte de Shakyamuni habrán acumulado pocas buenas causas, serán extremadamente arrogantes y, por lo tanto, renuentes a aprender. Así y todo, los bodisatvas juran armarse de enorme paciencia y propagar el Sutra del loto con bravura, sin escatimar su cuerpo ni su vida.[23]

En ese momento, los que escuchan la voz también enuncian un juramento. Declaran que, en la época oscura que vendrá tras la muerte del Buda, predicarán el Sutra del loto en otras tierras, porque la mente de las personas en este mundo saha[24] está nublada por la confusión y las ilusiones. El sutra dice que el mundo saha está poblado de seres con pobres raíces de bien, arrogantes, impuros, aduladores y engañosos.[25]

De ese modo, describe cuán difícil es promover el kosen-rufu en esa época perversa. La conclusión del sutra, que se revela más adelante, es que los protagonistas que asumen la tarea de propagar la enseñanza correcta en el Último Día no son otros que los Bodisatvas de la Tierra.[26]

Dicho de otro modo, solo lograremos el kosen-rufu mundial –la tarea a la cual convoca el Buda en el Sutra del loto[27]teniendo una red de personas comunes conscientes de su misión como Bodisatvas de la Tierra, una comunidad de individuos dispuestos a sumergirse en este mundo impuro de acuerdo con su juramento original.

El foco de esta parte del sutra está puesto en la práctica de los bodisatvas, en contraste con la de los que escuchan la voz. Ningún buda o bodisatva toma el camino fácil. Los bodisatvas escogen estar en los lugares más difíciles, y por eso su vida irradia la noble luz de la budeidad.

Por esa razón, el Daishonin afirma: «Ahora, Nichiren y sus seguidores están alentando a otros a aceptar Nam-myoho-renge-kyo y a adoptarlo como su propia práctica».[28] Nuestra práctica consiste en acercarnos valientemente a los demás y vivir entre ellos, como uno más, para compartir el budismo.

En la actualidad, solo los miembros de la Soka Gakkai han mantenido firmemente la práctica del «aliento a la devoción», al tiempo que sobrellevaban toda clase de obstáculos y adversidades. Hacer daimoku y enseñar a otros la práctica de Nam-myoho-renge-kyo, por la felicidad nuestra y de las demás personas, es nuestra noble misión como miembros de la Soka Gakkai conectados directamente con Nichiren Daishonin.

«¡VOY A LOGRAR EL KOSEN-RUFU

Tras el intercambio citado entre el Buda y los discípulos que escuchaban la voz, el sutra menciona a los bodisatvas que han alcanzado el estado del que no se retrocede,[29] expresando una vez más su deseo de que Shakyamuni les transfiera la misión de propagar el Sutra del loto después de su muerte. Sin embargo, el Buda permanece callado. Entonces, los bodisatvas profieren su «rugido de león» y juran responder a la voluntad del Buda y consagrarse a la misión de propagar la Ley.[30]

En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin explica el significado de la frase «lanzar un rugido de león» (en jap.: sa shishi ku):

El primer shi [que significa «mentor»] de la palabra shishi o «león» es la Ley prodigiosa que transmite el maestro. El segundo shi [que significa «hijo» o «discípulo»] es la Ley prodigiosa que reciben los discípulos. El «rugido» (ku) es el sonido del maestro y el discípulo que oran al unísono.

El verbo «lanzar», sa, debe interpretarse en este caso como «iniciar» o «proferir». Se refiere al inicio de Nam-myoho-renge-kyo en el Último Día de la Ley.[31]

Es fundamental que los discípulos inicien la acción. Tomar la iniciativa de compartir el juramento del mentor, entonar juntos Nam-myoho-renge-kyo y transmitir a otros las enseñanzas con todas nuestras fuerzas es «lanzar el rugido de león».

En el capítulo «Aliento a la devoción», Shakyamuni interactúa con los que escuchan la voz, pero no se dirige a los bodisatvas. Solamente los mira. Esto es muy significativo.

El kosen-rufu no es algo que podamos hacer porque alguien nos lo ordena. Sin una pura iniciativa personal, nacida de nuestro corazón, no podemos superar los obstáculos y las funciones negativas que se interpondrán en nuestro camino para lograr el estado de vida de la budeidad. Incluso términos como la «voluntad», el «designio» o el «deseo» del Buda solo tienen sentido si hay discípulos dispuestos a ponerse de pie con el mismo juramento que su mentor. La esencia de la fe y de la práctica budista yace en nuestro propio deseo y en nuestra iniciativa. La aspiración del Buda se concreta cuando los discípulos firmemente decididos y comprometidos se levantan y superan todos los impedimentos. La máxima expresión de esta postura es la fe basada en el espíritu de levantarnos solos.

Este fue, también, el clamor sincero que lanzó el señor Toda durante una de sus disertaciones sobre el Sutra del loto: «¡Voy a lograr el kosen-rufu!». Nuestro monumental rugido de león para la propagación de la Ley Mística se multiplicará a medida que más y más miembros de la Soka Gakkai se pongan de pie y declaren: «¡Voy a lograr el kosen-rufu!».

(Continuar leyendo la parte 3/3).


[14] ↑ OTT, págs. 109-110.

[15] ↑ SL, cap. 10, pág. 159.

[16] ↑ Adoptar voluntariamente el karma adecuado: Alusión a los bodisatvas que, aunque están calificados para recibir las recompensas puras de la práctica budista, renuncian a ellas y juran, en cambio, renacer en una tierra impura para salvar a los seres vivos. Ellos propagan la Ley Mística mientras sobrellevan los mismos padecimientos y aflicciones que la gente que nace en este mundo perverso a causa de su karma. El término deriva de la interpretación de Miao-lo sobre pasajes relevantes del capítulo «El maestro de la Ley» (10.o) del Sutra del loto: «Rey de la Medicina, debes comprender que estas personas voluntariamente renuncian a las recompensas que les corresponderían por sus acciones puras y, compadecidas ante los seres vivos, nacen en el mundo malvado después de mi extinción para exponer ampliamente este sutra» (SL, cap. 10, pág. 160).

[17] ↑ Ib., pág. 163.

[18] ↑ Ceremonia en el Aire: Una de las tres asambleas descritas en el Sutra del loto, en la cual toda la congregación de personas queda suspendida en el espacio por arriba del mundo saha. Va desde el capítulo «El surgimiento de la torre de tesoros» (11.o), hasta «La transferencia» (22.o). Los dos ejes de esta ceremonia son el surgimiento de la Torre de los Tesoros que irrumpe de la tierra, y la transferencia a los Bodisatvas de la Tierra –liderados por Prácticas Superiores– de la misión de propagar la esencia del Sutra del loto en la época corrupta posterior a la muerte de Shakyamuni.

[19] ↑ Seis actos difíciles y nueve actos fáciles: Comparaciones expuestas en el capítulo «El surgimiento de la torre de tesoros» (11.o) del Sutra del loto para enseñar a la gente lo difícil que sería abrazar y propagar el sutra en el Último Día de la Ley. Los seis actos difíciles son: 1) propagar el Sutra del loto ampliamente, 2) copiarlo o hacer que alguien lo copie, 3) recitarlo, aunque sea por poco tiempo, 4) exponerlo aunque sea a una sola persona, 5) escucharlo o aceptarlo y preguntar acerca de su significado y 6) mantener la fe en él. Los nueve actos fáciles son proezas como enseñar una cantidad incalculable de sutras que no sean el Sutra del loto, atravesar un campo en llamas cargando en las espaldas un fardo de heno sin quemarse, o arrojar de un puntapié un gran sistema planetario a otra parte del universo.

[20] ↑ Véase SL, cap. 11, págs. 177-179.

[21] ↑ Ib., cap. 11, pág. 177.

[22] ↑ Ib., pág. 179.

[23] ↑ Véase ib., cap. 13, pág. 189.

[24] ↑ Mundo saha: El lugar donde vivimos los seres humanos, colmado de sufrimientos. A menudo se traduce como «mundo donde se resiste». En sánscrito, saha denota la tierra; deriva de una raíz que significa «soportar» o «resistir». Por tal razón, en las versiones en chino de las escrituras budistas, saha se traduce como «resistencia» o «tolerancia». En este contexto, «mundo saha» significa el lugar donde los seres humanos se exponen a padecer sufrimientos.

[25] ↑ Véase SL, cap. 13, págs. 189-190.

[26] ↑ Bodisatvas de la Tierra: Innumerables bodisatvas que aparecen en el capítulo «Surgir de la tierra» (15.o) del Sutra del loto, a quienes Shakyamuni confía la tarea de propagar la Ley después de su muerte.

[27] ↑ En el capítulo «Asuntos pasados del bodisatva Rey de la Medicina» (23.o) del Sutra del loto, el Buda declara: «Después de que yo haya pasado a la extinción, en el último período de quinientos años, debes propagar [el Sutra del loto] en todas partes ampliamente, en todo Jambudvipa, y jamás dejar que se extinga». (Véase SL, cap. 23, pág. 285).

[28]OTT, pág. 110.

[29] ↑ Estado del que no se retrocede: También llamado estado de no regresión. Es uno de los estadios de la práctica del bodisatva. Quien llega a él jamás retrocede y siempre avanza en su práctica budista hacia la meta de la budeidad. Los bodisatvas en este nivel no descienden hacia ningún otro estado inferior de la práctica del bodisatva ni hacia los estados de los que escuchan la voz o de los que toman conciencia de las causas, ni tampoco hacia los cuatro malos caminos.

[30] ↑ Véase SL, cap. 13, págs. 191-192.

[31]OTT, pág. 111.

Scroll al inicio