Por Minoru Harada · Para el número de julio de 2024 de Daibyakurenge
En este día
de encarcelamiento y de liberación
se encuentran los lazos
de maestro y discípulo.
Ikeda Sensei escribió este poema en homenaje a la solemne historia de maestro y discípulo acuñada el 3 de julio.
Su mentor Josei Toda, el segundo presidente de la Soka Gakkai, privado de la libertad por el gobierno militarista japonés, salió de la cárcel el 3 de julio de 1945. Decidido a reivindicar a su maestro Tsunesaburo Makiguchi –el presidente fundador, que había muerto en prisión–, Toda Sensei se levantó solo e inició una contienda por el logro del kosen-rufu, con el deseo de aliviar el sufrimiento de la gente.
Doce años después, el 3 de julio de 1957, su discípulo Daisaku Ikeda fue arrestado y encerrado injustamente, bajo cargos falsos de haber violado la ley electoral del Japón. El 17 de julio, al ser liberado, declaró lo siguiente en la Manifestación de Osaka:[1] «¡La victoria final les pertenece a quienes luchan tenazmente en la fe!». En el juicio posterior, quedó públicamente probada su inocencia.
Nuestro objetivo del kosen-rufu implica luchar sin concesiones contra la naturaleza demoníaca de la autoridad, que inflige sufrimiento a las personas comunes, y escribir una historia de victoria del pueblo. Se trata de abrir rutas hacia un siglo de paz y de felicidad en el que todos puedan brillar, mediante la fuerza de cada individuo.
El sincero deseo de Ikeda Sensei fue que los jóvenes fueran sucesores de esta noble dedicación al kosen-rufu. Por eso, hace muchos años, cuando yo era responsable nacional del Departamento de Estudiantes [en Japón], entregó a un representante de esta agrupación una tarjeta donde había inscrito ese poema.
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Ikeda Sensei no escatimó el menor esfuerzo para asegurar que la marea surgente de la juventud Soka fuese capaz de sostener la plena responsabilidad del kosen-rufu. Recuerdo que, hace cincuenta años, en medio de un sinfín de ocupaciones y de compromisos editoriales, participó durante cuatro días seguidos en reuniones del Departamento de Estudiantes celebradas en julio.
Mantuvo pequeños encuentros de diálogo con los integrantes del departamento y se sentó con ellos a tomarse fotos conmemorativas. Se esforzó con determinación conversar y alentar cálidamente a cada miembro con el que encontró. En cada reunión, nos exhortó a ser líderes de la gente y constructores de un siglo de la vida.
En ese momento, Sensei acababa de regresar de su primer viaje a China, y en septiembre tenía prevista una visita a la Unión Soviética. A la vez que nos animaba y forjaba a los jóvenes, nos mostró con su propio ejemplo de diplomacia ciudadana lo que significaba ser un líder del pueblo.
«En la batalla, un general es como el alma de sus soldados».[2] El espíritu de maestro y discípulo es asumir es situarse a la vanguardia y usar la voz en bien de la verdad y de la justicia, para abrir rutas hacia una nueva era. Es forjar valores humanos mediante nuestro propio ejemplo.
Julio es el mes en que renovamos nuestro juramento para determinar la victoria de la gente. ¡Hagamos arder vivamente la llama del kosen-rufu y generemos un torbellino de diálogo para crear un camino de esperanza para toda la humanidad!
(Traducción del artículo publicado en la edición de julio de 2024 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.)
[1] Manifestación de Osaka: Marcha que llevó a cabo la Soka Gakkai para protestar contra la injusta detención de Daisaku Ikeda, en ese momento responsable del cuerpo directivo del Departamento de Jóvenes, por parte de la Fiscalía del distrito de Osaka en relación con el Incidente de Osaka. Se convocó en el Centro Cívico de Nakanoshima, de dicha ciudad, el 17 de julio de 1957, el día de la liberación de Ikeda Sensei tras dos semanas de interrogatorios a cargo de las autoridades.
[2] La supremacía de la Ley, en Los escritos de Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2020, pág. 644.