Practicamos la Ley Mística, máxima expresión del bien


A continuación se transcriben fragmentos de la orientación brindada por Daisaku Ikeda en una reunión especial con los participantes en el Curso de Jóvenes de la SGI de 2002, celebrada en el Centro Cultural Soka de Shinanomachi, Tokio, el 8 de septiembre de ese año. El vídeo de esta reunión se mostró en la reciente reunión de la sede central para responsables, realizada el 29 de junio pasado.

Los beneficios que obtenemos a través de nuestro trabajo por el kosen-rufu son eternos e indestructibles; perduran a lo largo del pasado, el presente y el futuro.

Nichiren Daishonin afirma con respecto a los beneficios (en japonés, kudoku): «En la palabra kudoku, la partícula ku se refiere al mérito de erradicar el mal, mientras que la partícula toku o doku se refiere a la virtud que uno adquiere generando el bien».[1] Un aspecto del beneficio yace en eliminar el mal. No podemos lograr la felicidad verdadera sin erradicar las impurezas y las tendencias negativas y destructivas que existen dentro de nosotros. Debemos luchar contra esta clase de inclinaciones perniciosas.

Todos vosotros estáis liderando un gran movimiento por la paz y la justicia en todo el mundo. A la luz de los sutras budistas y los escritos de Nichiren Daishonin, no hay absolutamente ninguna duda de que, mediante vuestro noble y sincero esfuerzo como jóvenes, gozaréis de beneficios infinitos.

Daisaku Ikeda saluda a los participantes en el Curso de Jóvenes de la SGI (Tokio, 8 de septiembre de 2002) | Foto: Seikyo Shimbun

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El corazón humano es insondable; es voluble y varía continuamente. De un instante al siguiente, nuestro estado interior cambia. Experimentamos emociones diversas: alegría, tristeza, ira, dolor… También la vida está llena de cambios. Por eso, durante incontables siglos y milenios, la humanidad se ha planteado una cuestión fundamental: cuál es el mejor camino y el más seguro hacia una felicidad duradera.

Nichiren Daishonin reveló una solución fundamental a este problema clave de la existencia humana. Enseñó que a través de entonar Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon podemos transformar cualquier tipo de karma y afianzar un estado interior de felicidad absoluta.

El Daishonin señala: «Cuando Nichiren y sus seguidores creen en Nam-myoho-renge-kyo y lo aceptan [como medio fundamental para la iluminación de todos los seres], toman posesión de una joya de valor inapreciable; como dice el capítulo “Creencia y comprensión” [del Sutra del loto], “Este cúmulo de joyas inapreciables / ha llegado a nosotros sin que lo hayamos buscado”».[2] Esta valiosa gema de la Ley Mística es el más preciado de todos los tesoros.

Deseo expresar mi sincero respeto a todos vosotros, nobles emisarios del Buda y dueños de esta joya sin igual.

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Aunque hoy nuestro tiempo es limitado, me gustaría dedicar unos minutos a responder preguntas que podáis tener, ya que habéis viajado desde tan lejos para estar aquí. Si hay algo que deseéis preguntar, hacedlo sin dudar.

Un miembro del Departamento de Hombres Jóvenes de la SGI de Estados Unidos: ¿Cómo reconocer la diferencia entre el bien y el mal?

Ikeda Sensei: Es una pregunta muy difícil. En el campo de las relaciones internacionales, y también en los vínculos familiares e interpersonales –como en muchas otras áreas de la vida–, vemos disputas, confrontaciones y conflictos de intereses. En demasiados casos, no se puede determinar claramente qué lado está en lo correcto y qué lado se equivoca.

Entonces, ¿qué es el bien? ¿Y qué es el mal? Esta es y será una pregunta esencial y eterna para todo el género humano. Como tal, lo único que podemos decir inequívocamente es que Nam-myoho-renge-kyo representa la máxima expresión del bien. Nam-myoho-renge-kyo es la gran Ley, eterna e invariable, que permea el universo entero. Por ser una ley universal, no es algo que alguien haya creado. Tampoco es algo sujeto a cambios. Es la verdad.

Toda vida está dotada de los diez estados. Por ende, poseemos en nuestro fuero interno el estado de budeidad. Esta condición vital no la generamos nosotros, sino que la extraemos desde adentro. Y el Gohonzon es el medio para hacerlo.

Por otro lado, la vida de quienes abrazan la Ley Mística y dedican su existencia al kosen-rufu representa el bien supremo, el máximo bien.

Permitidme agregar que es absolutamente incorrecto quitar la vida de otro ser humano. Es algo que jamás debemos hacer, en ninguna circunstancia.

A la inversa, es correcto y bueno actuar con el deseo de que los demás sean felices y con el espíritu de dirigir el mundo en dirección a la paz.

Una miembro del Departamento de Mujeres Jóvenes de la SGI de Australia: ¿Podría por favor darnos algunas recomendaciones para hablar con otros jóvenes de nuestra edad sobre la grandeza del budismo Nichiren?

Ikeda Sensei: Diles lo que significa para ti vivir con convicciones. Explícales que has podido construir una vida de valor mientras compruebas con cambios reales el poder que tiene la práctica budista, y cuéntales cómo te sientes sabiendo que estás avanzando con firme valentía y esperanza en el futuro.

En definitiva, todo se reduce a que puedas transmitir con orgullo tu convicción y tus experiencias en la fe. Ese tipo de diálogo sembrará en la vida de tus amigos las semillas de la esperanza y de la felicidad. Y esas semillas, a su debido tiempo, echarán raíces, germinarán y florecerán. Hasta entonces, es suficiente con que sigas haciendo daimoku y esperando a que llegue ese momento.[3]

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Las realidades que nos esperan en el siglo XXI no serán todas brillantes y positivas. Habrá países y comunidades que hagan frente a diferentes adversidades, pruebas y conflictos. Como practicantes de la Ley Mística, construyamos un yo fuerte, una sólida identidad, para poder vivir con optimismo y alegría cualesquiera sean las circunstancias que el futuro nos depare.

También espero que trabajéis juntos para hacer de vuestras comunidades y países lugares donde la gente pueda llevar existencias felices y plenas.

Esta es la razón por la cual nos esforzamos en bien del kosen-rufu. No hay camino más elevado ni forma de vida más noble.

Una vez más, os agradezco profundamente por haber recorrido tan largas distancias para llegar a Japón. Oro con fervor para que todos, sin excepción, construyáis vidas espléndidas y familias maravillosas. La existencia de cada uno de vosotros es tremendamente importante y valiosa. ¡Haced de ella la más preciada, memorable y triunfal!

(Traducción del artículo publicado el 15 de julio de 2024 en el Seikyo Shimbun).


[1] ↑ OTT, pág. 148.

[2] ↑ SL, cap. 4, pág. 87, citado en OTT, pág. 55.

[3] ↑ Véase también, en este mismo número, la sección «Estudio».

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