CAPÍTULO 16: LA DURACIÓN DE LA VIDA DE EL QUE ASÍ LLEGA
VEINTISIETE PUNTOS IMPORTANTES
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Punto 15, acerca del pasaje: «Cuando los seres presencian el fin de un kalpa / y todo es consumido en un gran incendio, / esta, mi tierra, permanece a salvo y en calma, / siempre colmada de seres humanos y celestiales. / Variadas clases de gemas adornan sus recámaras y pabellones, / sus jardines y bosques. / Hay árboles enjoyados, henchidos de flores y de frutos, / bajo los cuales, plácidos, gozan los seres vivos. / Las deidades baten tambores celestiales / e interpretan sin pausa música de diversas clases. / Llueven flores de mandarava / que se esparcen sobre el Buda y sobre la gran asamblea. / Mi tierra pura no es destruida, / pero la multitud ve que el fuego la consume / y cunden la angustia, el temor / y toda clase de sufrimientos. / Estos seres vivos, con sus diversas faltas, / mediante causas derivadas de sus malas acciones, / pasan asamkhyas de kalpas [11] / sin escuchar siquiera el nombre de los tres tesoros. / Pero quienes practiquen caminos meritorios / y sean bondadosos, pacíficos, honestos y rectos, / todos ellos me verán / aquí, en persona, predicando la Ley.[12]
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El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente señala: este pasaje es un himno de alabanza al principio de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, revelado en el capítulo «La duración de la vida» de la enseñanza esencial. Las palabras «Cuando […] todo es consumido en un gran incendio» indican, en efecto, el gran fuego de los deseos mundanos.[13] Las palabras «esta, mi tierra, permanece a salvo y en calma» denotan el ámbito del medio ambiente. Las palabras «bajo los cuales, plácidos, gozan los seres» se refieren al ámbito de los seres vivos. Las palabras «Hay árboles enjoyados, henchidos de flores y de frutos» significan el ámbito de los cinco componentes. Así pues, esta parte del pasaje habla, claramente, del principio de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital.[14]
LA PARTE EN VERSO DEL CAPÍTULO «LA DURACIÓN DE LA VIDA» ES UNA ODA A NUESTRA PROPIA VIDA
El Daishonin nota que cuando combinamos el primer carácter chino ji («yo»), en la estrofa inicial de esta sección en verso –ji ga toku burrai («Desde que yo logré la budeidad»)–[15] con el último carácter shin («cuerpo») del verso final –soku joju busshin («adquirir rápidamente el cuerpo de un buda»)–,[16] se forma la palabra jishin, que significa «uno mismo».[17] En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin pone de relieve el profundo significado de esto e interpreta que dicha parte en verso, desde el principio hasta el final, es una oda de alabanza a la vida del Buda, que trabaja sin pausa para aliviar el sufrimiento de la gente, pero también es, al mismo tiempo, una loa a nuestra propia existencia, en la cual se celebra que todos los seres de los nueve estados son budas intrínsecamente. Y quienes hemos heredado esa gran lucha del Buda y nos dedicamos a mantenerla somos nosotros, los miembros de la Soka Gakkai.
El pasaje que estamos estudiando aquí se centra en una cita del sutra donde se afirma que, para los que creen en la Ley Mística, este mundo saha[18] es la verdadera tierra de buda, donde el Buda vive eternamente. El Daishonin señala: «Este pasaje es un himno de alabanza al principio de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital,[19] revelado en el capítulo “La duración de la vida” de la enseñanza esencial».[20] Como «esclarecen las revelaciones de este capítulo “La duración de la vida”»[21] –observa–, los seres inmersos en el sufrimiento pueden corporificar la Ley Mística de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, que les permite percibir su budeidad innata.
Aquí, el Daishonin se enfoca, específicamente, en el aspecto de los tres principios de individualización (o tres ámbitos de la existencia): el ámbito del medio ambiente, el ámbito de los seres vivos y el ámbito de los cinco componentes.[22] Los tres principios de individualización son un elemento central dentro de la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, que el budismo Nichiren considera una explicación fundamental sobre la transformación.
En otras palabras, cuando, en una época oscura, el mundo se ve envuelto en el gran fuego de los deseos mundanos, quienes practican la Ley Mística –afirma el Daishonin– pueden transformar el lugar donde viven en una tierra segura y tranquila. Para nosotros, este es nuestro «ámbito del medio ambiente». Además, quienes se esfuerzan por lograr el kosen-rufu adquieren un estado de vida que les permite «gozar plácidamente» de la existencia. Esto sería, para nosotros, el «ámbito de los seres vivos». La tierra se engalana de hermosos jardines y setos. Los «árboles enjoyados, henchidos de flores y de frutos» (imagen que corresponde a las nobles personas que imparten a los semejantes abundantes beneficios) indican que el amor compasivo inspira cada aspecto y función de nuestra vida. Esto sería el «ámbito de los cinco componentes».
El Daishonin declara: «Hoy, Nichiren y sus seguidores, quienes entonan Nam-myoho-renge-kyo, son las mismísimas personas a quienes se refiere este pasaje [del sutra]».[23] Cuando creemos en la Ley Mística, nuestro estado de budeidad ilumina esos tres ámbitos en su totalidad –es decir, los tres principios de individualización–, basado en las funciones de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital.
EL KOSEN-RUFU ES LA FORMA DE CONSTRUIR UN VERDADERO MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD
El 8 de septiembre de 2002, un año después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, me encontré en Tokio con jóvenes representantes de todo el mundo. Después de hacer el gongyo y de orar por la paz mundial junto a esos camaradas juveniles dedicados a su misión desde el lejano pasado, me referí al pasaje del Sutra del loto que dice «[E]sta, mi tierra, permanece a salvo y en calma, siempre colmada de seres humanos y celestiales». Les dije:
En el mundo actual sigue habiendo enormes sufrimientos, que causan a las personas dolores extremos, como si un gran fuego las quemara.[24] Nuestro gran movimiento por el kosen-rufu, que proclama la filosofía de la eternidad de la vida, está firmemente comprometido a crear un mundo donde todos podamos vivir en paz y en felicidad, una sociedad ideal como la que el ser humano ha anhelado desde siempre.[25]
Todos me escucharon seriamente, con los ojos brillantes de determinación, atravesados por una corriente de júbilo y de juramento. En el corazón de esos jóvenes líderes ardía la potente convicción de que, fuera de este mundo real, no existe ningún reino ideal de felicidad, y la apasionada decisión de crear una sociedad que concuerde con las palabras del Buda: «[E]sta, mi tierra, permanece a salvo y en calma». Tuve la certeza de que ellos representaban el epítome de la paz para la familia global.
Cuando se multipliquen en el mundo las jubilosas acciones de los valientes Bodisatvas de la Tierra, dedicados a «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», se abrirá el camino hacia la creación de una genuina sociedad feliz y próspera para todos. Este es el quid de nuestro movimiento sin precedentes, alineado con la filosofía esencial del cambio, la enseñanza real de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital.[26]
(Continuar leyendo la parte 3/4).
[11] ↑ El asamkhya era una antigua unidad numérica de la India empleada para denotar valores extremadamente elevados. El kalpa, en la antigua cosmología india, era un período de longitud extraordinaria.
[12] ↑ SL, cap. 16, págs. 229-230.
[13] ↑ Los deseos mundanos son funciones internas o pulsiones ilusorias que causan sufrimiento, distorsionan el juicio y obstruyen la práctica budista.
[14] ↑ OTT, pág. 136.
[15] ↑ SL, cap. 16, pág. 228
[16] ↑ Véase ib., pág. 230.
[17] ↑ Véase OTT, pág. 140.
[18] ↑ Mundo saha: El mundo en que vivimos los seres humanos, colmado de sufrimientos. A menudo se lo traduce como «mundo donde se resiste». En sánscrito, saha denota la tierra; deriva de una raíz que significa «soportar» o «resistir». Por tal razón, en las versiones en chino de las escrituras budistas, saha se traduce como «resistencia» o «tolerancia». En este contexto, «mundo saha» significa el lugar donde los seres humanos se exponen a padecer sufrimientos.
[19] ↑ Tres mil aspectos contenidos en cada instante vital (en jap.: ichinen-sanzen): Sistema filosófico desarrollado por el gran maestro T’ien-t’ai de la China, basado en el Sutra del loto. Los «tres mil aspectos» indican las características y fases variables que adopta la vida a cada momento. A cada instante, la vida manifiesta alguno de los diez estados. Cada uno de estos diez estados posee en sí mismo el potencial de los diez, lo cual da un total de cien estados posibles. Cada uno de estos cien estados posee los diez factores y opera dentro de cada uno de los tres planos de la existencia, totalizando tres mil aspectos. En otras palabras, todos los fenómenos están contenidos en cada instante vital, y cada instante vital impregna los tres mil estados o aspectos de la existencia; es decir, la totalidad del mundo fenoménico.
[20] ↑ OTT, pág. 136.
[21] ↑ Ib., pág. 137.
[22] ↑ Los cinco componentes son: forma, percepción, conceptualización, volición y conciencia.
[23] ↑ OTT, pág. 137.
[24] ↑ Véase SL, cap. 16, pág. 229.
[25] ↑ Cita de un discurso pronunciado por el presidente Daisaku Ikeda en una reunión especial de gongyo por la paz mundial con participantes del Curso de Capacitación Juvenil de la SGI de 2002, celebrada en el Centro Cultural Soka, en Shinanomachi, Tokio, el 8 de septiembre de 2002, conmemorando el 45.o aniversario de la «Proclama para la abolición de las armas nucleares» del segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda.
[26] ↑ Enseñanza real de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital: En el Último Día de la Ley, la Ley de Nam-myoho-renge-kyo revelada por Nichiren Daishonin es la enseñanza real de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital.