Recursos para la introducción de las reuniones de diálogo de la SGEs
La palabra «pensamiento» [en la frase «Mi pensamiento constante», del Sutra del loto] se refiere al pensamiento único, eternamente inherente, de Nam-myoho-renge-kyo. […] Ahora, el pensamiento que expresan Nichiren y sus seguidores, mientras entonan Nam-myoho-renge-kyo, es el pensamiento de la profunda bondad y el amor compasivo.
↳ OTT, pág. 110. El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente es una compilación de las enseñanzas orales de Nichiren Daishonin sobre el Sutra del loto expuestas durante sus años en el monte Minobu –lugar donde se estableció en mayo de 1274 y permaneció hasta el 8 de septiembre de 1282, pocas semanas antes de su fallecimiento–, enseñanzas que fueron registradas y recopiladas en dos volúmenes por su discípulo y sucesor Nikko Shonin. El pasaje del Sutra del loto citado se encuentra en SL, cap. 16, pág. 230.
¿Cómo superamos los sufrimientos que experimentamos en la vida? ¿Cómo adquirimos un estado vital inquebrantable que nos permita sentir la verdadera alegría de vivir? Una religión creadora de valor genuino se define por su capacidad de transformar la vida real de las personas y la sociedad. Esta convicción es lo que guio los nobles ideales y acciones del maestro Makiguchi. […]
Jao Tsung-I (1917-2018) fue uno de los más eminentes sinólogos de China. Cultivamos una profunda amistad e incluso publicamos juntos un libro. El doctor Jao inscribió y tuvo la generosidad de obsequiarme una maravillosa obra caligráfica donde se lee este pasaje del Sutra del loto: «Mi pensamiento constante es cómo hacer para que los seres vivos accedan al Camino insuperable y adquieran rápidamente el cuerpo de un buda». […]
En ese momento, me acordé de los maestros Makiguchi y Toda.
Makiguchi Sensei señaló que el propósito de la religión en la sociedad era «trabajar por la felicidad de la humanidad y hacer del mundo un lugar mejor», y Toda Sensei manifestó reiteradamente su apasionado deseo de erradicar el sufrimiento de la faz de la tierra.
El surgimiento de la Soka Gakkai está directamente ligado al pensamiento o deseo constante del Buda, expresado por las palabras «Mi pensamiento constante…». La nuestra es una organización que concuerda de manera exacta con el propósito del Buda y que lleva a cabo la sagrada y compasiva tarea de guiar a las personas a la iluminación, como juramento compartido por maestro y discípulo. Toda Sensei consideraba que cada integrante de la Soka Gakkai que se dedicaba a transmitir el budismo era un buda.
Nuestros miembros, como personas comunes, siempre buscan estar entre la gente y elevar el estado de vida de la humanidad, para hacer posible lo que llamamos «kosen-rufu mundial». Son nobles practicantes del camino del bodisatva, comprometidos con un gran movimiento religioso. No hay comunidad más noble o profunda.[1]
La cita y los pasajes de comentario antes recogidos provienen de una disertación de estudio de Daisaku Ikeda publicada a inicios del mes en que luego fallecería, hace ahora un año. Como una muestra más de agradecimiento hacia él, reproducimos a continuación otro pasaje del mismo texto, en el que reflexiona sobre sus propios esfuerzos como continuador de la labor de Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda. Al hacerlo, condensa el legado de los tres presidentes fundadores de la Soka Gakkai desde el punto de vista del Sutra del loto y la enseñanza de Nichiren Daishonin, y lo vincula con la misión de los discípulos y discípulas:
Makiguchi Sensei planteó un desafío agudo y fundamental al concepto filosófico tradicional del «valor de santidad» religioso desconectado del mundo real. Mi maestro, el segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, también aclaró en diversas ocasiones que no somos oportunistas espirituales que se aprovechan de la religión en beneficio propio.
Por mi parte, al heredar las enseñanzas de nuestros dos presidentes fundadores, me he esforzado al lado de mis compañeros miembros de la Soka Gakkai para expandir nuestra firme alianza en bien de la paz, la cultura y la educación, basada en el humanismo budista. El auténtico propósito de la religión es permitir a las personas ser fuertes, buenas y sabias.[2]
«Aunque, con la llegada del invierno, / soplen vientos tempestuosos, / en nuestro pecho / la inextinguible luz del sol / derrota la oscuridad».[3] Contemplado desde la distancia, el sol ofrece una imagen tan luminosa como estable, pero quienes estudian la actividad del astro saben que, en realidad, su brillo resulta de una verdadera lucha. La fotografía tomada tras la reunión de diálogo de octubre de este grupo del noreste de Madrid, que ciertamente hace honor a su nombre, responde también a un esfuerzo perseverante, que le ha permitido superar varios inviernos.
Envío de imágenes a: prensa@ediciones-civilizacionglobal.com
[1] ↑ Extraído de la sección «Estudio» de este número.
[2] ↑ Ib.
[3] ↑ Véase la revista CG, n.º 218, junio 2023, sección «40.º aniversario».