En abril, tras sus contribuciones durante la vibrante semana del 69.º periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en Naciones Unidas, celebrado en Nueva York, tuvimos el placer de mantener una conversación con Ivy Koek, integrante de la Oficina de la SGI para Asuntos de la ONU.
Antes que nada, muchas gracias por aceptar esta entrevista para Civilización Global. Nuestra enhorabuena por la labor que realizáis desde la Oficina de la SGI para Asuntos de la ONU. ¿Cuál es la importancia de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de Naciones Unidas en general y, en concreto, para organizaciones de la sociedad civil como la SGI?
La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) es la única comisión de Naciones Unidas dedicada exclusivamente al tema de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas. Se creó poco después de la fundación de la ONU y se reunió por primera vez en 1947. Al principio se centró en establecer normas globales y crear convenciones para abordar leyes discriminatorias y aumentar la conciencia sobre los problemas de las mujeres.
Las organizaciones de la sociedad civil como la SGI participamos en sesiones como la CSW para llevar las voces de las personas comunes a la ONU. Mantenemos a los Gobiernos y a la ONU en contacto con la realidad de las personas.
Las organizaciones de la sociedad civil […] participamos en sesiones como la CSW para llevar las voces de las personas comunes a la ONU. Mantenemos a los Gobiernos y a la ONU en contacto con la realidad de las personas.
En el caso de la SGI, nuestras prioridades se cimientan en las enseñanzas budistas y en la filosofía de Daisaku Ikeda, en las facetas que conciernen a las mujeres y las niñas, en toda su diversidad, ante la ONU. Además, la SGI valora la colaboración con organizaciones afines y, por tanto, apoya iniciativas y esfuerzos para tender puentes no solo entre la sociedad civil sino también con la ONU y los Gobiernos.
En el caso de la SGI, nuestras prioridades se cimientan en las enseñanzas budistas y en la filosofía de Daisaku Ikeda, en las facetas que conciernen a las mujeres y las niñas, en toda su diversidad, ante la ONU. Además, la SGI valora la colaboración con organizaciones afines y, por tanto, apoya iniciativas y esfuerzos para tender puentes.
¿Cuáles fueron los temas principales de esta CSW[1] y qué logros destacarías?
Esta CSW fue importante porque marcó una revisión de los treinta años transcurridos desde la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, que fue adoptada en 1995 en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. Esta Plataforma sigue siendo el plan más completo sobre igualdad de género acordado por consenso por 189 países.
La Plataforma de Acción de Beijing está organizada en 12 áreas críticas de preocupación, y esas fueron las que se revisaron. Nos preguntamos: ¿Qué progresos se han hecho? ¿Dónde estamos? ¿Qué necesitamos hacer? ¿En qué necesitamos avanzar?
Este año en particular, sentimos un gran retroceso en la igualdad de género en el ámbito mundial en cuanto a los derechos de las mujeres y las niñas. Al mismo tiempo, se cuestiona el propio sistema de organismos multilaterales, si está funcionando o no, incluido el papel de la ONU. Hay una falta de confianza entre las naciones mayor que antes. Además, es una época en la que han aumentado los conflictos. Con este clima, esperábamos una sesión difícil, y algunas personas pensaban que tal vez no habría un resultado porque la CSW solo funciona por consenso. Así que, si no hay consenso, no hay acuerdo y por tanto no hay resultados. No obstante, desde mi punto de vista fue un éxito; la sesión concluyó con una Declaración Política, que fue una reafirmación del compromiso con la Plataforma con la igualdad de género y los derechos de las mujeres. Además, hubo cientos de eventos que abordaron todos los aspectos de los derechos de las mujeres y las niñas, que incluyeron datos e investigaciones de estos 30 años, y buenas prácticas sobre cómo podemos implementar mejor las leyes existentes y aumentar la concienciación.
Este año en particular, sentimos un gran retroceso en la igualdad de género en el ámbito mundial en cuanto a los derechos de las mujeres y las niñas. Al mismo tiempo, se cuestiona el propio sistema de organismos multilaterales […]. No obstante, desde mi punto de vista [la CSW69] fue un éxito.
¿Cómo es la interacción en estas sesiones, entre tantas organizaciones y grupos diferentes?
Recientemente han ganado fuerza los grupos contrarios a los derechos, si bien siempre han existido. Hablando con personas activas en este ámbito desde hace 30 o 40 años, me han transmitido que los desacuerdos con los que lidiamos ahora han cambiado muy poco en ese tiempo.
Creo que el gran desafío actual es la falta de voluntad para sentarse y tener conversaciones difíciles con personas con las que no se está de acuerdo. Eso parece ser muy difícil porque es más fácil departir con personas que piensan igual que uno, como en una cámara de eco, un reflejo de la sociedad actual.[2] Las redes sociales no nos ayudan porque solo hablamos con personas que piensan como nosotros.
Pero el diálogo no consiste en eso; lo sabemos por las experiencias de Daisaku Ikeda. El diálogo trata sobre cómo hablar cuando no estás de acuerdo. El propio Nichiren Daishonin nos mostró en Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra cómo abordar una conversación difícil. Se esforzó en sostener el diálogo.
Creo que el gran desafío actual es la falta de voluntad para sentarse y tener conversaciones difíciles con personas con las que no se está de acuerdo […]. Pero el diálogo […] trata sobre cómo hablar cuando no estás de acuerdo.
Ahora mismo, parece que incluso estar en la misma sala resulta difícil y, si llegamos a estar, la actitud prevaleciente es de no escuchar, sino solo responder basados en los propios intereses, lo cual da lugar a una comunicación unidireccional. Desde nuestra perspectiva budista, escuchamos con respeto y sin juzgar, antes de responder, con el objetivo de crear un intercambio significativo.
¿Cómo ha contribuido la SGI a los debates en esta conferencia?
Cada año la SGI organiza un evento relacionado con el tema de la CSW. Este año nos centramos en una de las 12 áreas críticas de preocupación en el avance de los derechos de las mujeres y la igualdad de género de la Plataforma de Acción de Beijing: «Mujeres y conflicto armado», que incluye una sección sobre la cultura de paz.
La cultura de paz es la base de nuestro trabajo en la ONU y conecta todas nuestras áreas temáticas (desarme, paz, medio ambiente y sostenibilidad, educación en derechos humanos e igualdad de género). Nos pareció un momento propicio para presentar los esfuerzos de la SGI para fomentar la cultura de paz, destacando especialmente la importancia de las mujeres como constructoras de paz. La cultura de paz se centra en valores, actitudes y tradiciones, por lo que está muy conectada con el budismo y con nuestra práctica. Si no cambiamos a nivel individual, nuestra sociedad no va a cambiar. Las naciones y los países están formados por individuos, así que la forma en que las personas resuelven los conflictos en casa, en el lugar de trabajo y entre amigos está unida con cómo vemos y tratamos los conflictos en el mundo en general. Es más bien una forma de vivir; por eso está tan conectada con el budismo y con nuestra práctica: es revolución humana.
Cada año la SGI organiza un evento relacionado con el tema de la CSW. Este año nos centramos en […] una sección sobre cultura de paz.
Para el evento optamos por el formato de mesa redonda, en la que contamos con la participación de un amigo de Daisaku Ikeda: el embajador Anwarul K. Chowdhury, quien se proclama orgullosamente feminista. Pensamos que era una oportunidad importante para incluirlo en este evento específico, por el papel fundamental que jugó en el avance político y conceptual que condujo a la histórica Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre mujeres, paz y seguridad y por el emblemático programa sobre la cultura de paz, hace más de 25 años. Queríamos que este evento reuniera a varios expertos y activistas apasionados de la cultura de paz para activar un movimiento en esa dirección, esencial para las mujeres como constructoras de paz y líderes, así como para la igualdad de género.
El título de la mesa redonda fue «Activación de un movimiento intergeneracional por la cultura de paz». ¿En qué consiste este movimiento intergeneracional?
Este año es la primera vez que asumimos un enfoque intergeneracional, ya que nuestros eventos recientes se habían centrado en las jóvenes. Siguiendo el enfoque de esperanza y expectativas que Daisaku Ikeda siempre tuvo hacia la juventud, queríamos concienciar sobre el potencial de las mujeres jóvenes como líderes. Dentro de la SGI, cultivamos el liderazgo entre la juventud sin discriminación, dando también a las mujeres jóvenes oportunidades de asumir responsabilidades. El propósito del proyecto «Historias de mujeres jóvenes»,[3] que desarrollamos hace unos años, fue mostrar cómo las jóvenes están demostrando cualidades de liderazgo y teniendo éxito en sus lugares de trabajo independientemente de su título o posición.
Las personas que formaron parte de la mesa redonda representaban diferentes generaciones. Para que un movimiento continúe, necesitamos sucesoras. Por eso era importante para nosotras contar con personas de mayor edad que aportaran su conocimiento y experiencias, así como personas más jóvenes, que continuarán su labor, y con perspectivas de diferentes regiones geográficas. El embajador Chowdhury era probablemente la persona de mayor edad del panel, y la más joven estaba en la veintena.
¿Cómo es la colaboración entre diferentes ONG en el espacio de la CSW?
La colaboración entre ONG es variada. La Oficina de la SGI para Asuntos de la ONU (SGI-OUNA) está presente en Nueva York y Ginebra. Al encontrarnos en estas ubicaciones estratégicas, tenemos fácil acceso a la sede y las oficinas de la ONU, ya que participamos en actividades a diario y trabajamos de forma natural con otras ONG u organizaciones de la sociedad civil que son afines.
La SGI participa de diversos comités, coaliciones y redes sobre igualdad de género. Yo soy copresidenta del Comité de ONG sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer de Nueva York. Este es el comité de ONG más grande que trabaja con la ONU y sirve para reunir a la sociedad civil mundial en la CSW; asimismo, organiza un foro de ONG de dos semanas que proporciona una plataforma virtual y un espacio para más de 10 000 participantes y cerca de 800 eventos.
Finalmente, pensando sobre todo en nuestras lectoras más jóvenes, ¿podrías compartir brevemente tu experiencia personal al cultivar los valores que promueves hoy en SGI-OUNA?
Lo primero que viene a mi mente es mi experiencia en los departamentos juveniles de la Soka Gakkai, porque Daisaku Ikeda animaba siempre y constantemente a la juventud. Recuerdo una de las primeras palabras de aliento que escuché, cuando tenía alrededor de 13 años; decía «sueña en grande» y eso quedó grabado en mí para siempre. Atesoraba toda la orientación que él brindaba específicamente al Departamento Futuro.
Cuando era adolescente, tenía mi propio ejemplar del World Tribune[4] y podía leer los textos de orientación del maestro Ikeda, algo que valoraba enormemente. Las experiencias e historias que compartía aún están en mi memoria, así como la sinceridad en sus interacciones humanas; recuerdo todo esto en mi trabajo, porque construir relaciones es una gran parte de él y requiere sabiduría, valentía y compasión. El Sutra del loto esclarece que «[e]l propósito con el cual nació en este mundo el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, yace en su comportamiento como ser humano».[5] Esto es más importante que cualquier discurso teórico grandilocuente y que las palabras vacías.
Tendemos a pensar que la labor de incidencia en la ONU trata sobre países, pero los cargos los ocupan personas, individuos con los que debemos relacionarnos. Desde nuestra perspectiva budista, conectamos con las vidas de esas personas.
El tipo de trabajo que hacemos en SGI-OUNA lleva tiempo, es lento, pero llevo aquí 12 años y estoy viendo el efecto que tiene. Siempre vuelvo a recordar cómo se relacionaba Ikeda Sensei, refiriéndose a las personas que conocía como a sus amigos, pese a que fueran embajadores o presidentes. Los veía como seres humanos. Debemos ver a las personas de esa manera, percibir la humanidad en cada una; eso es, sin duda, lo que trato de aportar a mi trabajo.
ARTÍCULO 1.º DE LA RESOLUCIÓN DE LA ASAMBLEA GENERAL 53/243 (DEL 6 OCTUBRE DE1999)
Una cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en:
a) El respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y la práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación;
b) El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política de los Estados y de no injerencia en los asuntos que son esencialmente jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional;
c) El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales;
d) El compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos;
e) Los esfuerzos para satisfacer las necesidades de desarrollo y protección del medio ambiente de las generaciones presente y futuras;
f) El respeto y la promoción del derecho al desarrollo;
g) El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres;
h) El respeto y el fomento del derecho de todas las personas a la libertad de expresión, opinión e información;
i) La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones;
y animados por un entorno nacional e internacional que favorezca a la paz.
(Volver a la mención en el texto principal).
[1] ↑ El 69.º periodo de sesiones de CSW tuvo lugar en Nueva York del 10 al 21 de marzo (véase la fotonoticia en el número anterior de esta revista).
[2] ↑ Los científicos sociales utilizan la expresión «cámara de eco» para referirse a un fenómeno comunicativo en el que las personas se encuentran expuestas principalmente a opiniones e información que refuerzan sus propias creencias y perspectivas.
[3] ↑ Véase la revista CG, n.º 211, noviembre 2022, sección «En sociedad».
[4] ↑ World Tribune es el periódico de la Soka Gakkai en EE. UU.
[5] ↑ Las tres clases de tesoros, en END, pág. 893.