A continuación, presentamos un ensayo de Daisaku Ikeda dedicado a la fecha conmemorativa más subrayada para la Soka Gakkai.
3 de mayo…
¡Mis compañeros de fe
han vencido!
¡Qué brillante 3 de mayo! ¡Qué aniversario de intrépido triunfo! ¡Qué renovada partida hacia fronteras llenas de esperanza!
¡Ah, glorioso 3 de mayo! ¡Qué inspiradora la visión de tantos grandes bodisatvas avanzando con energía y alegría, en Japón y en el mundo entero!
Nuestro optimismo invencible, nuestra energía en la defensa de la justicia y nuestra unión armoniosa son la esencia de nuestra victoria y nuestra buena fortuna. Y las celebramos asumiendo nuevos desafíos y avanzando sin cesar.
¡Mis maravillosos compañeros, mis maravillosos discípulos! Su valiente presencia es la fuente de la gloria y el triunfo de nuestro movimiento Soka.
Quisiera expresarles mi más profundo y afectuoso agradecimiento. Pensar en su infatigable dedicación me emociona hasta las lágrimas.
*
El 3 de mayo es un día iluminado por la llama del espíritu de la Soka Gakkai.
El 3 de mayo de 1951, nuestro maestro, Josei Toda, asumió la presidencia de la Soka Gakkai, siete años después de que nuestro primer presidente, Tsunesaburo Makiguchi, falleciera en la cárcel, donde había ingresado como prisionero de conciencia.
Aquel día de 1951 fue claro y límpido, como lo era mi corazón. El maestro Toda pronunció su apasionado alegato: «Juro convertir, mediante mi propio esfuerzo, a setecientas cincuenta mil familias durante mi existencia». Fue un juramento monumental por el logro del kosen-rufu. En ese momento, la Soka Gakkai apenas tenía tres mil miembros. La meta que anunció fue realmente impactante. Pero me llenó de alegría y coraje. Mi maestro, un incomparable líder del kosen-rufu, finalmente había decidido asir el timón como presidente. Yo me pondría de pie con su misma determinación y, como genuino discípulo, en completa unión con él, haría realidad su juramento.
Ese 3 de mayo también fue el día en que los jóvenes tomamos la poderosa decisión de emprender una revolución religiosa sin precedentes.
*
El 11 de julio de 1951, bajo una lluvia torrencial, cuando hacía poco más de dos meses que Josei Toda había asumido la presidencia, se llevó a cabo la reunión inaugural del Departamento de Hombres Jóvenes de la Soka Gakkai; fue en nuestra sede, vieja y ya pequeña, en Nishi-Kanda, Tokio. Apenas participamos ciento ochenta personas; yo concurrí como responsable de grupo.
En esa reunión, el maestro Toda hizo un anuncio sorprendente: «El próximo presidente de la Soka Gakkai surgirá, sin falta, de entre quienes habéis asistido hoy. Estoy totalmente convencido de que está con nosotros ahora. Quiero felicitar a esa persona, e inclinarme ante él con mi más profundo respeto y devoción». Y entonces, hizo una profunda reverencia. Todos nos quedamos estupefactos.
Toda Sensei había declarado que haría realidad el kosen-rufu, pero sabía mejor que nadie que ese histórico y sagrado emprendimiento no podría llevarse a cabo en una sola existencia. El kosen-rufu no se podría realizar sin jóvenes inspirados a ponerse en acción con su mismo juramento y compromiso. Por eso, en aquella reunión de Nishi-Kanda, mi sabio y visionario maestro pronunció que solo un joven que compartía este espíritu apasionado por el kosen-rufu estaba calificado para llegar a ser el tercer presidente de la Soka Gakkai.
*
Fue el 3 de mayo de 1960 cuando, a los 32 años, asumí como tercer presidente. En ese glorioso aniversario bajo un cielo azul, desde el escenario del Auditorio de la Universidad Nihon, declaré con vigor juvenil ante los veinte mil miembros reunidos: «Aunque soy joven, a partir de este día asumiré el liderazgo como representante de los discípulos del maestro Toda y avanzaré junto a ustedes otro paso más hacia la realización del kosen-rufu». Un aplauso entusiasta y atronador me envolvió. Como discípulo de ese excelso «comandante en jefe» del shakubuku, juré concretar la meta de tres millones de familias que él nos había confiado.
Toda Sensei me dijo una vez: «¡Qué época tan magnífica vendrá cuando diez millones de personas practiquen el budismo Nichiren! Estoy ansioso por verlo…». En ese momento, tomé una determinación que mantendría por el resto de mis días: construir en Japón precisamente esa sólida alianza de personas dedicadas a la paz y a la humanidad con diez millones de miembros.
Nichiren Daishonin dice: «El gran juramento se refiere a la propagación del Sutra del loto».[1] Y el 3 de mayo ha sido designado como el día de nuestro gran juramento del kosen-rufu. Es una oportunidad para que el maestro y los discípulos juren juntos hacer realidad la amplia propagación de la Ley Mística, y para embarcarnos de nuevo en nuestra lucha por la paz mundial y la felicidad de toda la humanidad. ¡Así sea por siempre!
El 3 de mayo ha sido designado como el día de nuestro gran juramento del kosen-rufu. Es una oportunidad […] para embarcarnos de nuevo en nuestra lucha por la paz mundial y la felicidad de toda la humanidad.
*
La gloriosa historia
del 3 de mayo
se creó triunfando
en un sinfín de luchas incesantes.
[…] Un fragmento de La apertura de los ojos expresa perfectamente la determinación que sentí cuando asumí la presidencia de la Soka Gakkai, y que nunca ha abandonado mi corazón: «[Q]ue las deidades me abandonen; que todas las persecuciones se abatan sobre mí. Así y todo, daré mi vida por la Ley».[2] Me sentía orgulloso de haber sido entrenado por mi maestro, Josei Toda, para no ser derrotado por ningún ataque u obstáculo, armado de ese espíritu invencible.
El camino hacia el logro de un objetivo importante nunca es llano. Recuerdo las palabras del presidente de un cierto país, que decía que para transitar el sendero de la propia misión una persona necesita tres cosas: perseverancia, perseverancia y aún más perseverancia. Rendirse solo conduce al sufrimiento y la derrota, mientras que la perseverancia siempre se traduce en esperanza y victoria.
Desde que acepté la presidencia de la Soka Gakkai, mi destino ha sido remontar una serie interminable de cumbres tan imponentes como llenas de riesgos, que se extienden hasta donde alcanza la vista.
El camino hacia el logro de un objetivo importante nunca es llano. […] Rendirse [a mitad del trayecto] solo conduce al sufrimiento y la derrota, mientras que la perseverancia siempre se traduce en esperanza y victoria.
El primer pico traicionero se alzó ante nosotros en 1970. El 3 de mayo de ese año, en mi décimo aniversario como presidente, nos vimos en medio del llamado «incidente de la libertad de expresión»,[3] en un ataque concertado desde todos los flancos en Japón. La década siguiente también trajo una serie de retos y tribulaciones, como montañas elevándose sobre otras montañas. En medio de la furiosa tormenta que representó el primer incidente provocado por el clero de la Nichiren Shoshu, poco antes del 3 de mayo de 1979, renuncié como presidente de la Soka Gakkai (aquel 24 de abril).
Al año siguiente, 1980, la Soka Gakkai y yo nos volvimos a ver sometidos a ataques continuos. Una serie de personas ingratas que, de manera traicionera, se aliaron con sacerdotes corruptos para conspirar revelaron ser como Devadatta –quien atacó e intentó matar al buda Shakyamuni–. En medio de una fiera batalla contra esas fuerzas, visité nuestro bastión «siempre victorioso», Kansai.[4] Y, el 3 de mayo, tomé la potente determinación de vencer las malintencionadas intrigas de esos individuos sin escrúpulos, y lancé una contienda por el triunfo en última instancia, con Kansai como base de operaciones.
Pero, precisamente porque experimentamos ataques tan terribles y los superamos, la Soka Gakkai ha podido crear el cimiento más sólido en todo Japón, como organización de integridad y solidaridad dedicada a los ideales humanos más nobles.
Además, en el 30.o aniversario de mi asunción como presidente [en 1990] Nikken y sus cómplices dejaron ver su verdadera naturaleza y su inclinación a destruir el kosen-rufu, en lo que conocemos como el segundo incidente provocado por el clero.[5] Mientras estos sacerdotes depravados planeaban la destrucción de la Soka Gakkai en reuniones clandestinas, nuestra organización abría sus puertas de par en par al mundo y avanzaba en unión armoniosa para expandir nuestro gran movimiento por la paz y la felicidad de toda la humanidad.
La frecuencia de mis diálogos con líderes y pensadores del globo fue incrementándose, cada vez más, en ese período. Fue ese año (1990), también, cuando mantuve mi primer encuentro con el entonces presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, y con el presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela.
De este modo, desde que asumí la presidencia de la Soka Gakkai, cada diez años, aproximadamente, hemos hecho frente a grandes persecuciones. Pero, en cada oportunidad, la Soka Gakkai ha crecido y se ha convertido en una agrupación cultural insuperable, en una comunidad de creyentes que no tiene par en la autenticidad de su práctica de las enseñanzas de Nichiren, y en una religión mundial. Al desafiar cada imponente cumbre que se ha presentado en su camino y conquistar victoria tras victoria, la Soka Gakkai ha llegado a ser una campeona imbatible.
*
¿Por qué la Soka Gakkai ha podido prevalecer sobre obstáculos de esta magnitud y escribir una historia tan triunfal? Ha sido gracias al espíritu de «distintas personas con un mismo propósito», enseñado por Nichiren Daishonin.
El Daishonin escribe: «El rey Chou de la dinastía Yin encabezó un ejército de setecientos mil soldados contra el rey Wu de la dinastía Chou y sus ochocientos hombres. Así y todo, el ejército del rey Chou perdió a causa de la desunión [es decir, personas que constituyen un solo cuerpo o grupo, pero con distintos propósitos], mientras que los hombres del rey Wu triunfaron gracias a su unión perfecta [es decir, personas distintas, pero con un mismo propósito]».[6]
Aquí, el Daishonin se refiere a una famosa anécdota que se remonta a la dinastía Chou (también conocida como Zhou) de la antigua China. En ese momento, el rey Wu se levantó heroicamente contra el rey Chou, un déspota que infligía tremendos sufrimientos a la gente. Al comienzo, Wu solo contó con el apoyo de ochocientos señores feudales contra el ejército del rey Chou, de setecientos mil hombres. La superioridad numérica era aplastante.
¿Cómo superó el rey Wu esta dificultad? Antes de lanzarse a la batalla, explicó pormenorizadamente a sus señores feudales y súbditos las injusticias y los actos inhumanos perpetrados por el rey Chou. Al hacerlo, unió con firmeza la determinación de todos los que compartían su deseo y querían corregir la situación. «¡Debemos luchar contra el mal y la corrupción que hacen sufrir al pueblo! ¡Es hora de que nos pongamos de pie por la felicidad de la gente!». En respuesta a este claro llamamiento, muchos decidieron sumarse a la campaña del rey Wu. Algunas fuentes calculan que, finalmente, llegó a comandar una fuerza de varios cientos de miles al batirse contra el rey Chou.
La gente se siente inspirada por una llamada a la acción convencida y comprometida. Se levanta en bien de la verdad y la justicia. La Soka Gakkai se ha convertido en una organización global porque ha sostenido este principio de oro.
La gente se siente inspirada por una llamada a la acción convencida y comprometida. Se levanta en bien de la verdad y la justicia. La Soka Gakkai se ha convertido en una organización global porque ha sostenido este principio de oro.
*
El 3 de mayo […] [de 1960], me disponía a abandonar el auditorio de la Universidad Nihon, al término de la recepción que se celebró tras mi asunción, cuando alguien gritó: «¡Hora de subirlo en andas para celebrar la victoria!». En el momento mismo en que oí esta exclamación, los jóvenes a mi alrededor lanzaron un rugido y se dirigieron corriendo hacia mí. Antes de entender lo que estaba pasando, me vi ya en volandas y entre gritos de hurra. Jamás olvidaré, mientras viva, ese espontáneo torbellino de alegría, su fuerza, su dinamismo…
Para mí es imposible impulsar el kosen-rufu sin compañeros que luchen a mi lado por esta causa. No soy yo quien importa, sino los miembros de la Soka Gakkai.
Una y otra vez, el maestro Toda nos decía: «Si todos los miembros apoyan al tercer presidente, el kosen-rufu se logrará sin falta». El tiempo mostró la certeza de esta afirmación.
Fiel a las palabras de mi maestro, la Soka Gakkai ha logrado ampliar el movimiento por el kosen-rufu a todo el planeta, precisamente porque nuestros dedicados miembros y yo, como tercer presidente, nos hemos esforzado juntos con el espíritu de «distintas personas con un mismo propósito».
El Daishonin escribe: «Cuando en el pueblo predomina la unión de distintas personas distintas con un mismo propósito, estas podrán lograr todas sus metas; en cambio, cuando son iguales en apariencia pero albergan distintos pensamientos, no serán capaces de obtener nada digno».[7]
Los responsables de la Soka Gakkai jamás deben ser arrogantes. Es fundamental que respetemos y apreciemos sinceramente a nuestros compañeros miembros, sin importar cuán jóvenes en la fe puedan ser, y que nos dediquemos totalmente a ellos y a su bienestar. […]
*
El 3 de mayo es, también, el Día de las Madres de la Soka Gakkai.
Cuando afronté las persecuciones más feroces, recibí incalculables cartas de apoyo y adhesión de mis compañeros miembros, que atesoro hasta el día de hoy. Fue así durante el llamado incidente de la libertad de expresión (en 1969-70),[8] en una época en que mi salud también atravesaba un mal momento. También ocurrió cuando renuncié a la presidencia (en 1979) y me vi impedido de participar en reuniones importantes, algo que provocó en los compañeros una intensa preocupación.
Gracias a la ferviente oración y las acciones de nuestros miembros, he superado muchas y muy difíciles pruebas. Siento que tengo una inmensa deuda de gratitud con cada uno de ellos.
En particular, el sincero daimoku de las integrantes de nuestro Departamento de Mujeres, las «madres del kosen-rufu», demolió todos los obstáculos y fuerzas negativas, y abrió el camino que nos permitió escribir una historia de gloria indestructible en torno al 3 de mayo.
Es vital que siempre recordemos tener el más profundo respeto y agradecimiento por la fuerza de la fe y la práctica –las nobles oraciones y esfuerzos– de las grandes mujeres de la Soka. Si algún día la seria y esforzada dedicación de estas compañeras llegase a ser objeto de burla, menosprecio u olvido, la fe genuina desaparecería, el budismo sería destruido y el logro del kosen-rufu se volvería imposible, por muchos siglos que pasaran. Esto causaría un enorme sufrimiento a todos. Nuestros dos primeros presidentes nos exhortaron a expulsar de nuestra armoniosa organización a las personas que se atrevieran a incurrir en una conducta así de vil y destructiva.
Es vital que siempre recordemos tener el más profundo respeto y agradecimiento por la fuerza de la fe y la práctica de las grandes mujeres de la Soka. Si algún día la seria y esforzada dedicación de estas compañeras llegase a ser objeto de burla, menosprecio u olvido, la fe genuina desaparecería.
Quiero alzar mis dos brazos y exclamar: ¡Viva el 3 de mayo! ¡Vivan las mujeres de la Soka, las madres de la felicidad!
*
Fue un 3 de mayo de 1954 […] cuando celebré este importante aniversario por primera vez como responsable del grupo directivo del Departamento de Jóvenes. Estaba decidido a encontrar una fórmula para la victoria, en bien del kosen-rufu, mientras el maestro Toda gozara aún de buena salud. Con ese propósito, sentía que los jóvenes de la Soka Gakkai debíamos ponernos de pie y asumir la plena responsabilidad de nuestro movimiento. Tendríamos que aprender a través de nuestra propia experiencia, mediante nuestra práctica budista y nuestros enérgicos esfuerzos, cómo triunfar en cada desafío y en cada iniciativa.
Por lo tanto, grabé el espíritu de Toda Sensei en las profundidades de mi ser y encabecé una lucha febril para hacer realidad esa visión. Comencé a concretar un registro de expansión y victorias sucesivas, que partió de un encuentro de cinco mil jóvenes bajo la lluvia torrencial, solo seis días después de aquel 3 de mayo, y siguió con una reunión en la que, seis meses más tarde, la participación fue del doble. Convencido de la importancia de ese primer año, logré una victoria absoluta y construí los cimientos del eterno triunfo de la Soka.
Jamás olvidaré la conmovedora declaración del poeta alemán Friedrich Hölderlin en uno de sus poemas: «La adversidad […] / da valor al alma, / luz al espíritu».[9]
¡Cuán valioso y espléndido es el día que se aprovecha al máximo, en un esfuerzo productivo y pleno! ¡Cuánto valor podemos crear en nuestra vida, cuántas victorias personales podemos lograr a lo largo de un día de pruebas y tribulaciones!
Los desafíos de los jóvenes, vuestros esfuerzos por superar vuestros límites, adornan cada día y cada año con un brillo dorado; hacen que cada jornada valga como un año y cada año, como una década.
*
[…] Ha comenzado una nueva epopeya, un emprendimiento crucial para nuestra propia victoria, tanto en la lucha individual de cada uno como en el triunfo de la gran contienda por el kosen-rufu.
[…] Mis compañeros de fe, incomparablemente nobles, que día tras día se desafían con la determinación renovada de impulsar el kosen-rufu, ¡por favor, triunfen en todas sus actividades! ¡Deben triunfar!
Mis compañeros de fe, incomparablemente nobles, que día tras día se desafían con la determinación renovada de impulsar el kosen-rufu, ¡por favor, triunfen en todas sus actividades! ¡Deben triunfar!
«Soka» es un nombre lleno de orgullo, y es sinónimo de paz, felicidad y victoria de la humanidad.
¡Tres hurras para este glorioso 3 de mayo! ¡Tres hurras para los admirables miembros de la Soka Gakkai en todo el mundo! ¡Tres hurras para este 3 de mayo!
(Traducción del original en japonés publicado el 4 de mayo de 2004 en el Seikyo Shimbun).
[1] ↑ OTT, pág. 82.
[2] ↑ En END, págs. 296-297.
[3] ↑ Puede leerse más sobre dicho incidente en IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vols. 13 y 14, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2019, págs. 315 y sigs.
[4] ↑ El papel jugado por Kansai en la historia de la Soka Gakkai ha motivado que esta región sea homenajeada como «siempre victoriosa» (en japonés, josho).
[5] ↑ Puede leerse más sobre ello en IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vol. 30, parte 2, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2021, págs. 193 y sigs.
[6] ↑ Distintas personas con un mismo propósito, en END, pág. 648.
[7] ↑ Ib.
[8] ↑ Véase la nota 4.
[9] ↑ HÖLDERLIN, Friedrich: “Das Schiksaal”, en Hölderlin: Sämtliche Werke (Obras compiladas de Hölderlin), Stuttgart, J. G. Cottasche Buchhandlung Nachfolger, 1946, vol. 1, pág. 185. Traducción indirecta del alemán.