La verdadera victoria


Jóvenes 2030 · Pasos de revolución humana


Qué estabas haciendo el 26 de junio de 1995? ¿Habías nacido? ¿Tenías conciencia del mundo? ¿Ya estabas luchando por la felicidad, la paz y por una vida de valor? Si estás leyendo esta sección, probablemente la respuesta sea «no» a varias de estas preguntas. Sin embargo, ahora te proponemos retrotraernos a esa fecha señalada y reflexionar sobre unas palabras que se pronunciaron justo en esa jornada y con las cuales –estamos seguros– podemos seguir iluminando nuestro presente.

Ese día, el 26 de junio de 1995, en el Ateneo de Santander, Hiromasa Ikeda pronunciaba un discurso escrito por Daisaku Ikeda para la ocasión, titulado La superación de la agonía de Fausto y el alba de una nueva civilización.1 Tres décadas más tarde, los postulados que se presentan en ese discurso, lejos de perder vigencia, han cobrado un cariz casi de urgencia. Debido a su extensión, no es posible reflejar en estas páginas el discurso entero, pero podemos leerlo en el libro Un nuevo humanismo: Discursos universitarios de Daisaku Ikeda, hacer nuestras sus reflexiones y actuar en consecuencia.

Fachada del Ateneo de Santander

Aunque nuestra sociedad ha podido avanzar en algunos aspectos de la desigualdad social y medioambiental, aún debe transformar muchos otros. Y aquí es donde entramos en escena nosotros: los jóvenes que treinta años más tarde asumen el desafío que Ikeda Sensei planteó en nuestra tierra con ese discurso. Proponemos que cada uno y cada una reflexione sobre su propio campo de acción y decida cómo transitar un camino personal y social que responda con agradecimiento a la visión de su maestro. ¿Qué os parece?

En su discurso, Sensei afirmaba en síntesis que algunos aspectos sombríos de la sociedad industrial moderna, como el hiperconsumo o los desechos lesivos para el medioambiente, no debían ser legados al siglo XXI, y planteaba tres principios rectores capaces de reorientar la civilización y dejar a la posteridad solamente los aspectos más luminosos del carácter moderno occidental. Los tres puntos son vastos y profundos, así que aquí presentaremos un resumen de los mismos. ¡Vamos allá!

1| La verdadera victoria es sobre uno mismo

En primer lugar, Sensei defiende un principio que podemos aplicar de manera aún más consciente en nuestra vida, diciendo: «La autodisciplina, motivada en una determinación autónoma, precede a cualquier otra práctica o actividad orientadora de la conducta. Sin ella, todo afán de transformación se convierte en una quimera».2 También agrega:

Gobernarse a sí mismo significa edificar un yo inamovible, tan sólidamente construido, que pueda permanecer imperturbable ante la fluctuación de los fenómenos externos.

Pero para construir ese yo inamovible, se toma como fundamento la Ley. Esto implica descartar todo enfoque dogmático y refutar la tentación arrogante de creer que uno es supremo. Este marco conceptual del budismo, que plantea la reverencia al yo y a la Ley, puede dar lugar a un auténtico dominio de la propia vida, cimentado en la determinación autónoma.3

Gobernarse a sí mismo significa edificar un yo inamovible, tan sólidamente construido, que pueda permanecer imperturbable ante la fluctuación de los fenómenos externos.

2| Vivir recorriendo el camino del bodisatva

Después de ahondar en el principio de la inseparabilidad de la vida y el entorno –en japonés, esho funi4 Sensei lo relaciona con la famosa cita del filósofo español Ortega y Gasset: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo».5 Nos insta a «expandir esa intencionalidad profunda de la vida (o ichinen), hacia las alturas de un yo esencial o superior de alcance cósmico, que trasciende las restricciones del tiempo y el espacio», pero sin caer en un «solipsismo, espiritualismo o […] egolatría faústica»6, sino, por el contrario, nos anima a enfocarla tomando consciencia de la simbiosis sujeto-ambiente. Y, citando a Unamuno, asevera: «El fuerte, el radicalmente fuerte, no puede ser egoísta: el que tiene fuerza de sobra, la saca para darla».7

El fuerte, el radicalmente fuerte, no puede ser egoísta: el que tiene fuerza de sobra, la saca para darla.

En otras palabras, es un llamado a convertirnos en ciudadanos globales que, como budistas, se esfuerzan en transitar el camino del bodisatva, trascendiendo el pequeño yo y abrazando a nuestro entorno como parte de nosotros mismos y, a la vez, como algo de lo que somos parte.

3| La revolución humana y la formación de la personalidad

Por último, Sensei plantea que el cultivo de la propia personalidad, al igual que los trabajos manuales, no permite la negligencia o el engaño, ya que un error en uno solo de los pasos afecta al producto final. Y lo contrapone al «“señorito satisfecho”, hijo de la civilización moderna, [que] ha dado por tierra con la sabia filosofía del cultivo interior».8 «De tanto procurar la comodidad», prosigue, «el resultado fácil y el provecho con un mínimo de esfuerzo, a veces parece pertenecer a una especie distinta, indiferente y ajena a “la faena hercúlea” que asumen los que poseen una rica espiritualidad interior al decir de Ortega y Gasset».9

Sensei cierra su discurso asegurando su «firme determinación de trabajar junto a todos ustedes, sin escatimar fuerzas, en bien de la colosal labor que tenemos por delante».10

En el eterno camino de maestro y discípulo que estamos transitando, como jóvenes queremos seguir avanzando y dando lo mejor de nosotros para concretar la labor que tenemos delante. Por eso, el 28 de junio vamos a encontrarnos todos juntos, en seis ciudades del territorio español, para reflexionar, celebrar y confirmar que venceremos sobre nosotros mismos al tiempo que nos empeñamos en la construcción de una sociedad que tenga por centro la dignidad de la vida y su simbiosis con el entorno. ¿Estáis de acuerdo?

El 28 de junio vamos a encontrarnos todos juntos, en seis ciudades del territorio español, para reflexionar, celebrar y confirmar que venceremos sobre nosotros mismos al tiempo que nos empeñamos en la construcción de una sociedad que tenga por centro la dignidad de la vida y su simbiosis con el entorno.

¡Nos vemos en junio!


  1. IKEDA, Daisaku: Un nuevo humanismo: Discursos universitarios de Daisaku Ikeda, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global; Guadalajara: IEDDAI-Instituto Ikeda; 2020, pág. 167.
  2. Ib. pág. 172.
  3. Ib. págs. 172-173.
  4. En relación con este principio, Nichiren Daishonin escribió: «El ambiente es como la sombra; nuestra vida, como el cuerpo. Sin cuerpo, no puede haber sombra. Y sin vida, tampoco puede haber ambiente. De igual modo, la vida adquiere forma a través del ambiente» (Sobre los presagios, en END, pág. 675). Esto no sugeriría una jerarquía en cuanto a que el cuerpo es superior y la sombra inferior; la clave del símil es que cuando el cuerpo se mueve, la sombra responde al instante.
  5. IKEDA, Daisaku: op. cit., pág. 177.
  6. Ib. pág. 176.
  7. Ib. pág. 177.
  8. Ib. pág. 180.
  9. Ib.
  10. Ib., pág. 181.
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