Invertir los recursos en la protección del ser humano


Coincidiendo con el 80.º aniversario de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, el 6 y 9 de agosto respectivamente, este mes entrevistamos a Tica Font, cofundadora y presidenta del Centre Delàs d’Estudis per la Pau y miembro del grupo motor de la Alianza por el Desarme Nuclear.

Tica Font Gregori

Muchas gracias por aceptar esta entrevista. Para empezar, nos gustaría preguntarle por su trayectoria profesional, que, desde el campo de la física, ha pasado por la economía y le ha llevado a especializarse en desarme e industria militar…

Siempre he enfocado mi vida profesional en función de mis intereses personales. Crecí en un pueblo que dependía casi totalmente de una fábrica de calzado, con un gran arraigo territorial y personas muy comprometidas políticamente, y ese espíritu de compromiso lo cultivé también participando activamente en el movimiento junior de la Iglesia católica durante mi infancia y adolescencia. En los años ‘70, cuando aún vivíamos bajo la dictadura, unos amigos del pueblo emigraron a Alemania y mantuve la amistad con uno de ellos. Esa amistad me permitió conocer el movimiento de Los Verdes1 y empezar a compartir las ideas del movimiento antimisiles y antinuclear que comenzaba allí.

Cuando llegó el momento de elegir mis estudios, ya llevaba un tiempo realizando actividades antinucleares en mi pueblo, y recuerdo que me decían: «¿Qué nos va a contar una jovencita sobre el movimiento antinuclear?». Las matemáticas se me daban bien y, para que nunca más me dijeran que no sabía de esos temas, decidí estudiar física experimental en radiaciones cósmicas y nuclear. Estudié física más por ser militante que por otra cosa, pero también me gustaba.

En 1984 me incorporé al movimiento anti-OTAN alrededor del referéndum,2 y ahí comencé a transitar desde el ecologismo hacia el movimiento por la paz. Decidimos crear un grupo de trabajo sobre paz dentro de la organización Justicia y Paz.3 Bajo la idea de que sin armas no se producen guerras, centramos nuestra labor en el papel de la industria militar. En ese momento, en Europa se creó una red europea contra el comercio de armas, la European Network Against Arms Trade (ENAAT). Nos unimos y comenzamos con la campaña contra el comercio de armas aquí en España.

Con el tiempo decidimos dejar de ser una campaña para convertirnos en un centro de estudios, el Centre d’Estudis per la Pau J.M. Delàs.

Este ha sido mi camino y cómo encontré este tema, que nunca he abandonado. Ahora bien, profesionalmente, tenía que ganarme la vida y he cambiado de trabajo siguiendo mis intereses: me he desempeñado como docente de secundaria, luego en la alfabetización y educación de adultos, y como docente universitaria en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. También trabajé en gestión de residuos y agua potable, hasta que el Parlament de Catalunya decidió crear el Instituto Catalán Internacional para la Paz,4 lugar en el que trabajé hasta mi jubilación.

Aunque la vida profesional es importante, es solamente un instrumento, no es una meta en sí misma: el trabajo es esencial para vivir y pagar los gastos, pero yo he buscado dar sentido a lo que quería de mi vida y por tanto iba modificando los empleos según mis intereses vitales.

Aunque la vida profesional es importante, […] no es una meta en sí misma: el trabajo es esencial para vivir y pagar los gastos, pero yo he buscado dar sentido a lo que quería de mi vida.

CENTRE DELÀS

El Centre Delàs d’Estudis per la Pau nació en 1999 y recibe su nombre en recuerdo a Josep Manuel Delàs, presidente de Justícia i Pau de Girona y antes comandante del ejército en la reserva y miembro de la UMD (Unión Militar Democrática), que decidió en la última etapa de su vida dedicarse a la firme defensa de la paz y de los valores de la no violencia.

El centro es una entidad independiente de análisis que se dedica a realizar investigación e incidencia política y social sobre los efectos negativos del militarismo y los conflictos armados.

Las principales líneas de trabajo son el comercio de armas, la financiación de la industria armamentista, el gasto militar, las fuerzas armadas, la Investigación y el Desarrollo (I+D) de armas y las operaciones militares en el exterior.

.

El Centre Delàs, que usted preside, cumplió 25 años el año pasado. ¿Cuáles han sido sus principales logros y desafíos?

Los logros a veces se ven a muy largo plazo y si la coyuntura lo permite. El tipo de trabajo que hacemos se dirige eminentemente al comportamiento de los Gobiernos porque la industria militar trabaja para ellos. En este ámbito los Gobiernos suelen ser muy opacos y no brindar mucha información.

Por ejemplo, las exportaciones de armamento requieren autorizaciones gubernamentales que están sometidas a secreto oficial, por lo tanto ni siquiera el Congreso de los Diputados tiene acceso a esta información. Por otro lado, cuando sí brindan información, siempre es mínima, y en general tratan de no generar debate público sobre estos temas.

El trabajo del Centre ha estado enfocado desde el inicio en provocar que el Gobierno dé pasos hacia una mayor transparencia. Por ejemplo, la obligación de emitir un informe anual sobre exportaciones de armamento a otros países se logró como resultado de campañas y reuniones con diputados en el Congreso, sobre todo con la Comisión de Defensa.

El nuestro es un trabajo silencioso y muy poco visible, ya que los partidos políticos no suelen tener este tema como prioritario, ni siquiera durante las campañas electorales, en parte porque no es demandado por la población. Es un círculo vicioso que se retroalimenta del silencio y de la falta de debate público. Sin embargo, en los últimos tiempos, la coyuntura política nos ha permitido tener mayor presencia en el ámbito político.

Otro logro es la colaboración con el Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI,5 por sus siglas en inglés), con el cual hacemos un seguimiento anual del presupuesto de defensa del Estado español. Cada año vemos que hay entre 2000 y 3000 millones más de gasto sobre lo presupuestado. Con toda esta información, que recopilamos sistemáticamente, estamos informando de que el gasto militar en España es muchísimo más elevado del que se presenta; un tema que ha tomado especial relevancia ahora, cuando desde la OTAN se impulsa aumentar los gastos de este tipo. De alguna manera vemos que la investigación y trabajo del Centre entra en la ecuación, lo que analizamos e investigamos, nuestras opiniones como periodistas e investigadores, empieza a estar presente en el debate público y se nos escucha.

Otra acción, de la que se han hecho eco la ministra de Defensa Margarita Robles y el presidente de Gobierno Pedro Sánchez, ha sido nuestro análisis de la plataforma de contratación pública española, y recientemente, después del anuncio por parte del Gobierno de suspensión de las contrataciones con Israel, hemos puesto de manifiesto que seguían manteniéndose los contratos y que estaban cerrándose acuerdos nuevos.

Actualmente, el uso de uranio militar y las emisiones de efecto invernadero de las actividades militares quedan fuera de la obligación de declaración pública, y en ese tema vamos abriendo camino, estudiando las contribuciones militares al cambio climático, un dato que no es nada desdeñable.

Tica Font (primera desde la izquierda) fue una de las promotoras del encuentro en enero pasado entre el president de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, y Shigemitsu Tanaka, hibakusha de Nagasaki y copresidente de Nihon Hidankyo, organización que recibió el Premio Nobel de la Paz 2024

La Alianza por el Desarme Nuclear, de la que el Centre Delàs forma parte, promueve la firma por parte del Gobierno de España del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN). El TPAN no es el primer tratado que aborda el problema de las armas nucleares; desde 1968 el mundo cuenta con el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP). ¿Podría explicar cuál es la principal diferencia entre TNP y TPAN?

El TNP es un tratado que intenta impedir que haya más armas nucleares de las que ya existen, y sobre todo que no haya más países con armamento nuclear. Cuando se firmó, había cinco países poseedores de armas nucleares en el mundo.6 Actualmente son nueve;7 por lo tanto, se ha ampliado el número de países con armamento nuclear y podemos asegurar que los nuevos países que han logrado tener armas nucleares han tenido la ayuda de países nucleares.

Aquellos que defienden el TNP afirman que es un buen tratado porque ha impedido que todos los países del mundo tengan armas nucleares; otros aseguran que el TNP no ha logrado su objetivo de conseguir la desaparición de las armas nucleares. La realidad es que los Estados poseedores de armamento nuclear, aunque sean firmantes del TNP, están actualizando y modernizando sus arsenales nucleares.

Por ejemplo, en 2024 Estados Unidos ha vuelto a situar armamento nuclear en territorio del Reino Unido, de donde lo había retirado después de la Guerra Fría. En respuesta a esta vulneración del TNP,8 Rusia ha situado armamento nuclear en Bielorrusia. Con estos ejemplos, vemos que el TNP no es suficiente para impedir la proliferación.

En este escenario, la sociedad civil no se ha conformado y ha impulsado el TPAN, un tratado que prohíbe terminantemente las armas nucleares: y no solo su creación, sino también investigar, diseñar, fabricar, vender, exportar, situar o financiar el armamento nuclear. La apuesta de la sociedad civil es por la forma jurídica más fuerte, la prohibición.

Otra característica del TPAN es que obliga a aquellos países que hayan causado daños de carácter medioambiental o humano a compensar a las víctimas de estos daños, ya sea por ensayos o por accidentes con armamento nuclear. En ese aspecto, las víctimas han tenido un rol muy importante.

Es un gran logro que el TPAN forme parte del cuerpo jurídico internacional. Estoy orgullosa de ello.

Como pionera del movimiento antinuclear en nuestro país, ese orgullo nos parece más que legítimo. La Alianza por el Desarme Nuclear ya ha cumplido dos años. ¿Podría hablarnos sobre sus logros?  

Crear la Alianza por el Desarme Nuclear nos permitió a las organizaciones españolas que formábamos parte de Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés) articular acciones específicas en España, conocernos y sobre todo iniciar un movimiento más amplio. Ha representado un trabajo importante en varios aspectos: en primer lugar, motivar la adhesión de 63 organizaciones en poco tiempo ha sido un gran logro; en segundo lugar, hemos conseguido que muchos municipios se unan a la iniciativa Cities Appeal de ICAN; y, en tercer lugar, haber constituido la Alianza nos ha dado mucha más capacidad para realizar incidencia política de la que tendríamos las organizaciones por separado.

Crear la Alianza por el Desarme Nuclear nos permitió […] articular acciones específicas en España, conocernos y sobre todo iniciar un movimiento más amplio. Ha representado un trabajo importante en varios aspectos.

Antes de la existencia de la Alianza, Fundipau mantenía reuniones en el Congreso de los Diputados anualmente, pero como Alianza hemos podido presentarnos ante el ministro de Asuntos Exteriores y hablar con los grupos políticos para que impulsen una propuesta de ley para que España firme el TPAN.

Estos logros no han sido fáciles, teniendo en cuenta que la mayoría de las personas que impulsamos la Alianza somos voluntarios, y que contamos con muy pocos recursos económicos y humanos para llevar a cabo las tareas. Estoy muy contenta con el trabajo que estamos haciendo.

Representantes de la Alianza por el Desarme Nuclear (incluida Tica Font, de rosa) en su primer encuentro, el 28 de septiembre de 2024, se tomaron una foto junto al monumento Liberar la Paz, inaugurado ese mismo día en el Jardín de la Paz, adyacente al Centro Cultural Soka en Rivas-Vaciamadrid

Como presidente de la Soka Gakkai Internacional, Daisaku Ikeda presentó a las Naciones Unidas anualmente, entre 1983 y 2022, una serie de documentos en los que, con el título genérico de «propuestas de paz», abordaba los principales desafíos de la humanidad y planteaba vías para su solución. La abolición de las armas nucleares era una meta que siempre incluía, y que también tocó en una declaración que emitió ya en el contexto de la guerra en Ucrania, poco antes de su fallecimiento.9 En ella la relacionaba con el concepto de seguridad humana, en el que usted es experta. ¿Cómo considera que la amenaza de las armas nucleares afecta a esa seguridad? 

Las armas en general, y las armas nucleares en particular, basan su existencia en un concepto de seguridad caduco, porque se refiere a la seguridad de un Estado, que necesita garantizar sus fronteras, su sistema político o el mercado interno. Este concepto de seguridad sitúa la amenaza en «otro» que está fuera, normalmente otro Estado. Ahora bien, que un Estado esté seguro no significa que las personas se sientan seguras.

Efectivamente, prefiero hablar de la seguridad humana. Esto implica un cambio de enfoque: ya no es el Estado el que tiene que estar seguro, sino las personas. ¿Y qué clase de seguridad necesitan las personas? Aquella en la que, por ejemplo, si pierden el trabajo, saben que el Estado las ayudará económicamente; si viene una DANA, serán ayudadas a reconstruir la casa, el negocio, o a limpiar las calles y reponer los servicios; las mujeres necesitan la seguridad de que se garantice su protección ante agresiones; y todos necesitamos la seguridad de poder acceder a medicamentos y asistencia sanitaria en caso de necesidad, a hospitales, personal sanitario, etc.; necesitamos la seguridad de que nuestros alimentos no estén alterados, la seguridad medioambiental de que el agua que consumimos o el aire que respiramos no están contaminados. Hoy necesitamos también seguridad comunitaria, que implica la protección para poder practicar el ideario político, religioso, ideológico, etc. Ese tipo de seguridad es lo que necesitamos las personas, y ni las armas convencionales ni las armas nucleares la pueden proporcionar. ¿De qué nos sirven los tanques y las armas ante una DANA? ¿Y ante el cambio climático? No sirven para nada. Creo que tenemos que invertir esos recursos en la protección del ser humano, no en conceptos abstractos como puedan ser el Estado o el mercado. Ahí es donde yo creo que hay que poner el énfasis, en las personas concretas, reales y tangibles.

¿De qué nos sirven los tanques y las armas ante una DANA? ¿Y ante el cambio climático? […] Creo que tenemos que invertir esos recursos en la protección del ser humano, no en conceptos abstractos.

LA SEGURIDAD HUMANA

El enfoque de trabajo de la seguridad humana fue adoptado y promovido por la ONU en 2012. Se centra en las personas, para buscar garantizar su supervivencia, medios de vida y dignidad. Promueve respuestas integrales y preventivas frente a amenazas como la pobreza, la violencia o la exclusión, sin recurrir al uso de la fuerza.

Al mismo tiempo, este concepto reconoce la interdependencia entre la paz, el desarrollo y los derechos humanos, y reafirma el papel central de los Estados en garantizar la seguridad humana de su ciudadanía, respetando la soberanía nacional.

.

En septiembre del año pasado tuvo lugar el primer encuentro de la Alianza por el Desarme Nuclear, del que la SGEs ejerció como coanfitriona al realizarse en el Centro Cultural Soka y el Jardín de la Paz de Rivas-Vaciamadrid.10 ¿Cuál fue su experiencia de la organización y la celebración de ese evento? En particular, ¿qué le parecieron las actividades lideradas por los jóvenes durante la segunda parte? 

Me pareció magnífico el trabajo de movilización que hizo la Soka Gakkai, no solo de su comunidad, sino también del propio municipio, con la presencia de la alcaldesa de Rivas-Vaciamadrid. Para mí fue muy bonito conocer el Jardín de la Paz y las instalaciones del Centro Cultural Soka.

También me resultó muy interesante asistir a las actividades que organizaron los jóvenes. Y hago especial énfasis en esto, porque no es que los adultos dijéramos lo que debían hacer, sino que ellos decidieron qué hacer, cómo hacerlo y lo llevaron a cabo. Esto me pareció fantástico.

El futuro está en los jóvenes. Nosotros, como adultos, tenemos que apoyarlos para que desarrollen sus propias actividades, elijan sus luchas, sus militancias… Estamos en una sociedad muy envejecida, y creo que es necesario para la supervivencia de nuestra sociedad que los jóvenes se organicen con iniciativa propia.

En mi experiencia de juventud, los adultos eran acompañantes, nos ayudaban a organizarnos, facilitaban los medios necesarios… Yo creo que este papel de acompañante, sin inmiscuirse en la toma de decisiones, es crucial, incluso cuando, a veces, intuimos que resultarán en un error.

Los adultos fueron muy importantes en mi crecimiento: me ayudaron a organizar encuentros, a vencer la vergüenza, a ganar seguridad personal… Ahora es momento de pasar el testigo.

El futuro está en los jóvenes. Nosotros como adultos, tenemos que apoyarlos para que hagan sus propias actividades, elijan sus luchas, sus militancias… Estamos en una sociedad muy envejecida, y creo que es necesario para la supervivencia de nuestra sociedad que los jóvenes se organicen con iniciativa propia.

Entre las varias actividades organizadas por la juventud en la segunda parte del encuentro de la Alianza por el Desarme Nuclear estuvo una exposición de fotos participativa al aire libre | Foto: Teresa Arilla

  1. Tras las protestas estudiantiles de 1968, en la década de 1970 en Alemania surgieron grupos e iniciativas caracterizados por idearios como el ecologista, el pacifista y el antinuclear cuya confluencia dio lugar a la formación de un partido político, fundado el 13 de enero de 1980 con el nombre Los Verdes (en alemán, Die Grünen).
  2. El 31 de enero de 1986 se convocó un referéndum sobre la permanencia de España en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que tuvo lugar ese 12 de marzo y en el que una mayoría optó por el «Sí».
  3. Entidad cristiana cuya misión es promover y defender los derechos humanos, la justicia social, la paz, la solidaridad y el cuidado de la naturaleza.
  4. El Instituto Catalán Internacional para la Paz es una institución pública e independiente creada por el Parlament de Catalunya en el año 2007 con la finalidad de promover la cultura de la paz en la sociedad catalana y en el ámbito internacional.
  5. El SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute) mantiene una base de datos sobre gasto, presupuestos e industria militar en el mundo.
  6. Estados Unidos (firmante en 1968), Reino Unido (1968), Francia (1992), Unión Soviética (1968, sustituida por Rusia) y República Popular China (1992).
  7. Sumando a los países citados en la nota anterior India, Pakistán, Israel y Corea del Norte.
  8. El artículo 6 del TNP prohíbe situar armamento nuclear en un tercer país.
  9. Véase < https://www.daisakuikeda.org/es/sub/resources/works/lect/2023jan11-stmt-on-ukraine-crisis-and-nfu.html>.
  10. Véase la revista CG, n.º 235, noviembre 2024, sección «Actualidad».
Scroll al inicio