Por Daisaku Ikeda · Julio de 2021
Cuando era joven y luchaba contra mi mala salud, mi maestro Josei Toda una vez me alentó haciéndome leer este pasaje del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente:
Nuestra cabeza corresponde a myo; la garganta, a ho; el tórax, a ren; el estómago, a ge, y las piernas, a kyo. Por lo tanto, nuestro cuerpo de un metro y medio de altura constituye los cinco ideogramas de Myoho-renge-kyo […]. Ahora, podría decirse que las personas como Nichiren y sus seguidores, que han aprendido a entonar Nam-myoho-renge-kyo, han entrado en la Torre de los Tesoros.[1]
El señor Toda me dijo con vigor: «Porque entonas Nam-myoho-renge-kyo, tu propio cuerpo constituye la Ley Mística. De tal manera, no consientas ser vencido por lo que podríamos llamar el “demonio de la enfermedad”. Triunfa y brilla intensamente como una torre de tesoros pletórica de juventud, por el bien del kosen-rufu y de la sociedad».
Los jóvenes de hoy se ven asediados por toda clase de cuestiones complejas; en especial, la actual pandemia de coronavirus. Son muchos los que han perdido la esperanza y la confianza, y sufren a causa del aislamiento. Por eso, mi deseo más profundo es que tomen conciencia de la torre de tesoros de suprema nobleza que existe en ellos mismos y que todas las personas poseen.
El budismo Nichiren es una filosofía que nos permite dar supremo brillo a nuestra juventud.
En una carta dirigida a su joven discípulo Nanjo Tokimitsu, el Daishonin le escribe:
[Los budas Shakyamuni y Muchos Tesoros, los innumerables budas y bodisatvas del universo, y las funciones protectoras celestiales] así como una sombra sigue al cuerpo, custodiarán a todo aquel que posea firme fe en este Sutra del loto [es decir, en Nam-myoho-renge-kyo] y mantenga en todo momento la postura firme e inamovible en esa fe. Piense en esto, piense en esto y nunca deje que su mente se extravíe; sea firme en sus convicciones en todo momento, y gozará «de paz y de seguridad en esta existencia y de buenas circunstancias en la próxima[2]».[3]
Tal como el Daishonin lo alentó a hacer, Tokimitsu se mantuvo «firme en sus convicciones en todo momento». No retrocedió ni un solo paso, ni siquiera en la persecución de Atsuhara; lejos de ello, se ocupó de proteger con denuedo al Daishonin y a sus camaradas de fe. Ajeno a toda flaqueza en su compromiso, prevaleció brillantemente sobre la represión de las autoridades, la estrechez económica, la muerte prematura de seres queridos, su propia enfermedad e incontables problemas de otra índole. Hoy, en todo el mundo es admirado por nuestros miembros como modelo de fe.
Ustedes, los jóvenes, están practicando la Ley Mística –que es el principio fundamental del universo– y contribuyendo a la paz de la forma más elevada posible, pues están sentando las bases de un mundo mejor basados en la filosofía del budismo Nichiren que proclama la suprema dignidad de la vida. Y emplear sus años juveniles de esta manera es algo de lo cual jamás llegarán a arrepentirse.
Cada vez que se esfuerzan en cumplir el juramento del maestro y los discípulos, aun mientras se debaten con sus propios problemas y luchas, cada esfuerzo y cada acto de perseverancia hará resplandecer más y más la torre de tesoros de su vida. Ese fulgor que irradien desde su interior inspirará a muchos otros jóvenes que buscan el camino. Y cada uno de ellos, de esa manera, también brillará de esperanza como una torre de tesoros.
Ustedes, mis jóvenes amigos que están celebrando este año el 70.º aniversario de su departamento,[4] poseen una profundísima misión. Orgullosos de estar unidos de manera invencible, abran un ancho camino hacia la felicidad y la seguridad de todo el género humano, con la postura de respetar a los demás que tan bien los distingue.
¡Brillen triunfalmente,
jóvenes Torres de los Tesoros,
siempre firmes en la fe,
férreamente unidos,
valientes como leones!
(Traducción del artículo publicado en la edición de julio de 2021 de Daibyakurenge).
[1] Véase The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, págs. 28-29.
[2] Véase El Sutra del loto, Tokio: Soka Gakkai, 2014, cap. 5, pág. 98.
[3] Sobre la ropa y la comida, en The Writings of Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2006, vol. 2, pág. 638.
[4] El Departamento de Mujeres Jóvenes se fundó el 19 de julio de 1951, y el Departamento de Hombres Jóvenes, el 11 de julio de ese mismo año.