Carmen Albertos González · Güimar, Tenerife
Hace cinco años comencé a tener contacto con el budismo a través de distintos diálogos con una amiga. Esporádicamente, leía alguna revista que ella me proporcionaba; los temas me parecían interesantes, pero no le dedicaba demasiado tiempo.
En marzo de este año, me decidí a participar por primera vez en una reunión de diálogo de la SGEs. Me sentí en familia, encontrándome con personas que desean ser mejores seres humanos, para tener paz interior, justo como anhelo vivir. Continué participando en las reuniones y, en julio, hice mi suscripción a Civilización Global.
Cuando me llegó mi primera revista, en el mes de agosto, leí una frase que me impactó gratamente: «Hoy, más que nunca, eviten toda muestra o sentimiento de temor. […] [A]prieten los dientes y jamás retrocedan en la fe» (n.º 196, pág. 8). Despertó en mí una fuerza interior que tenía dormida, y me ayudó a empoderarme para enfrentar un difícil conflicto familiar.
Apretando los dientes y con determinación, pude sacar la voz con serenidad y convicción. Sentí paz. Y, aunque el conflicto no se solventó, ahora puedo manejar esta circunstancia de otra manera.
Decidí ingresar como miembro de Soka Gakkai, y el 7 de octubre recibí el Gohonzon.
Tengo 63 años. Estoy firmemente comprometida a continuar con esta práctica, y siento una inmensa gratitud por la oportunidad de aprender para mejorar mi vida.