N.º 202 · Febrero 2022
Parte de la manera y la razón de ser de esta revista es su afán de iluminar, número a número, significados de las fechas en que será leída. Aprendiendo de acontecimientos de la historia, en particular de la historia del budismo Nichiren y de la Soka Gakkai, sugiere modos de revivir las lecciones y valores que representan, a través de motivar iniciativas y experiencias novedosas y contemporáneas.
Se trata este, más ampliamente, de un rasgo propio del movimiento Soka. En palabras del profesor y autor estadounidense Clark Strand, «El Buda no ha terminado de enseñar todavía, tal y como se puede ver claramente en cualquier reunión de diálogo de la SGI. El Sutra del loto es siempre nuevo».[1]
Dicho esto, sentimos que esta vertebración entre el pasado al que nos debemos y el futuro que queremos, a través de un presente con el cual nos comprometemos, vibra en este nuevo número de Civilización Global de un modo especial, con una fuerza insólita –como la tierra de la que está a punto de brotar un nuevo manantial, o como una yema a punto de florecer–. Es, seguramente, la juventud, el avance dinámico que se abre paso desde las profundidades de la vida…
Febrero es el mes en que nacieron tanto Nichiren Daishonin como el maestro Toda. Hemos podido conocer la fe en la Ley Mística gracias a que el Daishonin vivió en este mundo y gracias a la lucha heroica de Toda Sensei en la posguerra.
Identificándonos con estas palabras citadas en la sección «Este mes», quienes tenemos un lazo con esta revista probablemente albergaremos el impulso de añadir, a continuación de ellas: «Y gracias a Daisaku Ikeda, quien, entre otros tantos esfuerzos sin reservas por el kosen-rufu, lideró en ese mismo mes la Campaña de Febrero, hace ahora setenta años».
¡Logremos una victoria resonante en nuestras actividades de propagación este mes de febrero, como muestra de nuestro agradecimiento!
Esta propuesta, la de vivir una nueva Campaña de Febrero, o una nueva «campaña desde febrero», es la que impregna la presente edición y la hace vibrar, casi temblar de vigor. En la misma sección «Este mes» se da nombre a dicha campaña: «El uno es madre de diez mil». Y la portada escoge para ilustrarla la cercanía de la «primavera profusamente florecida de amistad y beneficios» a la que también alude el ensayo de «Punto de partida».
Aquella vibración es, a la vez, un crepitar. En las secciones «Especial», dedicada junto con «Mi historia» al movimiento de reuniones de diálogo como eje central de todo avance del kosen-rufu, se menciona que en japonés estas se llaman zadankai. Y «el ideograma chino con que se escribe “diálogo” (dan, de zadankai) contiene no solo un componente que denota “palabras” o “discurso”, sino otro que significa “llama” o “fuego”»:[2] la «llama de la paz» a la que se hace referencia en «Aprendiendo de NRH». Esto se refleja en las tonalidades de la imagen que ha inspirado la nueva campaña, en la que el índigo o añil –el color de la juventud Soka (en «De pie y de paz» y en «En sociedad»)– arde de pasión y entusiasmo.
Completan este número secciones que nos recuerdan que todo lo anterior comienza por la oración («Para dialogar» y «Estudio mensual») y se construye a base de labores tenaces («Actualidad»).
¡Buena lectura! ¡Buen diálogo!
[1] ↑ Véase Civilización Global, n.º 110, junio 2014, págs. 12 y 13.
[2] ↑ IKEDA, Daisaku: «Nuestro gran movimiento de reuniones de diálogo», Seikyo Shimbun, 11/12/2009.