Orientación para la SGEs
Un 12 de septiembre, de 1271, Nichiren Daishonin afrontó y superó el hostigamiento más riguroso de su vida: lo que posteriormente se conocería como «persecución de Tatsunokuchi».[1] En recuerdo de este episodio, la Soka Gakkai ha establecido el 12 de septiembre como Día del Departamento de Estudio. Se trata de una decisión acorde con la afirmación de Daisaku Ikeda de que la esencia del budismo Nichiren cristalizó en esa fecha, y que quienes lo practicamos y estudiamos debemos tener una clara conciencia de su profundo significado.
El acoso que sufrió el Daishonin no respondió a delito o falta alguna en desmedro de la sociedad. A riesgo de su propia vida, proclamó una enseñanza correcta, y esto atemorizó a los líderes de otras escuelas religiosas de la época, quienes, a su vez, instalaron una sensación de inquietud con respecto a él entre las autoridades de mentalidad conservadora y tradicionalista. El resultado de esta instigación fue un aluvión de furia dirigida contra él.
Lo que el Daishonin había afirmado rotundamente era que el Sutra del loto constituía la enseñanza idónea para aliviar el sufrimiento de las personas durante el Último Día de la Ley, y para permitirles construir la felicidad y la paz.
En recuerdo de este episodio [la persecución de Tatsunokuchi], la Soka Gakkai ha establecido el 12 de septiembre como Día del Departamento de Estudio. […] Debemos tener una clara conciencia de su profundo significado.
Cuando las nubes de la ignorancia se disipan, reconocemos claramente que los seres humanos estamos dotados de un poder intrínseco tan vasto y eterno como el universo. La vida humana está imbuida de una fuerza sublime. Cada existencia es magnífica y grandiosa; todas las personas poseen esa naturaleza innata por igual. Esta era y es la convicción del budismo Nichiren, una filosofía de respeto a la vida y al ser humano.
Con su lucha abnegada por el kosen-rufu, el Daishonin mostró esta verdad cabalmente a las personas del Último Día de la Ley. Y en la persecución de Tatsunokuchi, sin dejar de ser una persona común, se despojó de «lo transitorio» y reveló «lo verdadero». Al hacerlo, nos enseñó a través de su ejemplo cómo manifestar la noble naturaleza de buda que existe en nosotros de manera inherente.
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Durante la persecución de Tatsunokuchi –cuando las autoridades aprovecharon acusaciones fraguadas para incriminar al Daishonin e intentaron ejecutarlo al amparo de la noche–, Shijo Kingo, un samurái que se cree que adoptó al Daishonin como maestro durante los primeros años de la propagación de su enseñanza en Kamakura, corrió a su encuentro, dispuesto a morir con él.[2]
En la actualidad, se conservan más de treinta cartas del Daishonin dirigidas a Shijo Kingo y a su esposa, Nichigen-nyo. Gracias a esta prueba documental, se ha convertido en un modelo de la relación de maestro y discípulo, que inspira especialmente a los miembros del Departamento de Hombres de la Soka Gakkai.[3]
Lo que hizo Nichiren Daishonin al descartar lo transitorio y revelar lo verdadero no tuvo –cabe insistir– un carácter exclusivo, sino que fue una demostración de que todas las personas pueden hacer aflorar en sí mismas el caudal inagotable de tesoros de la vida humana. Como medio para lograrlo, enseña la importancia de esforzarnos en la fe con la postura de la «verdadera causa»: siempre avanzar tomando este instante como punto de partida. Cuando practicamos así, podemos confrontar sin miedo la compleja realidad de la vida, sostenidos por el juramento compartido de maestro y discípulo, que es el de trabajar por la iluminación de todas las personas.
Lo que hizo Nichiren Daishonin al descartar lo transitorio y revelar lo verdadero […] fue una demostración de que todas las personas pueden hacer aflorar en sí mismas el caudal inagotable de tesoros de la vida humana.
La lucha del Daishonin por descartar lo transitorio y revelar lo verdadero muestra su auténtico significado cuando las personas comunes despiertan y emprenden acciones acordes y concretas. La Soka Gakkai está manteniendo fielmente este espíritu.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el fundador y primer presidente Tsunesaburo Makiguchi solía decir, en el contexto de su lucha contra el ultranacionalismo, que la Soka Gakkai debía «descartar lo transitorio y revelar lo verdadero». Cuando Josei Toda, que había sido encarcelado junto a Makiguchi a causa de sus convicciones, recuperó la libertad, también instó a que la organización emprendiera ese proceso. Tomó la profunda determinación de que los maestros y discípulos de la Soka se unieran en la acción basados en su juramento por el kosen-rufu compartido desde el tiempo sin comienzo.
Como sucesor suyo, Ikeda Sensei sostiene también:
Hoy, la Soka Gakkai debe una vez más «abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero». Para eso, cada miembro debe ponerse de pie con la conciencia de ser un Bodisatva de la Tierra, y cumplir plenamente su compromiso como auténtico discípulo del Daishonin.
Por mucho que hablemos sobre el poder innato y espléndido que encierra la vida, o sobre el potencial inmenso del ser humano, esto no deja de ser una abstracción. Nuestro poder humano innato se revela solo cuando nos esforzamos por desarrollarnos en medio de las adversidades más extremas. Lo que aflora y se expresa en esas circunstancias es nuestro verdadero yo, del cual no teníamos siquiera conciencia.[4]
El hecho de «abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero» en nuestra vida significa, en última instancia, superar con optimismo los obstáculos y elevar nuestra condición vital día tras día y mes tras mes.
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Sensei también ha escrito:
Dice el Daishonin: «Si no denuncia a los enemigos del Sutra del loto, le será imposible entrar en el Camino».[5] La gran ruta directa hacia el logro de la budeidad en esta existencia y hacia la concreción del kosen-rufu se encuentra en la lucha para derrotar completamente la arrogancia que subestima la humanidad y desprecia la vida. Nadie puede proclamar la verdad a menos que esté dispuesto a denunciar lo falso. Únicamente refutando lo erróneo podemos revelar lo verdadero.[6]
Esta lucha es la que llevó a Toda Sensei a condenar las armas nucleares como mal absoluto y como amenaza contra el inalienable derecho a la vida de todos los seres humanos, exhortando a los jóvenes de la Soka Gakkai a que aunaran esfuerzos para concretar la eliminación de dichas armas. Su «Declaración para la abolición de las armas nucleares» del 8 de septiembre de 1957 representa el punto de partida y una inspiración para las actividades para la construcción de la paz que, desde entonces, ha promovido la Soka Gakkai, revelando la misión de nuestra organización.
Una de estas actividades que ha asumido en primera persona el propio Daisaku Ikeda ha sido la publicación, ininterrumpida durante cuatro décadas, de sus propuestas de paz anuales desde 1983. Este año, también, Ediciones Civilización Global ha estado a cargo de la publicación de la edición impresa en castellano de la propuesta de paz de 2022, que, con el título Transformar la historia humana: Un haz de luz hacia la paz y la dignidad, acaba de ver la luz y que inspira un acto abierto al público general previsto para este septiembre.[7]
Este mes, nos proponemos dar un nuevo impulso a nuestro movimiento de reuniones de diálogo con el restablecimiento del formato presencial […]. También avanzaremos en el estudio de las enseñanzas de Nichiren Daishonin y la filosofía de Daisaku Ikeda motivados por los exámenes.
También este mes, nos proponemos dar un nuevo impulso a nuestro movimiento de reuniones de diálogo con el restablecimiento del formato presencial, de acuerdo con las pautas que se están compartiendo en los encuentros de planificación de las actividades de este tercer cuatrimestre. También avanzaremos en el estudio de las enseñanzas de Nichiren Daishonin y la filosofía de Daisaku Ikeda motivados por los exámenes de estudio de budismo que, tras suspenderse a causa de la pandemia en los dos últimos años, se han podido finalmente programar para el mes de noviembre; la sección «Estudio mensual» de este número de Civilización Global profundiza en la trascendencia de esto. Además, este mes y el siguiente, los encuentros que celebramos en torno a La nueva revolución humana tendrán un formato extraordinario, motivado por la oportunidad de ver en ellos dos entregas audiovisuales especiales protagonizadas por el vicepresidente de la Soka Gakkai Hiromasa Ikeda.[8]
Con la eterna postura de descartar lo transitorio y revelar lo verdadero, enseñada por el Daishonin y revitalizada por los tres presidentes fundadores de la Soka Gakkai, ¡demos un nuevo paso en la construcción de la paz y la felicidad –como protagonistas de la campaña «El uno es la madre de diez mil»– a través de las reuniones de diálogo y de estudio!
[1] ↑ La persecución de Tatsunokuchi fue un intento fallido de ejecución sumaria y nocturna de Nichiren Daishonin en la playa de Tatsunokuchi, Kamakura, instigado por poderosas figuras del Gobierno del momento.
[2] ↑ El intento de ejecución fracasó y, un mes más tarde, el Daishonin fue enviado al exilio en la isla de Sado.
[3] ↑ En un ensayo reciente, Daisaku Ikeda se ha referido a «los compañeros del Departamento de Hombres» como «nuestros pilares dorados, […] ¡los Shijo Kingo de la Soka!»; véase este número, sección «Punto de partida».
[4] ↑ IKEDA, Daisaku: «La persecución de Tatsunokuchi: “Descartar lo transitorio y revelar lo verdadero” es manifestar nuestro auténtico e inmenso potencial interior», Daibyakurenge, septiembre de 2015.
[5] ↑ Aliento a un enfermo, en END, pág. 80.
[6] ↑ IKEDA, Daisaku: «Sean insuperables en refutar lo erróneo y revelar lo verdadero», Daibyakurenge, julio de 2007.
[7] ↑ En relación con la propuesta de paz de 2022, véanse también en este número las secciones «Especial», a continuación de esta, y «Actualidad».
[8] ↑ Véase también, desde el punto de vista del Departamento de Jóvenes de la SGEs, este número, sección «De pie y de paz».