El pasado 30 de agosto falleció a los 91 años el expresidente de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov, mundialmente reconocido por su papel crucial en el cambio de rumbo de dicho Estado federal.
A partir de que en 1985 fuera nombrado secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Gorbachov emprendió un conjunto de reformas con el objetivo de reconstruir el país a nivel económico, político y social. En el ámbito político, proclamó lo que se denominó un «nuevo pensamiento político», cuyos fundamentos estaban en la superación de la lógica de bloques de la Guerra Fría y en considerar que existía una interdependencia global entre las naciones. El propósito último era establecer sólidas relaciones internacionales para evitar una catástrofe nuclear. Esto abrió un nuevo camino hacia la coexistencia pacífica con el mundo occidental, que se vio cristalizado con un significativo desarme nuclear. Por esta labor, en el año 1990, Gorbachov recibió el Premio Nobel de la Paz.
En este contexto, Gorbachov y Daisaku Ikeda, presidente de la SGI, se reunieron por primera vez en el Kremlin. Fue en julio de 1990, momento en que nació una gran amistad que duraría más de 30 años. El respeto mutuo se puede ver reflejado en las declaraciones que ambos hicieron tras dicho encuentro: el presidente de la SGI expresó su admiración hacia el líder soviético por su incesante búsqueda de la paz a través del diálogo, con la idea de un «socialismo con rostro humano»; Gorbachov destacó las enormes contribuciones de Ikeda en bien de la humanidad, basadas en su firme convicción en los valores e ideales del humanismo.
El intenso y extenso debate que establecieron –se llegaron a reunir hasta en diez ocasiones– se materializó en un libro de diálogos, Lecciones morales del siglo XX: Gorbachov e Ikeda conversan sobre el budismo y el comunismo, que aspira a delinear caminos hacia la paz en el siglo XXI, con el respeto a la dignidad de la vida y la convivencia armoniosa con el entorno natural como cimiento.
Haciendo honor a la amistad que los unía, Ikeda envió un mensaje de condolencia por el fallecimiento del exmandatario. En él mencionó aquel primer encuentro en el Kremlin y cómo este y los diálogos mantenidos posteriormente están grabados en su corazón. Además, elogió las aportaciones que, como constructor de paz, Gorbachov hizo en favor de la humanidad, aun en medio de enormes dificultades. Y sostuvo que Gorbachov «seguirá viviendo en los corazones de muchos como una fuente eterna de luz que ilumina el futuro de la humanidad».