Por Daisaku Ikeda · Octubre de 2022
Hace ochocientos años, nacía Nichiren Daishonin,[1] quien eligió describirse como el «hijo de un plebeyo»[2] o «hijo de padres humildes».[3] Ha llegado la hora de que el budismo del pueblo expuesto por el Daishonin, potente como el sol, disipe la oscuridad del caos e ilumine la familia humana global con una brillante luz de paz y de esperanza.
Cuando la vida de mi maestro Josei Toda se acercaba a su fin, él y yo mantuvimos un diálogo sobre el régimen militar de Kamakura en tiempos del Daishonin y destacamos cuántas personas comunes, en ese momento, se pusieron en pie con el valor indómito de un rey león. El mejor ejemplo de ello fueron los tres mártires de Atsuhara.[4] Eso –observó mi maestro– consumó el verdadero propósito del advenimiento del Daishonin en este mundo. Agregó que dicho desarrollo era el cometido que la Soka Gakkai había heredado de manera directa. Por eso –declaró–, él valoraba la Soka Gakkai más que a su propia vida.
Sería imposible crear otra red así, formada por personas sinceramente dedicadas al bien, unidas por una firme filosofía de respeto a la dignidad de la vida y por su confianza en la bondad fundamental del ser humano.
En La declaración unánime de los budas de las tres existencias, el Daishonin escribe: «Si uno abandona la forma ilusoria de pensar, rectifica su postura y vuelve al estado de iluminación, entenderá que el logro de la budeidad con la forma que posee no existe en ningún otro lugar más que en su propio cuerpo».[5]
Perfectamente de acuerdo con estas palabras, nuestro mundo de la Soka –donde los miembros estudian juntos el budismo y se alientan unos a otros– ha inspirado a incontables personas a perseverar con la convicción de que son entidades de la Ley Mística y a revitalizar su existencia mediante el proceso de la revolución humana.
Para nosotros, es un orgullo saber que hoy, en todo el mundo, están surgiendo grandes multitudes de Bodisatvas de la Tierra, cuya identidad esencial, en definitiva, es incuestionablemente la de budas.
Hace seis décadas [en 1962], respondí la pregunta de un joven sagaz, preocupado por la posibilidad de que nuestra organización, en su labor incesante por el mejoramiento de la sociedad, sufriese la embestida de críticas cada vez más intensas. Le dije: «Somos personas de acción. Tenemos una gran filosofía que ponemos en práctica para contribuir de manera positiva al bienestar de las personas. Eso es lo que nos vuelve fuertes. Cuando nos veamos ante los comentarios negativos de gente irresponsable, que mira sin hacer nada, hablemos con convicción y con una lógica clara para rectificar esos errores de juicio».
La sabiduría del Camino Medio puede poner fin al ciclo trágico de aflicciones que, desde hace tanto tiempo, viene marcando el destino de la humanidad; puede unir y empoderar al pueblo para que este sea capaz de oponerse al mal y a las fuerzas divisorias.
En una carta escrita durante la persecución de Atsuhara,[6] el Daishonin señala: «Mientras conserven la entereza, estoy seguro de que, al final, la verdad de este asunto se revelará claramente».[7]
Sin impostura ni arrogancia, como campeones anónimos de la humanidad, vivamos con bravura y cumplamos jubilosamente el propósito genuino del kosen-rufu y de nuestra vida.
Como las estrellas de las diez direcciones,
sucesores de nuestro movimiento,
Bodisatvas de la Tierra,
¡infundan valentía al pueblo
irradiando su fúlgida dignidad!
(Traducción del artículo publicado en la edición de octubre de 2022 de Daibyakurenge).
[1] Nichiren Daishonin nació el 16 de febrero de 1222.
[2] Carta al sacerdote laico Nakaoki, en Los escritos de Nichire Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 1051.
[3] Condolences on a Deceased Husband (Condolencias por la muerte de un cónyuge), en The Writings of Nichiren Daishonin (WND), Tokio: Soka Gakkai, 2006, vol. 2, pág. 766.
[4] Tres mártires de Atsuhara: Tres campesinos discípulos de Nichiren Daishonin –Jinshiro, Yagoro y Yarokuro– que fueron arrestados y decapitados durante la persecución de Atsuhara.
[5] The Unanimous Declaration by the Buddhas of the Three Existences (La declaración unánime de los budas de las tres existencias sobre), en WND, vol. 2, pág. 853.
[6] Persecución de Atsuhara: Sucesión de amenazas y actos de violencia perpetrados contra los seguidores del Daishonin en la aldea de Atsuhara (actual zona central de la prefectura de Shizuoka), que comenzaron en 1275 y persistieron hasta 1283, aproximadamente.
[7] Reply to the Sages (Respuesta a los venerables), en WND, vol. 2, pág. 831.