Mensaje de Año Nuevo de Daisaku Ikeda
¡Felicidades por el inicio de este «Año de los jóvenes y del triunfo»!
Junto con nuestros compañeros de todo el mundo, hoy emprendemos una nueva marcha con espíritu vibrante, haciendo brillar el sol del tiempo sin comienzo en nuestros corazones.
En un momento en que la humanidad afronta retos sin precedentes, ustedes, mis queridos amigos, están iluminando el corazón de otras personas con la gran luz de la Ley Mística, imbuida de amor compasivo y sabiduría, y se dedican a expandir incansablemente nuestra red de esperanza y felicidad. No hay ninguna duda de que Nichiren Daishonin, el Buda del Último Día de la Ley, conoce todos sus esfuerzos. Los beneficios que están acumulando son inmensos.
El Daishonin escribió: «Le confío la propagación del budismo en su provincia».[1] De este modo, hizo saber a sus discípulos –que desafiaban la adversidad con una fe inquebrantable– que contaba con ellos para propagar la Ley Mística en sus comunidades. Podemos leer estas palabras como un mensaje dirigido a todos ustedes, quienes han sembrado las semillas de la Ley Mística en la vida de una persona tras otra en sus respectivas tierras, a la vez que superaban numerosas dificultades. Cada uno de ustedes es un valiente Bodisatva de la Tierra, y están unidos por profundos lazos kármicos.
Ahora, más que nunca, entonemos daimoku poderosamente por la paz mundial y, con la juventud al frente, expandamos nuestra asamblea de Bodisatvas de la Tierra en los lugares donde desempeñamos nuestra misión.
El budismo Nichiren es una enseñanza de esperanza, que nos permite transformar las situaciones adversas y convertir el karma en misión. Es una religión de revolución humana, que nos enseña que, cuando cambiamos, cambia también nuestro medio ambiente. Es una gran filosofía de respeto hacia la vida, una fuente de creación de valor ilimitada para construir una sociedad pacífica y segura. Las experiencias de compañeros de todo el mundo testimonian los inmensos beneficios de la Ley Mística. Hoy, más y más, el mundo necesita nuestro movimiento, como «pilar», «ojos» y «gran navío» de la construcción de la paz.[2]
El Sutra del loto declara: «Seremos los emisarios del Honrado por el Mundo y enfrentaremos la asamblea sin temor».[3] Aunque soplen vientos feroces, continuemos dialogando con otras personas sobre la gran filosofía del budismo Nichiren con valentía y confianza, difundiéndola ampliamente.
Con un corazón eternamente joven, ¡sigamos dando grandes pasos hacia el kosen-rufu mundial!
¡Les deseo lo mejor!
Daisaku Ikeda
[1] ↑ Las propiedades del arroz, en END, pág. 1163.
[2] ↑ Los términos «pilar», «ojos» y «gran navío» son utilizados por el Daishonin en La apertura de los ojos, en la declaración: «Seré el pilar del Japón. Seré los ojos del Japón. Seré el gran navío del Japón. ¡Este es mi juramento, y jamás lo abandonaré!». Véase en END, pág. 297.
[3] ↑ SL, cap. 13, pág. 194.