Si se cruza circunstancialmente con alguien, no rehúya el encuentro con esa persona, aunque no le entusiasme. Salúdela con una sonrisa, incluso si no se siente inclinado a sonreír.[21]
SALUDAR A LOS DEMÁS CON UNA SONRISA
Ahora, estudiemos una carta dirigida a un discípulo del Daishonin llamado Kawai. Se trata de un texto hasta ahora inédito, publicado por primera vez en la nueva edición de los escritos de Nichiren Daishonin en japonés, Nichiren Daishonin Gosho Zenshu. Al parecer, Kawai estaba emparentado con la familia Nishiyama, aunque no se conocen más detalles.
A la mayoría de nosotros nos ocurre que hay personas con quienes congeniamos naturalmente, y otras con las que nos cuesta más relacionarnos. En este escrito, el Daishonin reconoce este hecho, pero agrega que cuando vemos acercarse a alguien con quien no simpatizamos tanto, debemos tener la valentía de aceptar el encuentro. Y que, aunque no nos resulte particularmente fácil, debemos saludar a esa persona con una sonrisa.
No sabemos en qué situación se hallaba Kawai en ese momento, pero podemos inferir que el Daishonin lo instaba a crear un medio ambiente más positivo en cualquier caso, y a superar el apuro que enfrentaba a través de cambiar su actitud hacia los demás.
VALORAR CADA ENCUENTRO
Que nuestra situación cambie para mejor o para peor depende de nuestras acciones, y estas derivan de nuestra actitud y determinación. En especial, cuando valoramos y apreciamos los lazos con quienes nos rodean, ellos actúan en nuestro apoyo y nos brindan protección. El Daishonin enseña que debemos interactuar de manera sabia y abierta con los demás, incluso con quienes nos supone un reto hacerlo.
Esto, que concuerda con la razón, es un factor clave para entablar buenas relaciones humanas. Aun consciente de las dificultades y problemas que afrontaban sus discípulos, el Daishonin los alentaba a que vieran cada encuentro como una oportunidad espléndida para ayudar a los demás a vincularse con el budismo.
SOMOS AGENTES DE CAMBIO
En una carta a otro discípulo,[22] el Daishonin escribe: «Le confío la propagación del budismo en su provincia. Se dice que “las semillas de la budeidad germinan [mediante una relación causal] como resultado de las circunstancias, y por esta razón, ellos predican el vehículo único [del Sutra del loto][23]”».[24]
A través de nuestros esfuerzos sostenidos por permitir a cada persona conectar con la enseñanza de la Ley Mística, podemos transformar nuestro medio ambiente en una tierra de buda. De acuerdo con el principio budista de la inseparabilidad entre el sujeto y su ambiente, cada uno de nosotros es un agente de cambio –es decir, una persona responsable de esa transformación–.
En Japón y en todo el mundo, los miembros de la Soka Gakkai están ayudando activamente a otras personas en sus comunidades y en la sociedad a establecer lazos positivos con el budismo Nichiren. Son como el anfitrión que sonríe en el tratado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra.[25] De la misma manera, abrazando a los demás con una sonrisa y esforzándose sin cesar en ganarse el apoyo y la amistad de una persona tras otra, han abierto el brillante camino hacia el kosen-rufu mundial.
GANARSE LA CONFIANZA Y LA ALABANZA DE LOS DEMÁS
El budismo Nichiren no es una religión de magia ni de milagros, donde las cosas suceden sin requerirnos esfuerzo. Por el contrario, enseña la estricta ley de causa y efecto que rige todos los fenómenos de la vida. Cada una de nuestras experiencias y beneficios en la fe es el resultado de nuestros esfuerzos cotidianos.
La única forma de gestar un gran cambio es hacer y dar siempre lo mejor basados en nuestra práctica budista. Por eso es tan importante vivir de acuerdo con la ley suprema de la vida y actuar con sabiduría.
El Sutra del loto enseña que todos los seres poseen la naturaleza de buda. Es una filosofía de respeto al valor y la dignidad de todos. Así pues, la práctica suprema de un budista es respetar la naturaleza de buda de los demás, tal como hacía el bodisatva Jamás Despreciar,[26] quien reverenciaba a cada persona con la cual se encontraba.
En Las tres clases de tesoros, carta dirigida a Shijo Kingo, el Daishonin escribe: «El propósito con el cual nació en este mundo el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, yace en su comportamiento como ser humano».[27] Esto nos dice que la conclusión última de todo lo que expuso el buda Shakyamuni a lo largo de su vida yace en una conducta de respeto hacia los demás.
Cuando Shijo Kingo se vio en extremas dificultades, el Daishonin le recalcó que la fe en el budismo existe para lograr la victoria. También le explicó, de diversas maneras, que la forma de superar la adversidad y alcanzar esa victoria es mantener un espíritu de agradecimiento y no dejarse influir por las opiniones que los demás tengan de uno.
UNA ORIENTACIÓN BASADA EN LA PERSONALIDAD DE SHIJO KINGO
En Las tres clases de tesoros, el Daishonin aconseja a Shijo Kingo que, justo por haber recuperado la confianza de su señor feudal, mantenga una actitud sobria y prudente, y que avance con paciencia en la labor de obtener el apoyo de quienes lo rodean. Sabiendo del carácter de su discípulo, también le advierte concienzudamente de que no debe dejarse llevar por su temperamento.
Luego prosigue: «Viva de tal forma que la gente de Kamakura lo elogie por la diligencia con que Nakatsukasa Saburo Saemon-no-jo [Shijo Kingo] presta servicio a su señor, al budismo y a las demás personas».[28] Aquí lo está instando a dar una gloriosa prueba de triunfo y a ganarse la confianza y la alabanza de los demás.
«NINGÚN TESORO ES TAN PRECIADO COMO LOS DEL CORAZÓN»
El Daishonin prosigue diciendo que, para los seres que han tenido la fortuna de nacer con vida humana, «[m]ás valiosos que los tesoros de los cofres son los del cuerpo. Pero ninguno es tan preciado como los tesoros del corazón».[29] Alienta a Shijo Kingo a enfocarse en cultivar los tesoros del corazón, que son imperecederos, basado en su práctica budista.
El Daishonin recalca que nuestro verdadero propósito como budistas es crecer como seres humanos, perseverando en la fe y atesorando a quienes nos rodean. Lo expresa en el último pasaje de Las tres clases de tesoros, que antes cité [y que se refiere al verdadero propósito con el cual nació el Buda a este mundo].[30] En otras palabras, enfatiza que el respeto a los demás –nuestro benevolente «comportamiento humano»– es el modelo y la referencia fundamental de conducta como budistas.
EXPANDIR UN MOVIMIENTO DE «BUDISMO EN ACCIÓN»
El profesor Ved Nanda de la Universidad de Denver, reconocida autoridad en derecho internacional, ha expresado las esperanzas que deposita en nuestras actividades. Afirmó que le impresionó el modo en que la SGI constituye un movimiento de «budismo en acción», que muestra a la gente que el trabajo en beneficio de la sociedad es una parte importante de la práctica budista; en su opinión, estos esfuerzos corporifican el amor compasivo del budismo. También ha dicho que las oraciones y la práctica de los miembros de la SGI, si bien a primera vista pueden parecer orientadas a su felicidad individual, en realidad juegan un papel crucial para construir la paz y la felicidad en sus entornos inmediatos, lo cual, a su vez, se extiende al mundo entero. Orar todas las mañanas y tardes por el bien de la humanidad –ha sostenido– es el primer paso para ser ciudadanos del mundo: un pequeño paso que produce un gran cambio.[31]
Esta perspectiva se asemeja mucho al Camino Medio del budismo, sobre el cual el profesor Nanda y yo discurrimos en nuestro diálogo.[32]
Hoy, numerosos pensadores prestigiosos del mundo dicen que la Soka Gakkai –una asamblea de Bodisatvas de la Tierra dedicados a la propagación compasiva del budismo– es un modelo de ciudadanía global.
Nuestro «comportamiento humano» de respetar y valorar a cada individuo es reconocido como una labor gradual pero segura para transformar la sociedad desde sus cimientos.
UNA RED DE ESPERANZA Y DE ALIENTO
El primer reto que hemos tenido que enfrentar en nuestra marcha hacia el centenario de la Soka Gakkai [en 2030] ha sido la pandemia global de COVID, cuya naturaleza no tiene precedentes. Pero en Japón y el resto del mundo nuestros miembros han fortalecido y ampliado nuestra red de esperanza y aliento, con dedicación y sabiduría, decididos a unir a las personas. Han tejido lazos de sinceridad y confianza en sus comunidades y sociedades.
Los jóvenes que han resistido y prevalecido sobre esta enorme prueba están llamados a dar pasos más grandes aún, en el grandioso escenario del siglo XXI que se despliega ante nosotros.
UNA NUEVA ÉPOCA DE JÓVENES BODISATVAS DE LA TIERRA
Estoy seguro de que los maestros Makiguchi y Toda estarían absolutamente encantados de ver a nuestra juventud Soka desempeñando papeles tan activos en sus lugares de misión.
Al celebrar el 16 de marzo, Día del Kosen-rufu, en esta nueva época en que los jóvenes Bodisatvas de la Tierra –como hermosas flores humanas– se despliegan enérgicamente en la escena global, quiero proclamar una vez más: ¡mis amados jóvenes, os confío el futuro del kosen-rufu mundial!
(Traducción del artículo publicado en la edición de marzo de 2022 de Daibyakurenge).
[21] ↑ Respuesta a Kawai, en GZ, nueva edición, pág. 1693 (traducción tentativa). Se cree que este texto fue escrito el 19 de abril de 1280. Sería la parte final de una carta más larga el resto de la cual se ha perdido, o bien un texto independiente de muy corta extensión.
[22] ↑ Cita de Las propiedades del arroz, en END, pág. 1163. Solo se ha conservado un fragmento de este texto hasta la fecha; se desconoce cuándo fue escrito o a quién fue dirigido.
[23] ↑ SL, cap. 2, pág. 41.
[24] ↑ Las propiedades del arroz, en END, pág. 1163.
[25] ↑ En el tratado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra, el anfitrión –Nichiren Daishonin– rectifica la comprensión de su invitado acerca del budismo. Este, enfurecido, se prepara para irse airadamente, pero aquel, «con una sonrisa, contuvo a su huésped» (en END, pág. 16), lo contiene y sigue dialogando con él mediante argumentos razonables y fundamentados.
[26] ↑ Jamás Despreciar es un bodisatva descrito en el capítulo homónimo (20.o) del Sutra del loto. Dicho bodisatva, que en existencias posteriores sería el propio Shakyamuni, vivió a fines del Día Medio de la Ley después de la muerte del Rey del Sonido Imponente. Se inclinaba ante cada persona que tenía delante y decía: «Siento profundo respeto por vosotros. Jamás osaría trataros con desprecio o arrogancia. ¿Y por qué? Porque todos practicaréis el camino del bodisatva y entonces seréis capaces de conseguir la budeidad». Véase SL, cap. 20, pág. 264. Sin embargo, la respuesta de las personas arrogantes (monjes, monjas, laicos y laicas) era atacarlo con palos y varas y apedrearlo. El sutra explica que esta práctica fue la causa que permitió al bodisatva Jamás Despreciar lograr la budeidad.
[27] ↑ Las tres clases de tesoros, en END, pág. 893.
[28] ↑ Las tres clases de tesoros, en END, pág. 892.
[29] ↑ Ib.
[30] ↑ Véase ib.
[31] ↑ De una entrevista publicada en el Seikyo Shimbun el 22 de noviembre de 2021.
[32] ↑ NANDA, Ved y Daisaku IKEDA: Our World to Make: Hinduism, Buddhism, and the Rise of Global Civil Society (El mundo que debemos hacer: El hinduismo, el budismo y el surgimiento de la sociedad civil global), Cambridge, Massachusetts: Dialogue Path Press, 2015, págs. 102-03.