En esta sección ofrecemos recursos para las reuniones de diálogo de la SGEs. Estos son: una cita que alumbra la trascendencia de los esfuerzos que cristalizan en estos encuentros («Globalmente»), la presentación de uno de los grupos que los sostienen («Localmente»), un pasaje de la enseñanza budista comentado por Daisaku Ikeda («Avanzando con el Gosho»), una «Perspectiva» y algunas «Palabras clave».
GLOBALMENTE
«Emprender un diálogo significa
aprender unos de otros,
conocernos y demostrar un respeto mutuo.
El propósito del diálogo es
entablar amistad con el género humano
y hacer del mundo nuestro aliado.
El punto de partida de nuestros diálogos
es la aflicción e indignación que sentimos
por la confusión que existe en la sociedad.
Es el corazón que busca empatizar con quienes están sufriendo.
Cuando nos situamos en este terreno común,
es posible mantener diálogos sinceros […].
[…] [N]o hay que sentirse pequeño ante nadie;
tengan confianza y sostengan diálogos dinámicos con miras a
abrir el camino para la construcción de una vida y una sociedad mejor.
Más aún, el diálogo es como una obra teatral con muchos actos.
Puede haber ocasiones en las cuales salten chispas, y momentos de felicidad
en los que resuene una armoniosa melodía de empatía.
En los diálogos enérgicos yace una sensación de plenitud y vitalidad.
Ahora, más que nunca,
¡basémonos en una fe firme y luchemos por mantener
diálogos con espíritu vibrante!».[1]
LOCALMENTE
Los grupos de diálogo que integran el distrito La Palma de la SGEs decidieron, dado el momento excepcional que están viviendo en la isla a raíz de la erupción del volcán, celebrar conjuntamente la segunda parte de la conmemoración del 60.º aniversario el pasado 17 de octubre. Junto a ellos participaron responsables de la región y nacionales, en representación de todos los miembros de la organización, en cuyas oraciones está la determinación de que, juntos, podamos superar las circunstancias actuales sin ser vencidos.
(Envío de imágenes a: prensa@ediciones-civilizacionglobal.com)
AVANZANDO CON EL GOSHO
Estas personas voluntariamente renuncian a las recompensas que les corresponderían por sus acciones puras y, compadecidas ante los seres vivos, nacen en el mundo malvado después de mi extinción para exponer ampliamente este sutra.
(SL, capítulo 10.º, «El maestro de la Ley», pág. 160).
«A partir de esta explicación, cada uno ha hecho, como bodisatva, el juramento de guiar a otros a la iluminación; para ello, ha elegido nacer en esta época de maldad –el Último Día de la Ley– con diversas circunstancias kármicas –enfermedades, penurias económicas, discordia familiar, soledad, falta de autoestima y tantas otras situaciones– que hacen el destino. Pero entonar Nam-myoho-renge-kyo, esforzarnos en la práctica budista para uno y para los demás, y dedicar nuestra vida al kosen-rufu nos permiten activar la enérgica vitalidad de los Bodisatvas de la Tierra y el estado de vida monumental de la budeidad que hay en nuestro interior. Así, respondemos a cada obstáculo y adversidad haciendo valer nuestra sabiduría, fortaleza, valentía, esperanza y alegría de vivir. En esa forma de afrontar valerosamente los embates del karma, mostramos la validez del budismo Nichiren y los tremendos beneficios de nuestra práctica budista, y al mismo tiempo impulsamos el avance del kosen-rufu. De hecho, es con ese propósito, y no otro, que hemos elegido asumir tales dificultades.
El karma y la misión son dos caras de una misma moneda; nuestro karma pasa a ser, directamente, nuestra noble misión personal. Por eso, cuando consagramos la existencia al kosen-rufu, no hay destino que no podamos transformar.
Todos somos Bodisatvas de la Tierra; todos tenemos derecho a ser felices. Somos los protagonistas estelares de una saga gloriosa que transcurre en el gran escenario de la vida».[2]
PERSPECTIVA
En el epílogo de su obra La nueva revolución humana, del cual se han extraído también la cita y el comentario recogidos sobre estas líneas, Daisaku Ikeda observa: «La enseñanza primordial del budismo Nichiren no considera la vida y sus fenómenos como algo fijo e inmutable; antes bien, devela el dinamismo de la existencia, donde todo se transforma y está abierto al cambio; esto se aprecia en principios que afirman que “los deseos mundanos son la iluminación”, “los sufrimientos del nacimiento y la muerte son el nirvana” y “el veneno se convierte en medicina”. El budismo Nichiren percibe también, en lo profundo de cada persona que sufre, el potencial de la budeidad y enseña el medio para despertar y manifestar ese estado de vida. En otras palabras, pone en primer plano la creatividad, la autonomía y el potencial supremo y positivo de todos los seres humanos. A ese proceso de transformación interior, iniciado por el propio sujeto, lo llamamos “revolución humana”».[3]
PALABRAS CLAVE
Bodisatvas de la Tierra · Karma como misión · Felicidad · Revolución humana
[1] ↑ IKEDA, Daisaku: «A través del diálogo, hagamos del mundo nuestro aliado», Seikyo Shimbun, 26/9/2021.
[2] ↑ IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, Vol. 30, Parte 2, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2021, pág. 294.
[3] ↑ Ib., págs. 294 y 295.