La importancia de la unión
Presentamos la primera de dos entregas con las que, a partir de una disertación de Daisaku Ikeda sobre dos pasajes de uno de los escritos fundamentales de Nichiren Daishonin, nos proponemos profundizar en temas clave de la práctica budista como son la unión de distintas personas con un mismo propósito y, en el siguiente número, la inseparabilidad de maestro y discípulo.
Todos los discípulos y seguidores laicos de Nichiren deben entonar Nam-myoho-renge-kyo con la actitud de ser distintas personas, pero centradas en un mismo propósito, trascendiendo todas las diferencias que pueda haber entre ellas[1] hasta volverse inseparables como los peces y el agua en que nadan.[2] Este lazo espiritual es la base para la transmisión universal de la Ley suprema de la vida y la muerte. Aquí yace el verdadero objetivo de la propagación de Nichiren. Cuando estén unidos así, hasta el gran deseo de la propagación universal [o kosen-rufu] podrá concretarse.[3]
SAIREN-BO, DISCÍPULO DE NICHIREN DAISHONIN
El Daishonin dirigió esta carta a Sairen-bo,[4] un sacerdote que se había convertido a sus enseñanzas cuando ambos se encontraban desterrados en la isla de Sado. En esas circunstancias adversas, el discípulo tuvo oportunidad de compartir con su maestro las enormes dificultades de la vida en ese lugar. Este escrito es una respuesta del Daishonin a una pregunta de Sairen-bo acerca del significado de la importante enseñanza budista sobre la «herencia de la Ley suprema de la vida y la muerte».
«LA HERENCIA DE LA LEY SUPREMA DE LA VIDA Y LA MUERTE» ES LA ENSEÑANZA PARA LA ILUMINACIÓN DE TODAS LAS PERSONAS
«La Ley suprema de la vida y la muerte» se refiere a la verdad más esencial y profunda sobre la naturaleza de nuestra existencia, sujeta a un ciclo interminable de nacimiento y muerte.[5] Aquí, «herencia» se refiere a la esencia del budismo, que se transfiere del Buda a todas las personas a lo largo del futuro, del mismo modo en que el linaje de una familia se transmite de los progenitores a sus descendientes.
En otras palabras, la «herencia de la Ley suprema de la vida» es la transmisión de la Ley o enseñanza última que permite a todos manifestar la budeidad, y que el Buda transfiere a toda la humanidad.
El Daishonin comienza esta carta diciendo que la «herencia de la Ley suprema de la vida y la muerte» –la doctrina esencial para superar los sufrimientos del nacimiento y la muerte– es Nam-myoho-renge-kyo. Señala que los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo[6] constituyen la Ley eterna y fundamental, y representan la enseñanza para la iluminación de todas las personas, transmitida por Shakyamuni a los Bodisatvas de la Tierra durante la magnífica Ceremonia en el Aire[7] que tiene lugar en la asamblea del Sutra del loto.
Imagino el regocijo y la asombrada reflexión de Sairen-bo al leer sobre esta verdad esencial del budismo.
EL GOHONZON DE NAM-MYOHO-RENGE-KYO
El daimoku de Nam-myoho-renge-kyo que entonamos cada día es la Ley fundamental del universo. El Gohonzon de Nam-myoho-renge-kyo al cual oramos no es otra cosa que el monumental estado de budeidad que Nichiren Daishonin corporeizó.
Cuando recitamos Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon, el sonido de la Ley Mística se alinea con la budeidad del universo y con la naturaleza de Buda que hay en nuestro interior, activando el amor compasivo, la sabiduría y el coraje inherentes a ella. Esta práctica despierta en nosotros la energía para enfrentar todas las dificultades, potencia nuestra fuerza vital y nos torna invencibles. Nos permite ejercitar nuestra sabiduría y nuestro intelecto; nos sitúa en el camino seguro hacia la buena fortuna y los beneficios, y nos hace avanzar hacia la victoria. El verdadero propósito de la práctica budista es elevar nuestro estado de vida.
El verdadero propósito de la práctica budista es elevar nuestro estado de vida.
Nichiren Daishonin reveló Nam-myoho-renge-kyo –la Ley suprema de la vida y la muerte– para que todas las personas del Último Día de la Ley[8] pudiéramos alcanzar un estado de felicidad indestructible.
La Soka Gakkai es la única organización que está propagando ampliamente la gran enseñanza humanística del budismo Nichiren en nuestro mundo contemporáneo. El desarrollo sin precedentes del kosen-rufu mundial se ha logrado gracias a las oraciones y al trabajo infatigable […] en unión espiritual con los primeros tres presidentes de la Soka Gakkai.
¡Cuán admirable y digna de respeto es una existencia vivida entonando Nam-myoho-renge-kyo y trabajando en bien del kosen-rufu…!
Nuestros jóvenes Bodisatvas de la Tierra están dando continuidad a esta noble tradición. Cada uno posee la misión de ayudar a los demás a ser felices. La forma de transmitir la «herencia de la Ley suprema de la vida y la muerte» es sembrar las semillas de la felicidad y la paz en nuestro mundo.
FE PARA HEREDAR LA LEY
En esta carta, el Daishonin ofrece tres puntos clave de nuestra práctica budista para recibir la «herencia de la Ley suprema de la vida y la muerte».
El primero es tener la convicción de que nuestra vida es inseparable de la Ley Mística.
El segundo es mantener una fe firme e inquebrantable, que no se aparte de la Ley Mística en ninguna existencia, a lo largo de la eternidad.[9]
Y el tercero es la unión de «distintas personas con un mismo propósito».
El Daishonin ofrece tres puntos clave de nuestra práctica budista para recibir la «herencia de la Ley suprema de la vida y la muerte».
Las palabras «Todos los discípulos y seguidores laicos de Nichiren» pueden interpretarse como una referencia a la comunidad de verdaderos maestros y discípulos, y a la organización dedicada al logro del kosen-rufu. Esto se debe a que sin la lucha conjunta de maestro y discípulo no es posible transmitir correctamente la «herencia de la Ley suprema de la vida y la muerte». Por otro lado, solo una organización de «distintas personas» unidas «con un mismo propósito» e imbuidas del espíritu de maestro y discípulo puede asegurar la victoria en la contienda entre la budeidad y las funciones destructivas, y abrir rutas hacia el kosen-rufu.
LA ACTITUD CORRECTA QUE DEBEN TENER LOS DISCÍPULOS QUE TRABAJAN POR EL KOSEN-RUFU
En este pasaje que estamos estudiando, el Daishonin esclarece el espíritu que han de tener sus discípulos para dedicarse al kosen-rufu. Afirma que deben «trascender todas las diferencias» que pueda haber entre ellos hasta ser «inseparables como los peces y el agua en que nadan», y trabajar juntos con la unión de «distintas personas centradas en un mismo propósito».
«Trascender todas las diferencias que pueda haber entre ellos» significa eliminar todo sentimiento de discriminación o antagonismo. También puede interpretarse como el constante afán de superar la tendencia humana al egocentrismo.
«Inseparables como los peces y el agua en que nadan» significa que cuando nos respetamos como personas únicas, de infinito valor, cuando confiamos unos en otros y nos apoyamos mutuamente, podemos lograr grandes cosas juntos.
En la expresión «distintas personas con un mismo propósito», «distintas personas» quiere decir que cada una posee sus propias cualidades, personalidad y circunstancias. «Mismo propósito» significa que compartimos sentido de propósito y valores. De tal modo, extrayendo lo mejor de nuestros caracteres y aptitudes, nos alentamos mutuanente y trabajamos unidos por el objetivo común del kosen-rufu.
UNA ORGANIZACIÓN IDEAL DE «DISTINTAS PERSONAS CON UN MISMO PROPÓSITO»
Nuestra excelente unión de «distintas personas con un mismo propósito» en pos del kosen-rufu ejemplifica el ideal de la armonía humana y la cooperación. Es así porque somos una organización formada por individuos diversos, que trascienden las diferencias de etnia, idioma y cultura y se unen con base en su humanidad compartida. Nos respetamos y ayudamos mutuamente, y aprendemos unos de otros. No toleramos ninguna forma de acoso o discriminación que lesione el valor o la dignidad de nadie.
La Soka Gakkai ha construido una organización ideal de «distintas personas con un mismo propósito». Mi maestro, el segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, también percibió que un colectivo así representaba la clave para la felicidad de la humanidad.
Somos una organización formada por individuos diversos, que trascienden las diferencias de etnia, idioma y cultura y se unen con base en su humanidad compartida. Nos respetamos y ayudamos mutuamente, y aprendemos unos de otros. No toleramos ninguna forma de acoso o discriminación que lesione el valor o la dignidad de nadie.
Para algunos de ustedes, la palabra «organización» tal vez tenga un matiz restrictivo. Pero ni siquiera el estudio o la práctica de deportes pueden acometerse en soledad; requieren algún tipo de estructura coordinada, como una escuela o un club. Las organizaciones son indispensables para la vida humana. La organización Soka Gakkai existe para ayudarnos a practicar el budismo Nichiren y lograr la felicidad.
Por otro lado, las organizaciones que pierden el rumbo o el sentido de propósito pueden causar sufrimiento a la gente. Esto muestra la importancia de los fines de una organización y del modo en que trata de alcanzarlos. La Soka Gakkai es una organización que valora a cada individuo y trabaja para que todos lleguen a ser felices.
La Soka Gakkai impulsa un movimiento para hacer realidad la paz mundial y la felicidad de todas las personas, difundiendo en el mundo la filosofía del respeto a la dignidad de la vida. Esto concuerda plenamente con la intención del Buda y coincide cabalmente con el deseo de Nichiren Daishonin de lograr el kosen-rufu global. En este sentido, la organización se originó con el Daishonin, el Buda del Último Día.
Toda Sensei solía decir que la Soka Gakkai, como organización dedicada al kosen-rufu, era más importante que su vida. Tenemos la misión de ofrecer un modelo de solidaridad a la sociedad global.
UNA RELIGIÓN QUE UNE A LA GENTE
[…] Superar las divisiones, unir a las personas y construir vínculos de solidaridad serán tareas cruciales a partir de ahora.
El doctor Bryan Wilson (1926-2004), prestigioso sociólogo de las religiones con quien tuve el placer de dialogar extensamente, afirmó que la Soka Gakkai es un movimiento que fortalece los lazos entre personas en un momento en que el entramado social se ve amenazado y erosionado.
Superar las divisiones, unir a las personas y construir vínculos de solidaridad serán tareas cruciales a partir de ahora.
Otro gran pensador con quien pude conversar en varias oportunidades fue el célebre científico Linus Pauling (1901-1994), quien elogió sin reservas nuestro movimiento de diálogo dirigido a alentar a la gente sobre la base del respeto por la dignidad de la vida. Más aún, dijo que el mundo era afortunado de tener a la Soka Gakkai.
Vivimos una época en la que el movimiento Soka está iluminando el mundo con una luz de esperanza y coraje cada vez más intensa.
(Extraído del artículo publicado en la edición de julio de 2020 de Daibyakurenge; continuará).
[1] ↑ La frase «trascender todas las diferencias que pueda haber entre ellos» podría traducirse, literalmente, como «sin pensar en el yo y en los otros, en esto y en aquello». Esto no debe verse como una negación de la individualidad, sino como una exhortación a superar las brechas que dividen a las personas, originadas en el egocentrismo.
[2] ↑ La frase «ser inseparables como los peces y el agua en que nadan» proviene de un conocido pasaje de un texto clásico chino, San Kuo Chih (Romance de los tres reinos). Allí se relata un episodio histórico en el cual el gobernante Liu Pei, habiendo requerido los servicios de su idóneo ministro Chuko K’ung-ming, acomete grandes empresas a la vez que da a este último la oportunidad de desplegar sus muchas capacidades.
[3] ↑ La herencia de la Ley suprema de la vida, en END, pág. 227.
[4] ↑ Sairen-bo: Exsacerdote de la escuela budista Tendai que, por razones desconocidas, había sido exiliado a Sado. Allí, conoció a Nichiren Daishonin y se convirtió en su discípulo.
[5] ↑ El budismo enseña que la vida experimenta un ciclo continuo de nacimiento y muerte. Sin embargo, en el Sutra del loto este ciclo no se caracteriza por la ilusión y las aflicciones, sino por un estado perdurable de felicidad.
[6] ↑ Myoho-renge-kyo se escribe con cinco ideogramas chinos, mientras que Nam-myoho-renge-kyo se escribe con siete (namu o nam se compone de dos caracteres). El Daishonin a menudo usa Myoho-renge-kyo como sinónimo de Nam-myoho-renge-kyo en sus escritos.
[7] ↑ Ceremonia en el Aire: Una de las tres asambleas que se describen en el Sutra del loto, en la cual los presentes se elevan y quedan suspendidos en el espacio, sobre el mundo saha. En ella se revela que la iluminación original del Buda había tenido lugar en el remoto pasado y se transfiere el contenido esencial del sutra a los Bodisatvas de la Tierra, liderados por el bodisatva Prácticas Superiores.
[8] ↑ El Último Día de la Ley es el período en que las enseñanzas de Shakyamuni, tiempo después de su muerte, pierden su poder de beneficiar a las personas. Se caracteriza por ser una era de conflictos permanentes. Nichiren Daishonin surgió en esta época y expuso la gran enseñanza de Nam-myoho-renge-kyo que puede guiar a las personas del Último Día de la Ley hacia una felicidad genuina a lo largo de la eternidad.
[9] ↑ Véase END, pág. 227.