Reflexiones sobre el volumen 12 de La nueva revolución humana · Por Hiromasa Ikeda
EL CAPÍTULO «Un espíritu comunitario» del volumen 12 de La nueva revolución humana describe cómo se apoyaron mutuamente los miembros de Matsushiro, una ciudad en la prefectura de Nagano, durante un difícil período en el que la localidad experimentó sucesivos terremotos que empezaron en 1965 y continuaron durante más de cinco años. Además de afectar la infraestructura física, los seísmos estaban causando un gran daño psicológico y emocional en los habitantes de la región. A pesar de estas circunstancias, los miembros de Matsushiro se esforzaron para expandir en su comunidad una red de apoyo y aliento.
Varias semanas atrás, aquí en Japón, el tifón Hagibis causó daños catastróficos en todo el país. Quisiera aprovechar este momento para expresar mis sentidas condolencias a los afectados por el desastre. Brindemos sinceras oraciones para que la vida cotidiana de cada una de estas personas pueda volver a la normalidad lo antes posible y por la pronta recuperación y restablecimiento de las áreas perjudicadas.
Las entregas del volumen 12 comenzaron a aparecer en el Seikyo Shimbun el 20 de abril de 2001. Fueron las primeras entregas diarias de la novela en el nuevo siglo y se constituyeron como un importante medio que marcó el ritmo del avance del kosen-rufu en el siglo XXI.
El capítulo «Una nueva esperanza» comienza con la descripción de la reunión general de la sede central celebrada el 3 de mayo de 1967, que marcó el 7.° aniversario de la asunción de Shin’ichi como tercer presidente de la Soka Gakkai. En dicha ocasión, se dirige a los participantes de la siguiente manera: «Los próximos siete años serán mucho más significativos que los años transcurridos desde la fundación de la Soka Gakkai hasta el día de hoy. Será la etapa en que consolidaremos nuestras bases, el período al cual quedará supeditada la victoria final o la derrota de nuestro movimiento en aras del kosen-rufu».
En los siete años posteriores a la asunción de Shin’ichi, la membresía de la Soka Gakkai había aumentado de 1,4 millones de familias a 6,25 millones, y el número de distritos generales también había crecido de 61 a la asombrosa cifra de 3.393 tan solo en Japón. En el marco de este rápido desarrollo, Shin’ichi fue presentando lemas para cada región. Por ejemplo, a los miembros de Shikoku les confirió la consigna «Sean innovadores en la construcción de una tierra de felicidad», y para la región de Tohoku propuso: «Aspiren a ser una fortaleza de valores humanos». Hoy en día, estos lemas se han convertido en un valor espiritual que forma parte de la identidad y la tradición de los miembros al promover el kosen-rufu.
En nuestro movimiento, los lemas son consignas que despiertan en nosotros el sentimiento de orgullo por nuestra comunidad y nos impulsan a cumplir nuestra misión en el lugar donde nos encontramos. En esa etapa crucial (1967) en que la Soka Gakkai estaba avanzando intrépidamente con el objetivo de consolidar las bases del kosen-rufu, Shin’ichi vuelve a señalar la importancia de promover el kosen-rufu en la comunidad.
En octubre, se reúne con el conde Richard Coudenhove-Kalergi, uno de los primeros defensores de la integración europea, y mantiene un intercambio que se convierte en un diálogo entre civilizaciones. Tal como se describe en el capítulo «La danza de la vida», Shin’ichi consideraba un verdadero camarada a este hombre que, afanosamente, buscaba los medios para lograr un mundo pacífico. Para él, más allá de las diferencias religiosas que pudiesen existir, cualquier persona que compartiera el mismo propósito que él y avanzara con el mismo espíritu era un «verdadero camarada». Debido a que los diálogos que entabla Shin’ichi se basan en el respeto genuino por los demás, estos generan una profunda empatía y conducen a la creación de sólidos lazos de vida a vida con cada persona.
El capítulo también describe la convicción que sostenía Shin’ichi de que el entendimiento mutuo y la amistad solo podían producirse a través de encuentros personales, frente a frente. Este es el poder que posee el diálogo. La paz mundial comienza a partir del esfuerzo por cultivar la amistad con una sola persona en nuestro entorno inmediato. En ese sentido, nuestro movimiento dirigido a expandir el diálogo en la comunidad adquiere cada vez más importancia.
Asumir el mismo espíritu que Shin’ichi
«La tarea de realizar el kosen-rufu es responsabilidad del Departamento de Jóvenes». Esta es la expectativa que Shin’ichi siempre ha depositado en los jóvenes.
En el capítulo «Una nueva esperanza» señala cuatro pautas claves para forjar a los jóvenes:
- Apoyarlos con la firme decisión de hacer de ellos valores humanos que incluso superen a uno en capacidad y potenciarlos para que desarrollen plenamente sus aptitudes.
- Brindarles apoyo para que tengan noción del criterio y el proceder esencial necesarios como líderes del kosen-rufu.
- Confiarles tareas concretas y darles la oportunidad de tomar iniciativas.
- Alentarlos a que hagan de las dificultades el «resorte» para profundizar aún más su fe.
Estos cuatro puntos conforman la fórmula universal para forjar a los integrantes del Departamento de Jóvenes.
El volumen 12 también brinda relatos detallados de los denodados esfuerzos que realizan los miembros del Departamento de Jóvenes que viven en el extranjero, así como de los que participaron en el Festival Cultural de Tokio celebrado ese año. Estos relatos no son simples historias del pasado, son un aliento para los jóvenes que hoy atraviesan por circunstancias similares, ya sea de estancamiento en el ámbito laboral o de enfrentar una enfermedad.
Shin’ichi insta a los jóvenes:
Cada uno de ustedes debe esforzarse con el espíritu de levantarse solo, sin depender de nadie. […] Lo que espero de ustedes es que tomen conciencia del papel que tienen como protagonistas del kosen-rufu y representen en el escenario de su vida un magnífico drama de valeroso desafío, remontando las dificultades mediante la fe.
Estas palabras también están dirigidas a la juventud de hoy. Los miembros del Departamento de Jóvenes de la SGI del mundo entero, encabezados por los jóvenes de la Bharat Soka Gakkai de la India, están estudiando La nueva revolución humana con la determinación de asumir el mismo espíritu que Shin’ichi Yamamoto. En lugar de considerar las escenas de esta novela como algo separado de nuestras vidas, asimilémoslas como un mensaje y aliento dirigido explícitamente a cada uno de nosotros, y pongamos en práctica cada una de las enseñanzas que estas nos transmiten. Tal espíritu de búsqueda será la fuente de nuestro desarrollo personal.
Dar a conocer la lucha del maestro
El 18 de noviembre de este año se conmemora el 75.° aniversario del fallecimiento de Tsunesaburo Makiguchi, el padre de la educación Soka. Hoy, el sistema pedagógico Soka continúa difundiendo su luz en todo el orbe; por ejemplo, en 2017 se introdujo la enseñanza secundaria en el Colegio Soka de Brasil, cubriendo así los doce años de educación preuniversitaria.
El capítulo «Un futuro glorioso» describe los sentimientos de Shin’ichi en torno al establecimiento de las escuelas Soka en Japón, una tarea y visión que le confió su mentor Josei Toda:
Como tercer presidente de la Soka Gakkai, Shin’ichi Yamamoto consideraba que la fundación de las Escuelas Soka de enseñanza secundaria y bachillerato era un desafío que debía asumir personalmente para rendir homenaje y dar a conocer ampliamente la rectitud de Tsunesaburo Makiguchi y su filosofía educativa.
El 18 de noviembre, el aniversario del fallecimiento del señor Makiguchi, fue designado día de la fundación de las escuelas Soka en Japón, como una expresión del compromiso de Shin’ichi de heredar y dar a conocer la filosofía educativa del presidente Makiguchi.
Shin’ichi tenía 40 años cuando se estableció la primera escuela Soka en Kodaira, Tokio, en 1968. Dado que los presidentes Makiguchi y Toda tenían una diferencia de edad de 29 años y que el presidente Toda y Shin’ichi se llevaban 28, Shin’ichi estaba profundamente emocionado por la maravillosa coincidencia de compartir casi la misma diferencia de edad con los estudiantes de la primera promoción de las escuelas Soka.
En el segundo Festival de la Gloria de las escuelas Soka, realizado el 17 de julio de 1969, propone a los estudiantes reunirse nuevamente en el 2001:
Ustedes verán el comienzo del siglo XXI cuando tengan aproximadamente la edad que tengo yo ahora… Aguardaré expectante nuestro reencuentro en el año 2001. Mientras tanto, continuaré trabajando para abrir nuevos caminos en los cuales ustedes puedan transitar y seguiré atento a sus esfuerzos día y noche. Esta es mi alegría y el propósito de mi vida.
Los estudiantes graban estas palabras en su corazón y empiezan a remontar vuelo hacia el nuevo siglo.
El capítulo «Un futuro glorioso» concluye con un relato de ese encuentro, la Reunión del Siglo XXI de las Escuelas Soka, celebrada en septiembre de 2001. «Un futuro glorioso» se publicó en el Seikyo Shimbun solo tres meses después de dicha actividad.
Hoy, los egresados de las escuelas Soka están realizando contribuciones significativas en diversos campos de la sociedad, como la medicina, la abogacía, la economía y muchos otros. Las semillas de la educación Soka plantadas por Shin’ichi para perpetuar el legado y la visión de los presidentes Makiguchi y Toda están floreciendo espléndidamente en el siglo XXI. |
Pasajes clave del volumen 12
Cada quien tiene un camino que le es propio. Hay muchas maneras de conducirse en la vida. Pero sea cual fuere la senda que escojamos, si nos consagramos a la gran misión del kosen-rufu, con seguridad podremos hacer relucir al máximo nuestro potencial y llevar una existencia triunfal. («Una nueva esperanza»).
Si ayer han fracasado, entonces, triunfen hoy. Si hoy fueron vencidos, ganen mañana. Y si han sido victoriosos tanto ayer como hoy, pues entonces, asegúrense de mantenerse en ese camino. («Un espíritu comunitario»).
La cultura es el efluvio de la naturaleza humana. Para crear una cultura excelsa es preciso, por lo tanto, labrar el suelo de la vida y del espíritu de las personas y acrecentar su riqueza humana. He aquí el propósito de las religiones. («La danza de la vida»).
La paz del mundo no es algo que se nos brinda. Es una situación que nosotros, con nuestro esfuerzo y sabiduría, debemos crear. («La danza de la vida»).
Cuando se es joven, lo más importante es tener el espíritu de desafiarse a sí mismo, sin dejarse vencer ni ser arrastrados por sus propias debilidades. Por favor, recuerden que la clave de todas las victorias está en saber controlarse y triunfar en la lucha consigo mismo. («Un futuro glorioso»). |
Resumen del volumen 12
Una nueva esperanza
Después de haber celebrado con una rotunda victoria el séptimo aniversario de su asunción como presidente de la Soka Gakkai, Shin’ichi parte en una gira de orientación por Europa y Estados Unidos.
Un espíritu comunitario
Shin’ichi visita la ciudad de Matsushiro, Nagano, que estaba siendo sacudida por una serie terremotos. Luego visita la ciudad de Takayama, Gifu.
La danza de la vida
El Festival Cultural de Tokio se realiza en octubre de 1967 con la asistencia de Shin’ichi. Durante ese mismo mes entabla un diálogo con el conde Richard Coudenhove-Kalergi.
Un futuro glorioso
El 8 de abril de 1968, se celebra la primera ceremonia de ingreso de las Escuelas Soka de Segunda Enseñanza Básica y Superior. |
(Los textos que integran esta sección son traducciones del artículo publicado el 23 de octubre de 2019 en el Seikyo Shimbun).