¡Recuerdos de oro hacia 2050!
En el camino al festejo del día del Departamento Futuro (DF) de la SGEs, el 20 de noviembre, el equipo de responsables que vela por el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes que lo integran ha venido proponiendo desde las páginas de esta revista crear «recuerdos de oro hacia 2050». Pues bien, las asambleas conjuntas de los grupos Picasso (6 a 11 años) y Casals (12 a 15) que se celebraron el 23 y el 24 de noviembre quedarán, de verdad, grabados en oro en la memoria de quienes participaron en ellas.
El entusiasmo y la dedicación de más de 70 responsables de los departamentos juveniles y sénior, muchos de los cuales apoyaban esta actividad por primera vez, hicieron posible la celebración de encuentros en 26 lugares, a los cuales asistieron más de un centenar de miembros del DF.
Tras el daimoku y el gongyo, las asambleas incluyeron dinámicas para fomentar el intercambio entre los participantes, como un juego de pasapalabra sobre la paz, preguntas como «¿qué te hace feliz?» y la interpretación de la canción Un paso de coraje. Estas generaron espacios para abrirse y compartir las propias aficiones y también talentos.
Con espíritu de desafío, niñas y niños pudieron superar la vergüenza inicial y disfrutar, atreverse a cantar con un micrófono o incluso bailar delante de los demás.
El momento de ver juntos un vídeo creado a partir de aportaciones gráficas y audiovisuales enviadas con anterioridad, expresando qué significa la paz para ellos, fue sin duda inspirador, y animó a aportar creaciones a los que todavía no lo habían hecho.
También reflexionaron sobre la importancia de tener objetivos claros, así como de hacer daimoku para su logro, como si de disparar una flecha a un punto concreto se tratara. Después pensaron, escribieron y dibujaron sus metas hacia 2050.
Además, los diálogos de algunos encuentros versaron sobre la importancia de tener un maestro que confía en nosotros, que nos guía y enseña, y en este sentido se habló de cómo Daisaku Ikeda confiaba ilimitadamente en los niños y las niñas.
El éxito de las asambleas fue también una victoria de madres y padres. Con apoyo de otros miembros de la familia Soka, desafiaron sus propios límites para alentar aún más a los emisarios del futuro a seguir creciendo hasta 2050, y más allá.