A continuación presentamos un extracto del discurso de Daisaku Ikeda pronunciado en el Centro en Memoria de Tsunesaburo Makiguchi, en Hachioji, Tokio, en marzo de 2007, y cuyo vídeo se retransmitió en la reunión de la sede central para responsables de la Soka Gakkai celebrada el pasado 7 de enero.
¿Cuál ha sido la fuerza impulsora del éxito que ha alcanzado la Soka Gakkai? La respuesta es el coraje, sumado a la perseverancia y la unión.
Jamás olviden estas tres claves del triunfo de Gakkai: coraje, perseverancia y unión; una unión armoniosa y dadora de apoyo.
Nichiren Daishonin recalca la importancia de avanzar con la unión de «distintas personas con un mismo propósito». Estar unidos en la fe es practicar de acuerdo con las enseñanzas del Daishonin.
Hoy, nuestros miembros sosteniendo en alto con entusiasmo el estandarte de la Soka, la insignia del kosen-rufu, no solo en Japón, sino en el mundo entero. Nadie esperaba que nuestro movimiento creciera en esta medida. Es un logro verdaderamente maravilloso, noble y espléndido. Y la Soka Gakkai ha logrado esta tremenda victoria en esta época gracias a la inquebrantable fe en la Ley Mística, a la incomparable valentía y a la sinceridad y el esfuerzo de todos ustedes.
¡Sigamos avanzando con orgullo hacia el 3 de mayo, Día de la Soka Gakkai, para celebrar juntos este auspicioso aniversario con una jubilosa exclamación triunfal!
Estoy orando seriamente por la salud y la felicidad de todos nuestros miembros. Los líderes genuinos no solo entonan daimoku por el cumplimiento de sus deseos personales, sino que también lo hacen, de todo corazón, por la felicidad de los miembros a los cuales apoyan. Esta es la determinación y el compromiso que nuestros responsables deben tener siempre.
Es especialmente importante ser corteses y respetuosos con quienes ofrecen sus casas como lugares de reunión, y agradecerles profundamente su generosidad. Mientras mantengamos este espíritu de gratitud, la Soka Gakkai seguirá floreciendo.
*
El 8 de marzo de 1274, durante su exilio en la isla de Sado, el Daishonin recibió una carta de indulto del Gobierno.[1] Había sobrevivido a dos años y medio de destierro allí –un castigo que en aquel momento prácticamente equivalía a la pena de muerte–, pero regresó triunfal a la capital, Kamakura.
Tras recibir la carta de indulto, el Daishonin partió de Ichinosawa, Sado, el 13 de marzo y llegó a Kamakura el 26 del mismo mes. El 8 de abril se reunió con Hei no Saemon-no-jo, gobernante de facto de Japón durante ese período, y, solemnemente, lo amonestó de nuevo. Este encuentro tuvo lugar apenas un mes después de que el Daishonin recibiera la carta de indulto.
La acción es importante. La velocidad es importante. El Daishonin actuó con la velocidad del rayo. Y la Soka Gakkai ha triunfado también a través de esta clase de acción, a través de la velocidad.
Como discípulo de Josei Toda, he puesto en práctica fielmente cada aspecto de su orientación y su instrucción. Por eso él llegó a decir: «Mirad a Daisaku. Él personifica la esencia de la Soka Gakkai. Corporifica mi espíritu».
El Daishonin, más tarde, se refirió a su motivación al amonestar a Hei no Saemon-no-jo en aquella [tercera y última] oportunidad:
Habiendo sido tan odiado por ofrecer consejos que podían salvar la nación, consideré que al volver indultado de mi destierro debía partir de Sado y ocultarme en algún lugar lejano, en medio de las montañas o a orillas del mar. Pero en cambio fui a Kamakura, con la esperanza de explicar a Hei no Saemon la situación por última vez, y salvar así a aquellos que consiguieran sobrevivir a un ataque [de los invasores mongoles] contra el Japón.[2]
El Daishonin confrontó directamente la naturaleza diabólica de la autoridad urgido por su ferviente compromiso con la felicidad de todas las personas. Jamás debemos olvidar su gran corazón. En este pasaje reverbera la voz de la justicia, imbuida de valentía genuina e iluminada por la forma más correcta de vivir. ¡Emulemos el espíritu del Daishonin!
Yo he actuado con este mismo espíritu en todos mis emprendimientos. Los primeros tres presidentes de la Soka Gakkai, así como todos ustedes, dignos miembros, han recorrido el mismo gran camino que el Daishonin transitó personalmente, y se han dedicado incansablemente a establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra.
Tras su encuentro con Hei no Saemon-no-jo, el Daishonin escribió a los hermanos Ikegami: «Aprieten los dientes y jamás retrocedan en la fe. Sean intrépidos como Nichiren cuando tuvo que actuar y hablar frente a Hei no Saemon-no-jo».[3]
Quiero recalcar que vivir con esta actitud es la esencia de una fe conectada directamente con el Daishonin; es el espíritu de Gakkai.
*
Ahora, quisiera citar para ustedes algunas palabras de sabiduría de pensadores de Oriente y Occidente.
En su poema épico La Ilíada, el poeta Homero de la antigua Grecia escribe: «Divinos griegos, no os quedéis ahí esperando a los troyanos; escoged cada uno un hombre y entregaos a la lucha».[4]
Nuestra contienda por rectificar las distorsiones y transmitir la verdad sobre nuestro movimiento se basa en el espíritu del Daishonin de refutar el error y propagar la enseñanza budista correcta. No podremos vencer si somos pasivos. El camino a la victoria consiste en sostener un esfuerzo activo hasta el final.
Nichiren Daishonin nos exhorta en sus escritos a refutar a un oponente tras otro.[5] Debemos intervenir activamente para hacernos escuchar. La Soka Gakkai ha vencido precisamente porque hemos luchado de acuerdo con las enseñanzas del Daishonin y la orientación del maestro Toda. Por favor, nunca lo olviden.
Uno de los personajes de La Ilíada se dirige a un guerrero con estas palabras: «Pero tú, Thoas, nunca flaqueas en la batalla y eres bueno inspirando a otros cuando percibes que van a rendirse. ¡No aflojes ahora!».[6] Y lo exhorta a seguir infundiendo coraje a los demás.
Espero que vosotros, mis amigos del Departamento de Jóvenes, avancéis a la vanguardia de nuestros esfuerzos en bien de la verdad y la justicia, prevaleciendo sobre quienes atacan y calumnian a nuestra organización.
Quiero que todos lleguéis a ser personas de auténtico coraje, capaces de cuidar y de alentar siempre a los compañeros que trabajan seria y sinceramente por el kosen-rufu.
*
Pasando a otro tema, en mi veintena mantuve frecuentes reuniones con el escritor Sohachi Yamaoka (1907-1978), autor de la célebre novela épica Tokugawa Ieyasu. Más tarde, valorando la relación que habíamos forjado, el señor Yamaoka permitió que el Seikyo Shimbun publicara en entregas sucesivas, durante dos años y cuatro meses [desde agosto de 1962], otra de sus famosas novelas: Takasugi Shinsaku.
En esta obra, Takasugi Shinsaku (1839-1867) [figura clave que contribuyó a inaugurar la modernidad en Japón] declara: «¡Ánimo! […] ¡No os dejéis abatir por los contratiempos! ¡Trazad de inmediato un nuevo plan y arremeted!».[7]
En nuestra labor por el kosen-rufu, también, no hay ninguna necesidad de dejarnos desalentar por los reveses o problemas transitorios. Todos nuestros esfuerzos y nuestro daimoku nos aseguran un enorme acervo de buena fortuna y de beneficios.
En nuestra labor por el kosen-rufu […] no hay ninguna necesidad de dejarnos desalentar por los reveses o problemas transitorios. Todos nuestros esfuerzos y nuestro daimoku nos aseguran un enorme acervo de buena fortuna y de beneficios.
Adoptemos el lema: «¡El próximo paso será decisivo! ¡Sigamos avanzando!»
En la novela, en una conversación que se desarrolla entre Shinsaku y Sakuma Shozan (1811-1864), un académico e intelectual de renombre en la época, este dice: «Los que nada hacen a nada llegan».[8] Se trata de una importante verdad.
¡Pongámonos a trabajar y hagamos cada día lo que debamos para el avance del kosen-rufu! Solo mediante este esfuerzo continuo y sostenido se abrirán las puertas de la victoria. No hay forma más noble de vivir nuestras vidas. Con esta firme convicción, doy por concluidas mis palabras de hoy.
¡Muchas gracias!
(Traducción del artículo publicado el 23 de enero de 2023 en el Seikyo Shimbun).
[1] ↑ El Gobierno emitió la carta de indulto el 14 de febrero de 1274. Esta llegó a Sado al mes siguiente, el 8 de marzo.
[2] ↑ Respuesta al sacerdote laico Takahashi, en END, pág. 637.
[3] ↑ Carta los hermanos, en END, pág. 521.
[4] ↑ Homero: The Iliad (La Ilíada), trad. orig. ingl. E. V. Rieu, rev. y actual. Peter Jones con D. C. H. Rieu, ed. Peter Jones, Londres: Penguin Books, 2003, pág. 358.
[5] ↑ Véase Sobre la práctica de las enseñanzas del Buda, en END, pág. 413.
[6] ↑ Homero, op. cit., pág. 222.
[7] ↑ YAMAOKA, Sohachi: Takasugi Shinsaku, vol. 2, Tokio: Kodansha, 2006, pág. 334.
[8] ↑ Ib., pág. 141.