Por Daisaku Ikeda · Enero de 2022
En mis diálogos con destacados pensadores de Japón y del mundo, a menudo escucho de mis interlocutores cuánto respetan a los miembros de la Soka Gakkai; algunos los consideran valiosos tesoros de la humanidad, y dicen estar impresionados por la consideración y el cuidado que ellos revelan en sus interacciones y en su actitud hacia los seres humanos y hacia la vida.
El capítulo 25.° del Sutra del loto, «El pórtico universal del bodisatva Percibir los Sonidos del Mundo», describe los atributos del bodisatva con estas palabras: «[C]ontempla a los seres con su mirada de amor compasivo. El mar de sus beneficios acumulados es inconmensurable».[1]
Citando este pasaje, Nichiren Daishonin nos exhorta a hacer que nuestro ser sea una entidad del amor compasivo de la Ley Mística, y a obtener beneficios y sabiduría ilimitados como el océano.[2] Eso es, precisamente, lo que están haciendo los miembros de nuestra familia Soka. Ver con mirada benevolente a todo ser humano; respetar la naturaleza de buda que hay en cada individuo, y transmitir con convicción el mensaje de que es posible revertir cualquier karma adverso.
Siempre he orado con la convicción inquebrantable de que nuestros distritos –donde los miembros se reúnen con ojos bondadosos y rostros sonrientes, respetándose unos a otros como budas– son océanos de beneficios y de sabiduría, que nutren y benefician a las comunidades locales.
En 1961, durante mi primera visita a los vecinos países asiáticos, dije a los responsables que parecían dudar cuando sugerí fundar distritos en lugares que aún tenían muy pocos miembros locales: «Cero multiplicado por cualquier número da cero. Pero el número uno, multiplicado por cualquier cifra positiva, siempre dará como resultado un número positivo. El uno posee un potencial infinito. Entonces, aunque solo haya un único miembro, debemos atesorar y forjar a esa persona, y ayudarla a fortalecerse en la fe».
Así pues, yo perseveré y no dejé de actuar, con una clara visión de cuántos valores humanos forjaría en treinta años cada uno de esos distritos, como océanos de beneficios y sabiduría, y de cuán vastamente se expandiría la enorme marea del kosen-rufu en cada país y territorio.
Nunca debemos olvidar que el distrito es el punto de partida donde se revitaliza el avance dinámico de nuestro movimiento.
En esta época, en que tantas personas son excluidas y heridas con ojos de desconfianza y de prejuicio, la mirada bondadosa y el cálido aliento de los miembros de la Soka se vuelven cada vez más importantes.
En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin declara: «Nam-myoho-renge-kyo posee ambos elementos: los beneficios y la sabiduría».[3]
Al tiempo que hacemos daimoku con el juramento benevolente de propagar la Ley Mística, ¡colmemos nuestra vida de beneficios y de sabiduría rebosantes! Unidos a los líderes de distrito de los departamentos de Mujeres y de Hombres, ¡fortalezcamos nuestros lazos de confianza en un clima de apertura y calidez, y generemos un oleaje interminable de kosen-rufu en este «Año de los jóvenes y del avance dinámico»!
En nuestros distritos,
habiendo aceptado la misión
de propagar el budismo,
¡qué felicidad es avanzar juntos,
unidos con un solo corazón!
(Traducción del artículo publicado en la edición de enero de 2022 de Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai).
[1] El Sutra del loto, Tokio: Soka Gakkai, 2014, cap., 25, pág. 302.
[2] Véase The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, pág. 218.
[3] Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 218.