Seguidamente publicamos una entrevista a Cécile Ndjebet, representante de la Red de Mujeres Africanas para la Gestión Comunitaria de los Bosques (REFACOF). En 2020, la Soka Gakkai y la Organización Internacional de las Maderas Tropicales firmaron un acuerdo para desarrollar un proyecto de reforestación en Togo, país de África Occidental. El proyecto fue implementado a partir de enero de 2021 por mujeres habitantes en zonas carenciadas del país, con la dirección de REFACOF, y este año ha sido destacado por Daisaku Ikeda en su propuesta de paz.
¿Qué tipo de iniciativa han llevado a cabo este año?
En primer lugar, me gustaría expresar, de todo corazón, mi profundo agradecimiento a los miembros de la Soka Gakkai por su cálido apoyo.
A través de este proyecto se aprenden métodos para cultivar los retoños que brotan de los árboles que se encuentran en la zona. Plantamos estos retoños con una técnica llamada «agroforestería», mediante la cual se quiere evitar cualquier daño que la plantación pueda ocasionar al ecosistema.
A diferencia de la agricultura convencional, que da lugar a talas de árboles para crear espacios para el cultivo agrícola, este método permite generar producción alimentaria y, a la vez, conservar los bosques y fomentar la reforestación a través de la plantación combinada de diversas especies agrícolas, frutales o maderables.
Se espera que los árboles plantados con esta técnica puedan contribuir a la lucha contra el cambio climático mediante la absorción de gases de efecto invernadero, y que al mismo tiempo representen una fuente de ingresos más estable.
Las mujeres que habitan en las zonas empobrecidas del país son las protagonistas de este proyecto. En total han sido cien personas las que han participado en él a lo largo de 2021. Y, a pesar de las dificultades causadas por la pandemia de la COVID, hemos podido plantar unos 30 000 árboles.
La mayoría de estas mujeres carecen de recursos económicos. Por ello, a través de este proyecto, queremos apoyarlas para que, mediante el aprendizaje de estas técnicas de plantación, puedan adquirir autonomía económica y, al mismo tiempo, promuevan la plantación de árboles en las zonas donde avanza la deforestación.
¿Qué reacción están teniendo las participantes en el proyecto?
Esta iniciativa ha tenido una repercusión importante en las participantes. Una mujer contó que, por fin, pudo cumplir un sueño anhelado desde hacía muchos años.
La región donde vivimos posee una cultura muy rica, pero la parte más tradicional está dominada por la cultura patriarcal. Específicamente, no se reconoce el derecho a que las mujeres tengan propiedades ni patrimonio. Esta prohibición dificulta que las mujeres puedan ser independientes.
Por otro lado, en la mayoría de los casos, las mujeres son quienes sostienen a la familia y la comunidad gracias al esfuerzo que realizan en las tareas de cuidados (labores domésticas y de educación de los hijos). Por ende, es imprescindible que las mujeres tengan competencias a la hora de buscar soluciones a los problemas que afectan al conjunto de la sociedad, como la pobreza, el hambre o el deterioro medioambiental.
Es imprescindible que las mujeres tengan competencias a la hora de buscar soluciones a los problemas que afectan al conjunto de la sociedad, como la pobreza, el hambre o el deterioro medioambiental.
Por este motivo, en 2009 se estableció la Red de Mujeres Africanas para la Gestión Comunitaria de los Bosques (REFACOF), con la intención de abordar el papel de las mujeres en la reforestación y promover la igualdad de género en este ámbito.
Actualmente, la organización desarrolla sus actividades en veinte países de África Occidental y África Central. Reclamamos a los países que hagan constar en sus respectivas legislaciones el derecho a la propiedad de la tierra de las mujeres. Otra de las funciones de la asociación es la de actuar, mediante la colaboración con organismos locales y las Naciones Unidas, como una plataforma para hacer llegar a los lugares donde se toman decisiones información sobre los problemas que afrontan las mujeres.
¿Podemos entender que promover la igualdad de género tiene relación con el abordaje de otros desafíos como la eliminación de la pobreza, el hambre y la lucha contra el cambio climático?
Exactamente. Realizamos las actividades centrándonos en empoderar a las mujeres que viven en áreas que suelen estar marginadas.
Pensamos que lo primordial es que ellas tengan acceso a técnicas como medio de vida. El siguiente paso es lograr que sean independientes económicamente mediante la obtención de los ingresos necesarios a través de su trabajo. Y, como resultado de esto, deseamos que se abran oportunidades de participación en la toma de decisiones en asuntos sociales que afecten al conjunto de la comunidad.
En este sentido, este proyecto conjunto liderado por la Soka Gakkai y la OIMT iniciado en Togo tendrá un impacto significativo no solo en el dicho país, sino en toda África.
Esta iniciativa contribuye a cumplir numerosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): 1: Fin de la pobreza, 2: Hambre cero, 3: Salud y bienestar, 5: Igualdad de género, 8: Trabajo decente y crecimiento económico, 13: Acción por el clima, 15: Vida de ecosistemas terrestres, 17: Alianza para lograr los objetivos. También contribuye a promover el Decenio de las Naciones Unidas para la Agricultura Familiar iniciado en 2019, así como el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas comenzado en 2021.
A partir de ahora, desde Togo queremos promocionar la movilidad de mujeres que han participado en este proyecto a otras regiones, para que puedan así compartir su experiencia con mujeres de otras áreas, reconocer las dificultades que se están teniendo y, a la vez, aprender mutuamente.
[…] ¿Qué efecto está causando el cambio climático en África Occidental?
Un pueblo de Camerún que visité recientemente, a causa de meses de sequía durante la temporada de lluvias, sufría una importante carencia de agua fluvial. Por otro lado, hay ciudades que en verano padecieron inundaciones por fuertes borrascas. Los efectos causados por el cambio climático son cada vez más notorios.
El cambio climático genera daños irreparables en los cultivos. La ausencia de lluvia durante dos meses seca todos los cultivos. En este sentido, estamos en una situación que nos obliga a vivir con la amenaza del hambre.
Por este motivo, desarrollamos el movimiento de plantación de árboles no solo para proteger el medio ambiente, sino porque pensamos que debemos hacer todo lo posible para impedir el cambio climático también con el objetivo de favorecer nuestra supervivencia.
Si el cambio climático avanza de este modo, es posible que algunos países desaparezcan del mapamundi. Debemos considerar el reto de impedir el cambio climático como una lucha por nuestra supervivencia. Es necesario que colaboremos entre todos para invertir los recursos necesarios y para tomar las medidas adecuadas.
Lo que me da esperanza es saber que las jóvenes generaciones muestran mucho interés en este asunto. Deseo que los jóvenes […] unan sus manos para superar esta crisis.
(Traducción del artículo publicado el 29 de octubre de 2021 en el Seikyo Shimbun).