Del cambio personal a la paz global


El 2 de octubre es una fecha llena de significado. Establecido por la ONU como Día Internacional de la No Violencia, en conmemoración del nacimiento del Mahatma Gandhi, es también celebrado en la órbita Soka como Día de la Paz Mundial, por tratarse de aquel en que Daisaku Ikeda inició su primer viaje de fuera de Japón para impulsar el kosen-rufu globalmente. Con la recreación de la partida de ese viaje se abre La nueva revolución humana y, curiosamente, el mismo día en que el maestro Ikeda comenzó a escribir esta obra de historia novelada –hace ahora tres décadas–, mantuvo un encuentro con Neelakanta Radhakrishnan, uno de los más destacados estudiosos y activistas gandhianos. Con este trasfondo, a continuación reproducimos impresiones del doctor Radhakrishnan sobre aquella reunión y sobre el papel de la Soka Gakkai, extraídas de una reciente entrevista realizada por el periódico Seikyo.


Neelakanta Radhakrishnan, siendo entrevistado | Foto: Seikyo Shimbun

ESE DÍA, HACE TREINTA AÑOS

Acerca de los vívidos recuerdos del encuentro con Daisaku Ikeda el 6 de agosto de 1993.

Yo reconocía el 6 de agosto, el día en que se lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima en 1945, como el más oscuro en la historia de la humanidad. Esperaba que durante mi encuentro con Ikeda Sensei, al tener lugar en esa fecha, él tuviera algo importante que decir sobre ello.

Lo primero que recuerdo es que, desde el momento en que nos encontramos, Sensei se mostró muy atento conmigo e intentó aliviar mis nervios.

«¿Fue cómodo su vuelo a Japón?». «¿Durmió bien anoche?». «¿Desayunó bien?». «¿Qué le parecieron las vistas desde la ventanilla del tren a Nagano?». «¿Ha podido hablar con su familia?».

Mientras respondía a estas preguntas, sentía como si Sensei fuera mi propio padre, y me pude relajar.

A través de nuestra conversación, empezamos a intercambiar opiniones sobre los puntos de vista de Gandhi en relación con la guerra y su compromiso con la paz.

Daisaku Ikeda da la bienvenida al Centro de Conferencias de Nagano a Neelakanta Radhakrishnan el 6 de agosto de 1993 | Foto: Seikyo Shimbun

De repente, Sensei cogió una hoja de papel manuscrita y me preguntó: «Doctor, ¿sabe lo que he escrito?». El intérprete tradujo el contenido para mí.

Decía: «Nada es más precioso que la paz. Nada produce mayor felicidad. La paz es el punto de partida básico para el progreso de la humanidad». Sí, era el inicio de La nueva revolución humana

Entonces, Sensei me transmitió una visión muy concreta de la obra que acababa de empezar a escribir. Me habló de cuántos volúmenes tendría, de los capítulos, de cuál sería su estructura. Me impresionó la claridad y la precisión con las que recordaba los detalles de la historia de la Soka Gakkai y sus protagonistas, como si se tratara de una lectura de datos computarizados.

Me conmovió profundamente el hecho de que aquel 6 de agosto –ese día más oscuro de la humanidad– Sensei hubiera tomado la iniciativa de preservar la verdadera historia de la Soka Gakkai a través de las trayectorias vitales de seres humanos.

Manuscrito correspondiente al inicio de La nueva revolución humana, obra magna de Daisaku Ikeda | Foto: Seikyo Shimbun

SI GANDHI VIVIERA HOY

Acerca de la alusión, durante el encuentro del 6 de agosto de 1993, a la creencia del Mahatma Gandhi de que la fuerza del corazón humano puede superar a la de la bomba atómica –una convicción que el mismo Daisaku Ikeda ha abrigado y difundido–.

Los tres presidentes fundadores de la Soka Gakkai han alentado a la gente a utilizar su fe como una fuerza de esperanza para transformar sus vidas. Cada uno de nosotros puede experimentar la alegría de vivir y difundir los valores de la justicia y la igualdad entre quienes nos rodean, con la conciencia de que la vida puede cambiar para mejor. Este camino hacia una paz sostenible se despliega ante nosotros como un hermoso mosaico formado por imágenes de seres humanos.

Este año se cumplen 75 años desde la muerte de Gandhi. La India y el mundo siguen experimentando cambios dramáticos. Pero la naturaleza humana básica no ha cambiado. Si Gandhi estuviera vivo hoy, en 2023, se opondría a todas las guerras y desigualdades, defendería la dignidad humana y desafiaría todas las formas de corrupción. Por supuesto, no lo haría con una actitud autoritaria, sino aprendiendo de los demás y creando armonía entre las personas.

Gandhi sabía que principios como la igualdad, la justicia, la dignidad y la paz solo pueden transmitirse mediante el cambio personal.

La creencia de Gandhi en la no violencia y la desobediencia civil se consolidó al compartir el sufrimiento del pueblo en Sudáfrica y la India. Se encontró con la gente cara a cara, conoció sus penurias en persona y, basándose en su propia experiencia, les tendió una mano sanadora. Incluso cuando, en el curso de su larga lucha por los derechos humanos, estuvo a punto de rendirse, combatió los remordimientos, nunca dejó de analizar y corregir sus ideas y métodos, y siguió actuando. Esto llevó al despertar de la no violencia a una escala global. Gandhi sabía que principios como la igualdad, la justicia, la dignidad y la paz solo pueden transmitirse mediante el cambio personal.

Solo a través del crecimiento acumulativo de cada ciudadano, de cada individuo, se pueden extender las olas de la reforma y se pueden lograr los cambios deseados en la sociedad. En este sentido, la creencia de Gandhi de que «mi vida es mi mensaje» y la llamada «sé el cambio que deseas ver» resuenan profundamente con el camino de los miembros de la Soka Gakkai.

Daisaku Ikeda rinde homenaje a Gandhi durante una visita al Memorial Nacional Gandhi en Nueva Delhi, en el lugar donde el Mahatma pasó la última etapa de su vida; junto a él, el doctor Radhakrishnan, que dirigía la institución en aquel momento (1992) | Foto: Seikyo Shimbun

IMAGINA…

Acerca de la afirmación, por parte del doctor Radhakrishnan, de que «en esta era de confusión, la Soka Gakkai es realmente la esperanza de la humanidad».

Sentí esto con fuerza hace más de veinte años. Y ahora puedo confirmar que mi intuición fue correcta. Hoy, la Soka Gakkai está demostrando plenamente su iniciativa en aras de la paz mundial.

Imagina: en 192 países y territorios, personas de todas las edades, hombres y mujeres, de todas las condiciones sociales, han asumido la responsabilidad de crear valor y convertir el odio y la tristeza de las personas en fuerza para vivir, promoviendo la paz en la Tierra como actores comprometidos con sus comunidades y la sociedad. Es una visión esperanzadora. Estos «creadores de valor» oran por la paz en el mundo mientras asumen desafíos acordes con ello desde las bases. Sus pilares son la filosofía soka y la idea de la revolución humana.

«En esta era de confusión, la Soka Gakkai es realmente la esperanza de la humanidad». Sentí esto con fuerza hace más de veinte años. Y ahora puedo confirmar que mi intuición fue correcta. Hoy, la Soka Gakkai está demostrando plenamente su iniciativa en aras de la paz mundial.

TRASCENDIENDO TODA DIFERENCIA

La Soka Gakkai, que había sido destruida por la opresión del Gobierno militar japonés, resurgió de las cenizas de la posguerra gracias al juramento de maestro y discípulo entre Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda, e inició una vez más el viaje del kosen-rufu. En un siglo de guerra, en el que la gente mataba gente, la Soka Gakkai forjó con constancia a gente de paz.

En otras palabras, la Soka Gakkai es una «escuela sin edificio», donde se aprende cuán grande puede llegar a ser una persona, y cuya actividad abarca el mundo entero.

Como educador, el objetivo principal del maestro Makiguchi fue ayudar a los niños a creer en su futuro, ampliar sus posibilidades y ganar confianza en la vida.

La educación no debería ser un ejercicio de memoria. El propósito de Makiguchi era ayudar a los niños a pensar juntos qué querían llegar a ser en el futuro y qué habilidades debían adquirir para conseguirlo, de modo que pudieran llegar a conducir una vida de valor. La propuesta de un sistema escolar de media jornada, que buscaba unificar el aprendizaje y la vida, es una expresión de estos valores. El aprendizaje y la experiencia real deberían desarrollarse en paralelo a lo largo de toda la vida.

El maestro Toda expresó la filosofía soka de la creación de valor a través de la idea de la «revolución humana». Y la práctica y la solidaridad de la revolución humana se han difundido en todo el mundo como una «religión humana» a través de la filosofía y las acciones de Ikeda Sensei.

En la vida nos topamos con muchas dificultades… No obstante, en la medida en que estamos preparados para hacerles frente y para asumir el desafío de la revolución humana, podemos despertar a la verdad de que «todas mis experiencias pasadas tuvieron el propósito de permitirme afrontar esto» y a la decisión de que «viviré siguiendo este camino».

Esta idea de la revolución humana es una llamada universal a buscar, profundizar y expandir nuestra propia humanidad, sin importar el país en el que vivamos, las circunstancias en las que hayamos nacido, el idioma que hablemos o nuestra situación económica.

UN MAESTRO CON EL QUE NO ME HE ENCONTRADO DIRECTAMENTE

Acerca del surgimiento de numerosos miembros de la Soka Gakkai en la India.

Hay muchas personas que han intercambiado palabras con Ikeda Sensei o han compartido espacio con él en reuniones, y que lo han llegado a considerar su maestro.

Por otro lado, hay innumerables personas en el mundo que han elegido a Ikeda Sensei como maestro y le han abierto sus vidas sin haber tenido la oportunidad de encontrarse con él directamente.

Esto último ocurre con la generación más joven de discípulos en la India: sienten su presencia como la de alguien que, pese a no haberlos conocido personalmente, siempre está velando por ellos, inspirándoles y dándoles fuerzas para afrontar los retos vitales. A veces me pregunto cuál es la fuente de esta poderosa relación de maestro-discípulo.

Creo que la razón por la que Ikeda Sensei aporta tanta esperanza e inspiración a personas de todo el mundo es porque no solo habla de la revolución humana, sino que él mismo la practica más que nadie. Se podría decir que esto se debe a que lleva haciéndolo desde hace mucho tiempo.

Uno de los libros que ahora llevo conmigo es el Diario juvenil de Ikeda Sensei. En él se exponen claramente las dificultades que enfrentó de joven. Inmerso en diversos sufrimientos, luchó y nunca se rindió. El libro muestra su absoluta determinación de triunfar y estar a la altura de su maestro. Creo que en ello se encuentra la esencia real de su humanidad.

Cuando el vínculo con el maestro se encuentra en la raíz de nuestras propias acciones, nuestra vida se fortalece, se enriquece y se transforma positivamente. Los miembros de la Soka Gakkai en la India están aprendiendo a través de la lectura de La nueva revolución humana y, poniendo en práctica esas lecciones en sus propias vidas, seguramente están interiorizando más la relación de inseparabilidad entre maestro y discípulo. El espíritu de no escatimar la propia vida, que ha impregnado a tres generaciones de la Soka, ha trascendido el tiempo y abrazado el mundo entero, convirtiéndose en una fuente de esperanza inagotable para la humanidad.

UN PENSAMIENTO ESTUDIADO EN TODO EL MUNDO

Acerca del papel que puede desempeñar la Soka Gakkai en la actualidad.

Hay una pregunta que me hacen a menudo. Y es: ¿cómo pudo Gandhi lograr la independencia de la India sin empuñar un arma?

Considero importante que Gandhi encontrara el «denominador común de la humanidad» e hiciera un llamamiento a la solidaridad humanista, además de tener amigos en todo el mundo.

Muchas personas fuera del país apoyaban a Gandhi. De hecho, las mejores biografías de Gandhi han sido escritas por autores occidentales, provenientes de países como Estados Unidos, Reino Unido o Alemania.

Ikeda Sensei también tiene muchos amigos en el extranjero, y creo que su reputación en todo el mundo es indicativa de su auténtica dimensión. Hay multitud de personas en el mundo que, como yo mismo, lo admiran como maestro y lo valoran, incluso teniendo creencias o posturas diferentes.

Su filosofía es ahora un campo académico bien establecido, que se estudia en todo el mundo. Ikeda Sensei es un maestro que cree en el potencial ilimitado de cada persona y brinda la máxima inspiración, y, al mismo tiempo, es un símbolo que une a la humanidad.

Manteniendo su compromiso con la sociedad real y con su rumbo para lograr que las personas que la integran puedan ser verdaderamente felices, la Soka Gakkai está cumpliendo su misión original de defender la paz y está revitalizando el valor de la religión.

Las cosas grandes no se pueden ver en su totalidad cuando las tenemos justo delante. Una gran montaña solo puede reconocerse como tal desde la distancia. La figura de Ikeda Sensei debe verse de esta manera.

Espacio expositivo del Museo Conmemorativo de Gandhi en Kerala, institución que actualmente preside el doctor Radhakrishnan, y en la que tuvo lugar la entrevista | Foto: Seikyo Shimbun

POR ESA RAZÓN…

Me gustaría enfatizar una vez más que no he conocido a nadie, aparte de Gandhi, que confiara tanto en los hombres y las mujeres jóvenes como Ikeda Sensei, que les diera tanta fuerza y los alentara con tanta constancia, creyendo en ellos y en su potencial para llegar a ser futuros líderes.

Por esa razón, lo llamo el «Gandhi viviente». No soy miembro de la Soka Gakkai, pero, gracias a haberme dedicado a estudiar acerca del Mahatma –apelativo que significa Gran Alma–, me considero capaz de reconocer la dimensión de esas «grandes montañas» que son Gandhi e Ikeda.

Las ideas de Gandhi seguirán vivas en los corazones de las generaciones futuras, y seguirán creando valor. La filosofía de Ikeda Sensei también perdurará en las acciones de personas anónimas: personas que no renuncian a la vida a pesar del dolor y la desesperación, personas que luchan con valentía contra la división y la desigualdad, personas que viven de forma responsable hacia los demás.

Jóvenes, por favor, leed los escritos de vuestro maestro. Conoced aún más la grandeza de vuestro maestro. Provocad una transformación en la humanidad, siendo conscientes de que esta no será una batalla que termine en uno o dos años.

No he conocido a nadie, aparte de Gandhi, que confiara tanto en los hombres y las mujeres jóvenes como Ikeda Sensei.

Desde que supe acerca de Ikeda Sensei, aprender sobre él se ha convertido en una gran alegría en mi vida. Es un viaje compartido por maestro y discípulo, una exploración de la cuestión de «qué es la vida» y, a la vez, un descubrimiento de que la vida es un regalo irremplazable.

Siempre habíamos pensado que el siglo XXI sería un siglo sin guerras ni violencia, un siglo en el que la humanidad estaría unida y la Tierra, llena de paz y esperanza. Sin embargo, los libros de historia deberán recordar que el primer cuarto de este siglo fue una época en la que el mundo se vio asaltado por temores desconocidos.

Aun así, estamos seguros de que podemos transformar este veneno para curarlo todo. Y esto, también, es algo que deberán recoger los futuros libros de historia.

El siglo XXI deberá ser reconocido como un siglo en el que el liderazgo de Ikeda Sensei en la creación de valor y la herencia de sus ideas por parte de los discípulos transformaron una época de caos y crisis en una era de la humanidad.

Para marcar el comienzo de una era de humanismo que no deje a nadie atrás, es esencial que cada individuo se transforme. Este es el mensaje de esperanza de la revolución humana.

Sigamos desafiándonos a nosotros mismos y a los demás a cambiar,
por ser discípulos de Ikeda Sensei,
por una paz sostenible,
por el futuro de la humanidad.

(Traducción del artículo publicado el 5 de agosto de 2023 en el Seikyo Shimbun).

En el canal de YouTube del Seikyo Shimbun hay disponible una serie de vídeos de la entrevista al doctor Radhakrishnan, con subtitulado en inglés
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