El capítulo «Aliento a la devoción» (3/3)


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PUNTO 13, ACERCA DEL PASAJE: «NO NOS PREOCUPAN EL CUERPO O LA VIDA; SOLO VIVIMOS PENDIENTES DEL CAMINO INSUPERABLE»
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El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente dice: El «Camino insuperable» es Nam-myoho-renge-kyo. Ahora, Nichiren y sus seguidores viven más pendientes de Nam-myoho-renge-kyo que de su propia vida.[32] Por eso, en la conclusión de este capítulo, encontramos las palabras «El Buda debe saber lo que palpita en nuestros corazones». El buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, ha de saber y comprender lo que existe en el corazón de los devotos del Sutra del loto. El «Buda» al que se refiere la conclusión del capítulo es Shakyamuni, y «nuestros corazones» se refieren al corazón de Nichiren y de sus seguidores que hoy entonan Nam-myoho-renge-kyo.[33]

LA GRAN ENSEÑANZA QUE DEBEMOS ATESORAR

A continuación, estudiemos la parte del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente que versa sobre el pasaje del Sutra del loto: «No nos preocupan el cuerpo o la vida; solo vivimos pendientes del Camino insuperable».[34]

En la parte final en verso de dicho capítulo,[35] se afirma que quienes tengan fe en el Sutra del loto, lo practiquen y lo propaguen en la época posterior a la muerte del Buda tendrán que vérselas con los tres enemigos poderosos.[36] Allí, los bodisatvas expresan su determinación en los siguientes términos:

Para predicar este sutra,
soportaremos estas difíciles pruebas.
No nos preocupan el cuerpo o la vida;
solo vivimos pendientes del Camino insuperable.[37]

En otras palabras, sobrellevan toda clase de adversidades porque valoran el Camino insuperable más que ninguna otra cosa.

Con respecto a este pasaje, el Daishonin afirma que el «Camino insuperable» se refiere a Nam-myoho-renge-kyo.[38] Pone de relieve la importancia de que afiancemos el firme compromiso de valorar la Ley Mística, la ley fundamental del universo, o Nam-myoho-renge-kyo.

Las frases «No nos preocupan el cuerpo o la vida»[39] y «sin jamás escatimar ni el cuerpo ni la vida»[40] no quieren decir que debamos tomar a la ligera ni devaluar la vida. Antes bien, su propósito es destacar cuánto debemos atesorar y apreciar la Ley.

La gran enseñanza que debemos valorar es la Ley Mística, que proclama el respeto a la dignidad de la vida. En el budismo Nichiren no existe ni el más mínimo atisbo de menosprecio a la vida. El espíritu de «no escatimar la vida» es completamente distinto de la actitud desdeñosa que minimiza la vida o la considera prescindible. Esto también queda claro en este pasaje del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente. Ni una sola vida puede ser sacrificada en aras del kosen-rufu; este ha sido el credo de los primeros presidentes de la Soka Gakkai, en los cuales me incluyo. Esta es mi más firme determinación.

Tanto el Sutra del loto como Nichiren Daishonin enseñan que dedicarnos al gran juramento del kosen-rufu es la forma de hacer brillar la dignidad suprema de nuestra vida, trascendiendo los límites del nacimiento y la muerte. Por eso es tan importante mantener toda la vida una fe inquebrantable en el camino de nuestra práctica budista.

El señor Makiguchi, pese a su edad avanzada, hacía largos viajes a Kyushu y a Tohoku para transmitir el budismo Nichiren a los demás. También el señor Toda, en su lucha contra el demonio de la enfermedad, lideró nuestro movimiento hasta el último instante y pasó la antorcha del kosen-rufu a sus jóvenes sucesores en la ceremonia del 16 de marzo de 1958.[41]

DEDICAR NUESTRA VIDA A LA LEY MÍSTICA

A la luz de la parte final en verso del capítulo «Aliento a la devoción», el kosen-rufu es una contienda incesante entre el Buda [la budeidad] y las funciones destructivas. La aparición de los tres enemigos poderosos es inevitable, ya que el propósito de estas funciones es obstruir el avance de nuestra gran comunidad de personas dedicadas a propagar la Ley Mística.
El señor Makiguchi escribió:

No temamos a las palabras: «A medida que avanza la práctica y mejora la comprensión, comienzan a surgir los tres obstáculos y los cuatro demonios de manera confusa, pugnando entre sí por interferir».[42] Las personas que no comprenden el inmenso amor compasivo del Daishonin y se obsesionan con el pequeño rédito inmediato son seres realmente ignorantes y dignos de lástima.[43]

En otros términos, nos dice que las dificultades y los obstáculos que surgen en el transcurso de nuestra práctica son, en realidad, expresiones del gran amor compasivo del Buda. Ello se debe a que esas situaciones nos dan una perfecta oportunidad para manifestar el estado de vida indestructible de la budeidad. El señor Makiguchi se compadecía de las personas que se perdían esa oportunidad. En sus palabras resplandece la orgullosa convicción de que «surgirán dificultades, que deberán considerarse prácticas “pacíficas”».[44]

Desde el momento en que el Daishonin proclamó públicamente su enseñanza (el 28 de abril de 1253), se vio acosado por incontables persecuciones, «[a]sí como las montañas se depositan sobre montañas, y las olas secundan a las olas».[45] Y sin embargo, pese a ello, declaró: «Yo, Nichiren, soy el hombre más rico del Japón actual. He dedicado mi vida al Sutra del loto, y mi nombre será preservado a lo largo de la posteridad».[46] Confrontar obstáculos y adversidades a causa de propagar la Ley es un honor supremo.

La parte en verso termina con las palabras «El Buda debe saber lo que palpita en nuestros corazones».[47] Con respecto a esto, el Daishonin señala: «Ahora, Nichiren y sus seguidores viven más pendientes de Nam-myoho-renge-kyo que de su propia vida. Por eso, en la conclusión del capítulo, encontramos las palabras “El Buda debe saber lo que palpita en nuestros corazones”».[48]

El Buda «debe saber» o conocer la determinación que palpita en el corazón de las personas comunes que perseveran en su práctica budista con el espíritu altruista de «no preocuparse por el cuerpo o la vida».[49]

Ello se debe a que Shakyamuni –quien, en el capítulo «La duración de la vida» (16.o) del Sutra del loto afirma: «[O]riginariamente practiqué el Camino del bodisatva»–[50] también alcanzó la iluminación mediante la práctica de la Ley Mística, la causa fundamental para el logro de la budeidad. Por dicha razón, el Buda «sabe» profundamente cuán nobles son quienes se dedican a la Ley Mística. En la época oscura que comenzó tras la muerte de Shakyamuni, Nichiren Daishonin –el Buda del Último Día de la Ley– reveló que esa ley fundamental era Nam-myoho-renge-kyo. La vida del Buda eterno palpita en el corazón de quienes entonan Nam-myoho-renge-kyo.

La vida de quienes se dedican al juramento del kosen-rufu es absolutamente inseparable de la del Buda; por eso pueden manifestar un amor compasivo más profundo que el océano, una sabiduría más elevada que el cielo y una valentía más indómita e inamovible que las montañas.

La lucha por propagar pacientemente el budismo pone a brillar nuestro estado de budeidad; es la cumbre suprema a la cual podemos elevarnos como seres humanos.

El señor Toda afirmaba que los problemas y los sufrimientos tornaban nuestra fe más firme y profunda, y aseguraban para nuestro futuro un jardín florido de felicidad.

BUSCAR LA ESENCIA DE LA REVOLUCIÓN HUMANA 

Cuando me dirigía a Osaka para comparecer ante la policía, que iba a interrogarme en relación con el incidente de Osaka, el señor Toda me entregó un ejemplar recién publicado de su novela Revolución humana, que había escrito con el seudónimo literario Myo Goku. En el posfacio del libro, titulado «La esencia de la revolución humana», decía: «La verdadera revolución humana yace delante de nosotros. Mi deseo más ardiente es que luchen con valentía contra los tres enemigos poderosos, derroten los tres obstáculos y los cuatro demonios, y experimenten el verdadero beneficio de la fe y la esencia de la revolución humana».

Nos pedía que confrontáramos y superáramos todos los escollos para construir una vida de triunfal revolución humana.

El 17 de julio de 1976, en el decimonoveno aniversario del día en que recuperé la libertad durante el incidente de Osaka (en 1957), me puse a escribir la «Canción de la revolución humana»[51] como homenaje a mi mentor.

En el patio norte de la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu, inaugurado hace diez años (en 2013), se yergue un monumento de piedra con la letra de este himno.

«UNA MISIÓN QUE CUMPLIR EN ESTE MUNDO»

Tal como señalé en la canción, «Tenemos una misión que cumplir en este mundo».

Juntos, consideremos que los obstáculos son un honor y enfrentemos con seguridad todos los retos. ¡Avancemos audazmente por la senda de nuestro juramento de propagar la Ley Mística y escribir una victoriosa saga de revolución humana que ilumine el camino hacia un futuro brillante!

Levántate; yo también lo haré.
Avanza con ímpetu y firmeza; yo también lo haré.[52]

Con nuestros camaradas de fe en todo el orbe, ¡arremetamos por la anchurosa ruta de la Soka en inseparabilidad de maestro y discípulo, y con la firme unión de «distintas personas con un mismo propósito», para hacer que la Ley perdure eternamente!

(Traducción del artículo publicado en la edición de julio de 2023 de Daibyakurenge).


[32] ↑ En esta frase, «vivir pendiente de» significa «dar valor, apreciar o atesorar». En otras palabras, Nichiren y sus seguidores valoran Nam-myoho-renge-kyo más que su propia vida.

[33] ↑ OTT, pág. 114.

[34] ↑ Véase SL, cap. 13, pág. 193.

[35] ↑ También llamada «estrofa de veinte versos», porque, en la traducción al chino de Kumarajiva, esa es su longitud. En esos veinte versos, incontables multitudes de bodisatvas juran al buda Shakyamuni propagar el sutra en la época oscura posterior a su muerte, soportando los ataques de los tres enemigos poderosos: laicos arrogantes, sacerdotes arrogantes y falsos venerables arrogantes.

[36] ↑ Tres enemigos poderosos: Tres categorías de personas arrogantes que persiguen a quienes propagan el Sutra del loto en la época corrupta posterior a la muerte del buda Shakyamuni. 1) Laicos arrogantes que hostigan a quienes propagan el Sutra del loto, haciéndolos objeto de insultos y calumnias, y atacándolos con palos y espadas; 2) sacerdotes arrogantes, «de sabiduría perversa y de corazón malvado, aduladores y deshonestos» (La apertura de los ojos, en END, pág. 289), incapaces de comprender la verdadera enseñanza del budismo, apegados a sus propias ideas y convencidos de que son superiores, y 3) falsos venerables arrogantes; es decir, sacerdotes de elevado rango que viven apartados del mundo y a quienes el pueblo considera venerables, pero cuyo verdadero corazón es codicioso y malvado, y que, a través de difundir falsedades, consiguen que las autoridades persigan a los que propagan el Sutra del loto. Nichiren Daishonin declaró que sus acciones habían provocado la aparición de estos tres enemigos poderosos y que ello demostraba que él era el devoto del Sutra del loto en el Último Día de la Ley.

[37] ↑ SL, cap. 13, pág. 193.

[38] ↑ Véase OTT, pág. 114.

[39] ↑ SL, cap. 13, pág. 193.

[40] ↑ Ib., pág. 189.

[41] ↑ A principios de marzo de 1958, el segundo presidente Josei Toda propuso a su discípulo Daisaku Ikeda celebrar una ceremonia que obrase como un ensayo general del kosen-rufu, a modo de preparación para el futuro. El 16 de marzo, unos seis mil participantes de ambas agrupaciones juveniles se dieron cita en ese encuentro, moderado por Daisaku Ikeda. Durante la ceremonia, el presidente Toda transfirió el relevo del kosen-rufu a sus jóvenes sucesores. Tiempo después, el 16 de marzo pasó a conocerse como el «Día del Kosen-rufu».

[42] ↑ Carta a los hermanos, en END, pág. 525.

[43] ↑ Makiguchi, Tsunesaburo: Makiguchi Tsunesaburo zenshu (Obras completas de Tsunesaburo Makiguchi), Tokio: Daisanbunmei-sha, 1987, vol. 10, pág. 46.

[44] ↑ OTT, pág. 115.

[45] ↑ La apertura de los ojos, en END, pág. 254.

[46] ↑ Ib., pág. 283.

[47] ↑ SL, cap. 13, pág. 194.

[48] ↑ OTT, pág. 114.

[49] ↑ Véase SL, cap. 13, pág. 193.

[50] ↑ SL, cap. 16, pág. 225.

[51] ↑ El proceso que llevó a componer e interpretar dicha canción se describe detalladamente en el volumen 23 de La nueva revolución humana, capítulo «Valentía».

[52] ↑ Letra de la «Canción de la revolución humana».

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