El capítulo «El bodisatva Jamás Despreciar» (2/4)


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CAPÍTULO 20: EL BODISATVA JAMÁS DESPRECIAR
TREINTA PUNTOS IMPORTANTES
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Punto Uno, acerca del bodisatva [Constantemente] Jamás Despreciar[6]
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El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente señala: En el nombre «[Constantemente] Jamás Despreciar», la palabra «Constantemente» se refiere al bodisatva Jamás Despreciar que está presente de manera continua en las tres existencias del pasado, presente y futuro. El nombre «Jamás Despreciar» alude a los tres potenciales inherentes a la naturaleza de buda que están presentes en el corazón de todos los seres vivos. La naturaleza de buda es la naturaleza del Dharma.[7] Y la naturaleza del Dharma es Myoho-renge-kyo.[8]

LA FILOSOFÍA FUNDAMENTAL DEL RESPETO A LA VIDA

Aquí, el Daishonin señala que el carácter chino con que se escribe «Constantemente», que forma parte del nombre del bodisatva Jamás Despreciar [aunque, en español e inglés, se traduce implícitamente sin usar una palabra separada], indica que el bodisatva Jamás Despreciar existe de manera continua y permanente a lo largo del tiempo, a través del pasado, presente y futuro. Esto se podría interpretar como que el bodisatva Jamás Despreciar se manifiesta siempre en un mundo en conflicto –donde la gente vive en estado de ilusión y abundan las personas dominadas por el odio[9] y la arrogancia–[10] para iluminar la oscuridad del desprecio a la vida humana con la luz del respeto por todas las personas.

Luego, el Daishonin declara: «El nombre “Jamás Despreciar” alude a los tres potenciales inherentes a la naturaleza de buda que está presente en el corazón de todos los seres vivos».[11] La práctica del respeto constante a los demás que llevó a cabo el bodisatva Jamás Despreciar se basó, precisamente, en la idea y la convicción de que la naturaleza de buda es inherente a todos los seres. Las personas comunes tendemos a ver a nuestros semejantes como manifestaciones de uno u otro de los nueve estados, todos ellos caracterizados por la ilusión. Pero un buda ve en todos los seres la naturaleza de buda.

En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin afirma que todas las personas poseen los tres potenciales inherentes a la naturaleza de buda[12] –la naturaleza de buda innata, la sabiduría para percibirla y las buenas acciones, o práctica, para desarrollar esa sabiduría y hacer emerger la naturaleza de buda–. Esta es la verdad fundamental que subyace a la respetable dignidad de todas las personas y el principio último que nos motiva a llevar a cabo la práctica del bodisatva Jamás Despreciar.

EXTRAER EL «ORO» DE LA NATURALEZA DE BUDA

Todas las personas poseen la naturaleza de buda. Sin embargo, ni siquiera el oro puede revelar su valor si permanece oculto bajo la tierra. Del mismo modo, para extraer el oro de la naturaleza de buda, necesitamos las buenas acciones, la práctica, que desarrolla nuestra sabiduría y nos permita desenterrar ese tesoro. La sabiduría es lo que nos permite percibir en nosotros mismos ese reluciente oro y reconocer su genuino valor.

El rasgo definitorio del budismo es que esclarece el modo de activar la naturaleza de buda que, incluso si en un momento dado se encuentra latente o inactiva, existe en todas las personas.

La capacidad de despertar y revelar la naturaleza de buda existe de forma potencial en todos nosotros. Pero para que una persona común tome conciencia de ella se precisa la influencia de otra persona. En el proceso que lleva a manifestar los tres potenciales inherentes a la naturaleza de buda, es crucial la presencia de lo que el budismo llama un «buen amigo».[13]

Solo un buen amigo dedicado al juramento del kosen-rufu, que ore por la felicidad de esa persona y le hable sobre el budismo, puede suscitar su naturaleza de buda. En algunos casos, es como si el oro de la naturaleza de buda innata estuviera demasiado profundo, hundido bajo un lecho de roca. Pero los buenos amigos no arredran ante la magnitud de la tarea y persisten hasta traer a la superficie el oro de la felicidad. En definitiva, una persona puede tomar conciencia de su potencial y extraer por sí misma su precioso tesoro interior a través de la perseverancia de ese buen amigo o amiga que la ayuda a relacionarse con el budismo.

LO QUE MOTIVA A LOS BUDAS ES SU AMOR BENEVOLENTE

De acuerdo con la ley de causa y efecto que gobierna la vida, quienes atacaron al bodisatva Jamás Despreciar y se burlaron de él tuvieron que sufrir una estricta retribución por su proceder. Pero, dado que habían escuchado la enseñanza correcta y, de ese modo, habían creado un vínculo con ella, en una existencia futura pudieron reencontrarse con Jamás Despreciar.[14] Este es un ejemplo del principio budista según el cual hasta una relación inversa[15] con el Sutra del loto [creada mediante la oposición o el rechazo] actúa como una causa que posibilita el logro futuro de la iluminación.

En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente se lee:

Así pues, aunque algunos «tomaban palos de madera, o piedras y lajas, y lo azotaban o lo apedreaban» (capítulo vigésimo),[16] él [el bodisatva Jamás Despreciar] persistía en sus esfuerzos, «y predicaba en bien de ellos enérgicamente, aun cuando esto los ofuscaba»,[17] porque sus actos nacían de un sentimiento de piedad y de amor benevolente. […] Aprendemos así que el corazón del Buda es un corazón de gran piedad y amor compasivo.[18]

Esta disposición se ejemplifica en la conducta de ayudar a toda clase de personas a relacionarse con el budismo, aun en condiciones adversas o difíciles. Y este es el espíritu de los diálogos que llevamos a cabo como miembros de la Soka Gakkai. Transmitir el budismo a otros en toda la medida de nuestra posibilidad, poniendo en juego nuestra valentía, sinceridad y auténtico interés por la otra persona, es una forma de obrar que encarna el amor compasivo del Buda. La valentía es, para nosotros, un sucedáneo del amor compasivo.

Además, tengamos presente que el bodisatva Jamás Despreciar, enfrentado a los ataques de la gente con piedras y lajas, tomaba distancia para ponerse a salvo y, desde allí, exclamaba a viva voz: «¡Jamás me atrevería a menospreciaros, porque todos lograréis la budeidad con certeza!».[19] Porque era audaz, resistente, optimista y sabio, no se dejó trastornar por la arrogancia y el odio de los demás. Y, como punto crucial, lo que permitía al bodisatva Jamás Despreciar responder de esa manera era su oración benevolente, centrada en la felicidad de los demás.

Más adelante, en el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin declara: «Ahora Nichiren y sus seguidores, los practicantes del Sutra del loto que entonan Nam-myoho-renge-kyo, son los bodisatvas Jamás Despreciar del Último Día de la Ley».[20] Nosotros, los bodisatvas Jamás Despreciar del Último Día de la Ley, seguimos entonando y propagando Nam-myoho-renge-kyo en este mundo saha [21] dominado por la desconfianza y el antagonismo; redoblamos más aún nuestro esfuerzo para ayudar a otros a establecer relación con el budismo, en bien de su felicidad y de la paz.

(Continuar leyendo la parte 3/4).


[6] ↑ Los caracteres chinos con que se escribe el nombre completo del bodisatva Jamás Despreciar (en jap.: jo-fukyo bosatu) literalmente significan «bodisatva Constantemente No Despreciar». La idea de «Constantemente No Despreciar» se expresa, en español natural, como «Jamás Despreciar». Aquí, el Daishonin analiza la palabra «constantemente», que en el nombre en español y en inglés aparece denotada de modo implícito.

[7] ↑ Naturaleza del Dharma: Naturaleza inmutable, inherente a todos los fenómenos y a todas las cosas.

[8] ↑ OTT, págs. 150-151.

[9] ↑ El odio es uno de los tres venenos –junto con la codicia y la estupidez– que originan el sufrimiento humano.

[10] ↑ La arrogancia denota la creencia errada en que uno ha adquirido beneficios y un estado iluminado, cuando en realidad no es así, y la idea de que uno es superior a los demás. El bodisatva Jamás Despreciar vivió en una época en que los monjes habían sucumbido a la arrogancia y en que el budismo estaba a punto de extinguirse.

[11] ↑ OTT, págs. 150-151.

[12] ↑ Tres potenciales inherentes a la naturaleza de buda: Principio expuesto por T’ien-t’ai (538-597), que considera la naturaleza de buda desde tres perspectivas. Los tres potenciales inherentes son 1) la naturaleza de buda innata, 2) la sabiduría para percibirla y 3) las buenas prácticas o acciones que, al desarrollar dicha sabiduría, permiten manifestar la naturaleza de buda. Las acciones benéficas ayudan a cultivar la sabiduría, que, una vez incrementada, puede percibir la naturaleza de buda inherente. De esa forma, las tres constituyen causas que obran juntas para obtener el efecto de la budeidad.

[13] ↑ En el budismo, un «buen amigo» es una persona virtuosa y recta que guía a la gente hacia el budismo. Ejemplos de buenos amigos son los mentores que enseñan el budismo y los compañeros practicantes.

[14] ↑ En el Sutra del loto, el Buda explica: «[E]n ese momento el corazón de las cuatro clases de creyentes –monjes, monjas, laicos y laicas– se llenó de ira y todos ellos [mientras viví en esa existencia con la identidad del bodisatva Jamás Despreciar] me trataron con desprecio y desdén; y por doscientos millones de kalpas nunca pudieron encontrar a un buda, escuchar la Ley o ver a la comunidad de monjes [o samgha]. Durante mil kalpas soportaron grandes sufrimientos en el infierno Avichi. Cuando terminaron de expiar sus faltas, volvieron a encontrarse con el bodisatva Jamás Despreciar, quien les enseñó la iluminación suprema y perfecta» (SL, cap. 20, pág. 266).

[15] ↑ Relación inversa: También llamada «relación de tambor ponzoñoso». Lazo que se forma con la enseñanza correcta a través de oponerse a ella o de actuar en contra. Quien se opone al Sutra del loto cuando lo oye predicar crea, de todas maneras, una relación con dicha enseñanza que, con el tiempo, le permitirá lograr la budeidad.

[16] ↑ SL, cap. 20, pág. 265.

[17] ↑ T’ien-t’ai: Palabras y frases del «Sutra del loto», vol. 10.

[18] ↑ OTT, pág. 164.

[19] ↑ SL, cap. 20, pág. 264.

[20] ↑ OTT, pág. 155.

[21] ↑ Mundo saha: El lugar donde vivimos los seres humanos, colmado de sufrimientos. A menudo se traduce como «mundo donde se resiste» o «mundo de resistencia». En sánscrito, saha denota la tierra; deriva de una raíz que significa «soportar» o «resistir». Por tal razón, en las versiones en chino de las escrituras budistas, saha se traduce como «resistencia» o «tolerancia». En este contexto, «mundo saha» significa el lugar donde las personas se exponen a padecer sufrimientos.

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