El capítulo «La duración de la vida de El Que Así Llega» · Parte III (1/4)


Oremos y trabajemos cada día para construir un mundo feliz que concuerde con las palabras «[E]sta, mi tierra, permanece a salvo y en calma»


Publicamos una nueva entrega de la serie de disertaciones de Daisaku Ikeda Iluminando el mundo con el budismo del sol dedicada a abordar «Pasajes fundamentales del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente»

«¿Cuál es el propósito social de una religión, si no trabajar por la felicidad de la humanidad y hacer del mundo un lugar mejor? ¿No es beneficioso ayudar a las personas a ser más felices? ¿Acaso no hay valor moral en mejorar el mundo?».[1] Estas son famosas palabras que nuestro fundador, Tsunesaburo Makiguchi, escribió en Kachi-ron (La teoría del valor), que integra el segundo volumen de su obra Soka kyoikugaku taikei (El sistema pedagógico de la creación de valores).[2]

El señor Makiguchi citó el capítulo «La duración de la vida» (16.o) del Sutra del loto [3] como epítome del verdadero valor de la religión y señaló que en él se hallaba representada «la promesa de Shakyamuni de posibilitar el logro de la budeidad a todos aquellos afligidos por el sufrimiento y ayudarlos a vivir en condiciones seguras, experimentando la alegría de la vida eterna».[4]

¿Cómo superamos los sufrimientos que experimentamos en la vida? ¿Cómo adquirimos un estado vital inquebrantable que nos permita sentir la verdadera alegría de vivir? Una religión creadora de valor genuino se define por su capacidad de transformar la vida real de las personas y la sociedad. Esta convicción es lo que guio los nobles ideales y acciones del maestro Makiguchi.

EL GRAN CAMINO DE LA RELIGIÓN HUMANÍSTICA

Makiguchi Sensei planteó un desafío agudo y fundamental al concepto filosófico tradicional del «valor de santidad» religioso desconectado del mundo real. Mi maestro, el segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, también aclaró en diversas ocasiones que no somos oportunistas espirituales que se aprovechan de la religión en beneficio propio.

Por mi parte, al heredar las enseñanzas de nuestros dos presidentes fundadores, me he esforzado al lado de mis compañeros miembros de la Soka Gakkai para expandir nuestra firme alianza en bien de la paz, la cultura y la educación, basada en el humanismo budista. El auténtico propósito de la religión es permitir a las personas ser fuertes, buenas y sabias.

El Sutra del loto es un tesoro de sabiduría; es la fuente de un movimiento religioso que existe para forjar y empoderar verdaderamente a los seres humanos.

El capítulo «La duración de la vida» –en especial su parte en verso– desvela la naturaleza real del Buda que trabaja eternamente para ayudar a todos los seres a lograr la iluminación, y describe a quienes buscan a su maestro y propagan la Ley con dedicación altruista. Pone en primer plano el juramento que define el corazón de la lucha conjunta de mentor y discípulo. Proclamando juntos las enseñanzas humanísticas del budismo, se dedican a crear supremo valor ayudando a la gente a establecer un estado de felicidad absoluta e indestructible –que concuerde con el pasaje «bajo los cuales, plácidos, gozan los seres»–[5] y a construir una tierra de buda como la que describe la frase «esta, mi tierra, permanece a salvo y en calma».[6]

En esta entrega, estudiaremos el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente que se centra en la parte en verso del capítulo «La duración de la vida». Reafirmemos el gran camino de la Soka, dedicado a lograr el kosen-rufu mediante la propagación benevolente de la Ley Mística, en relación directa con Nichiren Daishonin, el Buda del Último Día de la Ley. En definitiva, la sección en verso de este capítulo es un canto de alabanza a nuestra propia vida.

COMO LA ASAMBLEA SOBRE EL PICO DEL ÁGUILA, QUE TRANSCURRE CONSTANTEMENTE A TRAVÉS DEL TIEMPO

Han pasado noventa y tres años [en 2023] desde que los presidentes Makiguchi y Toda fundaron la Soka Gakkai con un apasionado compromiso de lograr el kosen-rufu. Y diez años desde que se inauguró en Shinanomachi, Tokio, la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu.

Hoy, la humanidad se ve ante numerosas dificultades, pero en esta época turbulenta –o, precisamente a causa de ella– nuestros miembros han perseverado superando diversos problemas y fortaleciendo sus lazos de esperanza y de aliento, a lo largo de esta última década.

A tono con esto, el desarrollo de nuestro movimiento global por el kosen-rufu es, realmente, asombroso. Todo se debe a nuestros nobles camaradas que están esforzándose con valentía para cumplir lo que juraron en el remoto pasado, con la firme convicción de que «Cuando ocurre un gran mal, sobreviene un gran bien».[7]

Este verano (en julio de 2023), se reanudaron las ceremonias de gongyo en la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu (después de un intervalo de tres años y medio debido a la pandemia de la COVID-19). Allí, nuevamente, se están reuniendo valerosos Bodisatvas de la Tierra que han surgido prodigiosamente en esta época, en todo el mundo, unidos en oración para cumplir el gran juramento del kosen-rufu mediante la propagación benevolente de la Ley Mística.[8]

Siento, en verdad, que cada uno de estos encuentros merece describirse como «la asamblea sobre el sagrado Pico del Águila [que] continúa en toda su solemnidad y aún se ha dispersado»,[9] como cita el Daishonin en el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente.

Cuando el Daishonin señala «“Sagrado Pico [del Águila]” se refiere al Gohonzon. También al lugar donde viven Nichiren y sus seguidores, quienes entonan Nam-myoho-renge-kyo».[10] Nuestra recitación matutina y vespertina del gongyo y de Nam-myoho-renge-kyo, ya sea de manera individual o grupal, nos conecta como Bodisatvas de la Tierra con esa asamblea sobre el Pico del Águila, en lo más profundo de nuestra vida. De ese modo, desplegamos el mismo estado de budeidad que el Daishonin y renovamos nuestro juramento de lograr el kosen-rufu.

(Continuar leyendo la parte 2/4).


[1] ↑ MAKIGUCHI, Tsunesaburo: Soka kyoikugaku taikei (El sistema pedagógico de la creación de valores), en Makiguchi Tsunesaburo zenshu (Obras completas de Tsunesaburo Makiguchi), Tokio: Daisanbunmei-sha, 1982, vol. 5, pág. 356.

[2] ↑ Soka kyoikugaku taikei (El sistema pedagógico de la creación de valores): Obra en dos volúmenes que expone la innovadora teoría educativa de Tsunesaburo Makiguchi, primer presidente de la Soka Gakkai. Fue escrita para ofrecer «un sistema metodológico para formar individuos capaces de crear valor, lo cual es el propósito de la vida». El primer volumen se publicó el 18 de noviembre de 1930, gracias a la ayuda económica y logística de su colaborador Josei Toda, en una labor conjunta entre el maestro y su discípulo. El segundo volumen se publicó en 1931.

[3] ↑ Una vez que, en la primera parte de la sección en prosa de dicho capítulo, se revela que el Buda logró originariamente la budeidad en el pasado remoto, la segunda parte en prosa narra la parábola del médico excelente y sus hijos enfermos, para explicar por qué el Buda eterno entra en el nirvana. (Véase la frase: «Para salvar a los seres vivos, como medio hábil doy la impresión de entrar en el nirvana», en SL, cap. 16, pág. 228). A continuación, sigue una parte en verso en la cual se reitera el contenido de lo antedicho en prosa. Es lo que, en japonés, se conoce como jigage (literalmente, «estrofas del sí mismo», que empieza con las palabras Ji ga toku burrai («Desde que yo logré la budeidad») (Ib., pág. 228). Nichiren Daishonin pone de relieve el valor de la parte en verso, diciendo: «[L]os budas de las diez direcciones consideraron que la parte en verso del capítulo “La duración de la vida” era su maestro, y lograron la budeidad». (Carta a Horen, en END, pág. 541). En nuestra práctica diaria del gongyo, recitamos esta parte versificada para elogiar la nobleza de nuestra propia vida.

[4] ↑ MAKIGUCHI, op. cit., vol. 5, pág. 357.

[5] ↑ El capítulo «La duración de la vida» del Sutra del loto describe el mundo en que vivimos como un lugar donde «plácidos, gozan los seres» (SL, cap. 16, pág. 229). Esto indica que el mundo saha, normalmente considerado un ámbito de sufrimiento, en realidad es la Tierra de la Luz Eternamente Tranquila, una tierra de buda donde todos los seres pueden experimentar un gozo supremo.

[6] ↑ Pasaje de la parte en verso que aparece en el capítulo «La duración de la vida» del Sutra del loto. «[E]sta, mi tierra» es el mundo saha en que Shakyamuni vive eternamente. SL, cap. 16, pág. 229.

[7] ↑ El gran mal y el gran bien, en END, pág. 1165.

[8] ↑ El Joju Gohonzon de la Soka Gakkai, entronizado en la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu, lleva la inscripción «Para cumplir el gran juramento del kosen-rufu mediante la propagación benevolente de la gran Ley».

[9] OTT, pág. 135. Palabras del gran maestro T’ien-t’ai que cita el Daishonin en el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente para destacar que la asamblea sobre el Pico del Águila en que Shakyamuni predicó el Sutra del loto es eterna y no concluye jamás.

[10]Véase OTT, pág. 135.

 

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