El capítulo «La duración de la vida de El Que Así Llega» · Parte I (3/3)


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PUNTO 3, ACERCA DE LA FRASE «PERO, BUENOS HOMBRES, HAN TRANSCURRIDO INMENSURABLES, ILIMITADOS, CIENTOS, MILES, DECENAS DE MILES, MILLONES, NAYUTAS DE KALPAS DESDE QUE YO, EN VERDAD, LOGRÉ LA BUDEIDAD».[29]
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Ahora Nichiren y sus seguidores, quienes entonan Nam-myoho-renge-kyo, son los señores originales de las enseñanzas del capítulo «La duración de la vida». En sentido general, los bodisatvas de la enseñanza teórica no constituyen la clase de personas cualificadas para ocuparse de este capítulo, pues utilizan un enfoque que pone la enseñanza teórica en primer plano y deja la enseñanza esencial en el fondo, mientras que Nichiren y sus seguidores utilizan un enfoque que pone la enseñanza esencial en el frente y la enseñanza teórica detrás.
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Sea como fuere, este capítulo no constituye la enseñanza esencial para el Último Día de la Ley. Esto se debe a que representa el budismo de la cosecha, que era adecuado para la época en que el Buda se hallaba en el mundo. Pero solo los cinco caracteres del daimoku [Nam-myoho-renge-kyo][30] constituyen el budismo de la siembra, adecuado para la época actual. Así pues, el budismo de la cosecha era para la época en que el Buda vivía en el mundo, mientras que el budismo de la siembra es para la época posterior a su muerte. Por eso, lo que se requiere en el Último Día de la Ley es el budismo de la siembra.[31]

EL BUDISMO DE LA SIEMBRA ES LA ENSEÑANZA ESENCIAL PARA EL ÚLTIMO DÍA DE LA LEY

Si nos atenemos al significado literal del Sutra del loto, Shakyamuni, quien enseñó que todos los seres pueden lograr la budeidad, es el «señor original de las enseñanzas del capítulo “La duración de la vida”». Con todo, el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente señala que Nichiren y sus seguidores que entonan Nam-myoho-renge-kyo son «los señores originales de las enseñanzas del capítulo “La duración de la vida”». Y lo dice porque la enseñanza esencial que resulta adecuada para la época actual del Último Día de la Ley es el budismo de la siembra, el corazón del capítulo «La duración de la vida»; es decir, Nam-myoho-renge-kyo.

En lo concerniente a las personas cualificadas para transmitir dicha enseñanza, los bodisatvas de la enseñanza teórica –a quienes instruyó y enseñó el Buda de la enseñanza teórica, antes de revelar que se había iluminado en el remoto pasado– «utilizan un enfoque que pone la enseñanza teórica en primer plano y deja la enseñanza esencial en el fondo». Siendo así, no pueden asumir la responsabilidad de propagar esta enseñanza de suma importancia.

Por otro lado, los discípulos originales a quienes instruyó y enseñó Shakyamuni que adquirió la iluminación en el remoto pasado son «los Bodisatvas de la Tierra, discípulos de la verdadera identidad del Buda».[32] Estos bodisatvas adoptan «un enfoque que pone la enseñanza esencial en el frente y la enseñanza teórica detrás». Así queda claro que los Bodisatvas de la Tierra tendrán el papel central a la hora de propagar la enseñanza del capítulo «La duración de la vida», corazón de la enseñanza esencial, ya que son las personas a quienes se les confió la propagación del sutra después de la muerte del Buda.

El Daishonin destaca que la enseñanza del budismo de la siembra solo está representada por «los cinco caracteres del daimoku [Nam-myoho-renge-kyo]», propagados tras la muerte de Shakyamuni por esos bodisatvas, los genuinos discípulos del Buda. En otras palabras, el propósito último del capítulo «La duración de la vida» se refiere a la propagación del budismo de la siembra en el Último Día de la Ley.

LOS BODISATVAS DE LA TIERRA SON LOS «SEÑORES ORIGINALES DE LAS ENSEÑANZAS DEL CAPÍTULO “LA DURACIÓN DE LA VIDA”»

A continuación, se habla del budismo de la cosecha y del budismo de la siembra. El proceso que sigue el Buda para guiar a las personas a la iluminación, con sus distintas etapas, se compara con las fases relacionadas con la agricultura: siembra, maduración y cosecha.[33] El budismo de Shakyamuni es el budismo de la cosecha; en otras palabras, una enseñanza que permite recoger el fruto de la iluminación a seres en quienes el Buda ya había sembrado y nutrido las semillas de la budeidad en anteriores existencias.

Pero las personas del Último Día de la Ley, que en existencias pasadas no habían formado vínculos con el Buda, necesitan una enseñanza que represente la fase de la siembra. Y esa es la gran enseñanza de Nam-myoho-renge-kyo. Los Bodisatvas de la Tierra son los protagonistas que, en nombre y en lugar de Shakyamuni, siembran directamente la semilla de la budeidad, Nam-myoho-renge-kyo, en el corazón de la gente en esta última época. En tal sentido, son los «señores originales de las enseñanzas del capítulo “La duración de la vida”». Por su parte, el Daishonin –quien «tomó la iniciativa y emprendió la labor de los Bodisatvas de la Tierra»–[34] libró una histórica lucha altruista para dar a conocer la Ley Mística. Por eso, el budismo Nichiren es el budismo de la siembra. Sembrar las semillas de la Ley Mística nos permite activar la naturaleza de buda que existe de manera innata en los seres humanos.

Como es evidente en el uso de la frase «Nichiren y sus seguidores», el Daishonin expresa que sus discípulos también son los «señores originales de las enseñanzas del capítulo “La duración de la vida”». Con ello, declara que ellos tienen la noble misión de protagonizar la transmisión de la Ley a la humanidad. En definitiva, las palabras del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente solo cobran sentido cuando surgen Bodisatvas de la Tierra cada vez más numerosos para sembrar las semillas de la Ley Mística y cuando estos «forman filas y lo siguen» como precursor.[35]

La Soka Gakkai, un movimiento dedicado al kosen-rufu mundial, es un cónclave de Bodisatvas de la Tierra que han jurado empoderar a todas las personas para que sean realmente felices, de acuerdo con el deseo del Daishonin, y han prometido cumplir su misión desde el tiempo sin comienzo.

LA IMPORTANCIA DE NUESTRO MOVIMIENTO DE DIÁLOGO

En este momento, nuestros honorables miembros están entablando agradables y animadas conversaciones en todo el mundo para sembrar las semillas de la Ley Mística. Estas ya están germinando, y se acerca la época en que el planeta se llenará de abundantes flores de felicidad y esperanza surgidas de ellas. Nuestros esfuerzos en esta siembra de la budeidad constituyen un gran movimiento de diálogo por la paz, que brillará espléndidamente en la historia humana.

¿Cuál es la relevancia actual de nuestro movimiento de diálogo?

En primer lugar, sembrar las semillas de la budeidad es una manera de crear vínculos. Es la tarea sagrada de poner a otras personas en contacto con la Ley Mística y abrir el camino a la felicidad de todos.

El Sutra del loto menciona la siembra de las semillas de la iluminación en épocas pasadas, pero esta se enfocaba en personas que buscaban activamente la enseñanza. En constraste, en el Último Día de la Ley –una época en que impera la búsqueda del interés personal y los placeres efímeros– parece haber muy poca gente que busque una profunda enseñanza por propia voluntad.

Por tal motivo, nuestra dedicación a sembrar las semillas de la Ley Mística es un magnífico emprendimiento dirigido a crear conexiones con el budismo, algo que solo podemos promover como Bodisatvas de la Tierra. Cuanto más ayudemos a una persona tras otra a entablar estas conexiones, y cuantas más semillas sembremos en el rico suelo de sus corazones para guiarlas a la iluminación, más segura y sostenida será la expansión en la sociedad de nuestra filosofía de respeto a la vida.

En segundo lugar, sembrar las semillas de la budeidad es un acto de no discriminación; es una noble labor que une a los seres humanos más allá de toda división.

El budismo de la siembra acepta y abraza a personas de todo tipo de aptitudes o niveles de comprensión; trasciende todas las diferencias, incluyendo las de etnia, nacionalidad y género. Está en las antípodas de cualquier tendencia a marginar o denigrar a otros.

Esto convierte nuestras iniciativas para sembrar las semillas de la Ley Mística en un viaje de largo alcance para fomentar la armonía y la cooperación en la familia humana global. El amor compasivo del Buda, que abarca a todas las personas sin discriminación, disipa la ignorancia que causa divisiones en la humanidad.

En tercer lugar, sembrar las semillas de la budeidad significa tener fe; es la admirable causa de promover una forma de vivir basada en el respeto a los demás.

No sabemos en qué momento germinarán y florecerán las semillas que hemos sembrado en la vida de otras personas, pero respetamos la naturaleza de buda de cada una de ellas y oramos, esperamos y creemos en que esas simientes florecerán, sin falta.

En la raíz de las graves divisiones y enfrentamientos que hoy asolan el mundo, anidan la desconfianza y el recelo. Por eso, nuestros esfuerzos por sembrar las semillas de la Ley Mística constituyen una consagración sin fin al respeto por la humanidad de los demás. A través de sembrar esas semillas creyendo en la bondad inherente a los seres humanos, podremos vencer la duda y la sospecha que oscurecen nuestro mundo.

EL RETO DE TRABAJAR POR LA PAZ MUNDIAL DESDE LAS BASES DE LA CIUDADANÍA

Este año (2023), se cumplirán treinta años desde que comencé a escribir mi novela La nueva revolución humana en entregas consecutivas, el 6 de agosto de 1993. Ese mismo día, hace tres décadas, también mantuve un diálogo inolvidable con el doctor N. Radhakrishnan, filósofo y académico de la India, continuador del espíritu de la no violencia del Mahatma Gandhi. En una entrevista alusiva a ese aniversario, expresó su respeto y gran expectativa por nuestro movimiento:

Hoy, la Soka Gakkai está demostrando plenamente su iniciativa en aras de la paz mundial. […] En 192 países y territorios, personas de todas las edades, hombres y mujeres, de todas las condiciones sociales, han asumido la responsabilidad de crear valor y convertir el odio y la tristeza de las personas en fuerza para vivir, promoviendo la paz en la Tierra como actores comprometidos con sus comunidades y la sociedad. Es una visión esperanzadora. Estos «creadores de valor» oran por la paz en el mundo mientras asumen desafíos acordes con ello desde las bases.[36]

Como discípulos de Nichiren Daishonin, sabemos que Nam-myoho-renge-kyo es el método para despertar y desplegar el poder ilimitado de crear valor que existe en la vida de la gente. La práctica de entonar daimoku y de enseñarlo a los demás hace que el poder monumental de la budeidad se manifieste en nosotros y en la vida del prójimo.

CREAR UNA SOCIEDAD GLOBAL DONDE PUEDAN GERMINAR LAS FLORES DE FELICIDAD

Somos miembros de la Soka Gakkai directamente unidos a Nichiren Daishonin, el Buda del Último Día de la Ley, quien asumió la épica gesta de sembrar las semillas de la budeidad y declaró: «Así y todo, no me he desalentado. El Sutra del loto es como la semilla; el Buda es como el sembrador, y el pueblo es como el campo».[37]

Ahora, irradiando la inmensa vitalidad y el gran amor compasivo del Buda, y consagrados al noble juramento como Bodisatvas de la Tierra, prosigamos con confianza nuestro desafío de impulsar el diálogo para sembrar las semillas de la Ley Mística, y poder crear, de esa manera, una sociedad global donde germinen las exquisitas flores de la felicidad.

(Traducción del artículo publicado en la edición de septiembre de 2023 de Daibyakurenge).


[29] ↑ SL, cap. 16, pág. 223.

[30] ↑ Cinco caracteres del daimoku: Myoho-renge-kyo se escribe con cinco ideogramas chinos. Nam-myoho-renge-kyo se escribe con siete, pues nam o namu suma dos caracteres. Sin embargo, el Daishonin a menudo usa ambos términos como sinónimos en sus escritos.

[31] ↑ OTT, págs. 125-127.

[32] ↑ La herencia de la Ley suprema de la vida, en END, pág. 228.

[33] ↑ Siembra, maduración y cosecha: También llamados «tres beneficios». La siembra se refiere al acto de enseñar a los seres que poseen las semillas de la budeidad de manera inherente, y de alentarlos a que crean en ello. La maduración denota el acto de transmitir diversas enseñanzas que gradualmente incrementan la capacidad de los seres y su comprensión del budismo. La cosecha es la acción que les permite, con el tiempo, liberarse del sufrimiento y lograr la iluminación.

[34] ↑ El verdadero aspecto de todos los fenómenos, en END, pág. 406.

[35] ↑ Véase El comportamiento del devoto del «Sutra del loto», en END, pág. 803.

[36] ↑ Revista CG, n.º 222, octubre de 2023, sección «Especial».

[37] ↑ Las bases para manifestar la budeidad, en END, pág. 786.

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