El Departamento de Estudiantes (3/3)


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Desde el comienzo, emprendí mis estudios porque quería dominar el budismo y lograr la Budeidad, y también salvar a las personas a quienes debía mi gratitud. Siento que, en el camino hacia el logro de la Budeidad, invariablemente suceden hechos que nos llevan a dar la vida, y que es a través de ellos como podemos llegar a ser budas.[21]

Saldar las deudas de gratitud

Cuando el Daishonin fue sentenciado al exilio en la isla de Sado,[22] algunos de sus seguidores, por ignorancia o por miedo, comenzaron a dudar de que él fuese, realmente, el devoto del Sutra del loto.

En El destierro a Sado, escribe que su motivación para estudiar el budismo y buscar el camino de la budeidad era saldar sus deudas de gratitud.

El Daishonin, al abrirse paso hacia su propia iluminación, anhelaba abrir el camino a la iluminación de todas las personas del Último Día de la Ley. Pues esa es la forma –nos dice– de corresponder a todos aquellos con quienes tenemos una deuda de agradecimiento. Las persecuciones que soportó no fueron más que el resultado de su esfuerzo por despejar el camino hacia la iluminación universal. No puede haber duda de ello.

El kosen-rufu es una eterna lucha espiritual contra el Rey Demonio del Sexto Cielo,[23] la función que busca controlar, dominar y oprimir la vida de la gente. Por eso, el Daishonin dice que, en el camino hacia el logro de la budeidad, uno llega a ser un buda cuando lucha con la postura de «dar la vida».[24] Cuando afrontamos valientemente las dificultades que se nos presentan, podemos extraer de nuestro interior sabiduría ilimitada e infinito amor compasivo. En otras palabras, revelar el estado de budeidad. 

Es importante que apoyemos y alentemos con todo el corazón a los compañeros de fe, en nuestro liderazgo para impulsar el kosen-rufu. Cumplir la misión del bodisatva Sabio Universal requiere comprometernos con el gran juramento de propagar la Ley Mística.

No extraviarnos en nuestro propio laberinto

El filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955) deploraba que, en los tiempos modernos, la gente hubiera perdido el rumbo en la vida:

Por un lado, vivir es algo que cada cual hace por sí y para sí. Por otro lado, si esa vida mía, que sólo a mí me importa, no es entregada por mí a algo, caminará desvencijada, sin tensión y sin «forma». Estos años asistimos al gigantesco espectáculo de innumerables vidas humanas que marchan perdidas en el laberinto de sí mismas por no tener a qué entregarse.[25]

Aun hoy, muchos se pierden en las trampas de lo que Ortega describe como el laberinto del egoísmo.[26] También se aprecia una creciente tendencia al aislamiento del individuo ante los demás, lo cual incrementa su sensación de impotencia y su estado de vida se empequeñece.

Los miembros de la Soka Gakkai tenemos un noble objetivo al cual consagrar la vida: el kosen-rufu. Los miembros de nuestro Departamento de Estudiantes, que practican la Ley Mística, sienten la radiante satisfacción de saber que están dedicando su juventud a una gran aspiración, que su vida irradia dignidad, buena fortuna y beneficios.

En El destierro a Sado, que escribió mientras estaba cautivo, antes de su exilio, el Daishonin enseña a un seguidor que vivía en Awa –su provincia natal– que dedicar la vida al gran juramento de propagar la Ley es saldar la deuda de agradecimiento que nos une a los demás.

Confío en que los miembros del Departamento de Estudiantes, directamente unidos al Daishonin, sigan poniéndose de pie en defensa de la felicidad de la gente, durante el resto de su vida. Nunca permitan ser lo que el Daishonin llamó «animales talentosos».[27] No busquen el conocimiento para volverse arrogantes ni para menospreciar a las personas sencillas, honradas y trabajadoras. No ocasionen problemas con sus compañeros de fe por celos, resentimiento o interés personal, que los conduzcan a tener que dejar la organización del kosen-rufu. Cuando la gente olvida el agradecimiento, pierde el rumbo.

Nunca permitan ser lo que el Daishonin llamó «animales talentosos». No busquen el conocimiento para volverse arrogantes ni para menospreciar a las personas sencillas, honradas y trabajadoras.

Por eso les pido: vivan todos con gratitud, como dicta el verdadero camino de la humanidad, y construyan una existencia plena donde no tengan nada que reprocharse.

El anhelo compartido de una época de paz

Una vez, le preguntaron al célebre físico Albert Einstein (1879-1955) si pensaba que ocurriría otra gran guerra en Europa, y él respondió: «Si no hacemos nada, podría suceder. El punto no es “qué esperamos”, sino “cómo actuamos”. La paz mundial será posible con la organización debida y los ideales correctos».[28]

Desde esa perspectiva, adquiere mayor importancia aún el esfuerzo que hagan ustedes, los miembros del Departamento de Estudiantes, por «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra» como ideal del Daishonin, inspirados en la decisión de hacer que el siglo XXI sea un siglo de paz.

En los primeros días de nuestro movimiento, dije una vez a los jóvenes de esta agrupación: «El Departamento de Estudiantes se fundó para permitirles a ustedes liderar el camino hacia la victoria del pueblo, para el pueblo y por el pueblo».

Cuando en cada campo de la sociedad haya líderes sabios y valientes que asuman un activo papel en el escenario de su misión, se abrirá la gran era de la victoria del pueblo. Este fue el deseo de los primeros tres presidentes de la Soka Gakkai.

Renovar el desafío en bien del kosen-rufu

En junio de 1978, cuando llovía sobre nosotros una tormenta de ataques dirigidos por fuerzas que buscaban cortar los lazos de maestro y discípulo, escribí la letra de «Adelante, en pos del kosen-rufu», la canción del Departamento de Estudiantes de Japón. En ese momento, también ofrecí tres guías a sus miembros: 1) Todos ustedes son valores humanos; 2) Todos ustedes son estudiantes con una gran misión; 3) Las actividades de su departamento son un entrenamiento para que se desarrollen como líderes de nuestra época.

Aún recuerdo vivamente a los jóvenes estudiantes cantando con entusiasmo «Adelante, en pos del kosen-rufu» una y otra vez, en la reunión en que se presentó formalmente la canción.

Con el sentimiento de quien pasa el testigo del maestro a los discípulos, quisiera volver a cantarla una vez más junto a ustedes:

En este gran río que fluye impetuosamente,
conversemos bañados por plateadas olas.
En este barco que hará historia, amigos míos,
naveguemos juntos, adelante, hacia el kosen-rufu

Una red global de bodisatvas Sabios Universales

Espero que todos ustedes, cuya vida irradia sabiduría universal, procuren expandir nuestro círculo de amistad mientras cumplen su responsabilidad de proteger al pueblo como «bodisatvas Sabios Universales». Atesoren su juramento del remoto pasado y, por favor, construyan una red global de sabiduría y de valor para promover más la grandiosa labor del kosen-rufu mundial. A ustedes, los bodisatvas Sabios Universales de la Soka, les confío el futuro entero.

(Traducción del artículo publicado en la edición de junio de 2019 del Daibyakurenge). |


[21]END, pág. 211. Nichiren Daishonin redactó este texto en octubre de 1271, encontrándose en Echi, provincia de Sagami (en lo que hoy es la prefectura de Kanagawa). La carta, dirigida a un conocido del templo Seicho-ji, esclarece que sufrir persecuciones que hacen peligrar la vida, en nombre de la Ley, nos garantiza el logro de la budeidad.

[22]Exilio a Sado: Exilio o destierro de Nichiren Daishonin en la isla de Sado, situada en el mar del Japón, inmediatamente después de la persecución de Tatsunokuchi, que se extendió desde el 12 de septiembre de 1271 hasta marzo de 1274. En los dos años y cinco meses que el Daishonin estuvo desterrado en Sado, sufrió la falta de comida y de ropa para abrigarse, y vivió bajo constante amenaza de los seguidores del Nembutsu. Sin embargo, en este período turbulento, escribió muchas obras importantes; entre ellas La apertura de los ojos y El objeto de devoción para observar la vida, y dio aliento crucial a sus seguidores.

[23]También conocido como Rey Demonio o demonio celestial. Soberano de las funciones demoníacas, que habita en el sexto cielo del mundo del deseo, el más alto de todos. También se le llama “El Que Goza Manipulando a Su Voluntad el Producto de las Cosas Conjuradas por Otros”, el rey que utiliza a su placer el fruto del esfuerzo ajeno. Asistido por incontables funciones subsidiarias, obstruye la práctica budista y disfruta consumiendo la vitalidad de otros seres, como manifestación de la oscuridad fundamental inherente a la vida humana. Este Rey Demonio personifica la tendencia negativa a imponer la propia voluntad sobre los demás a cualquier precio.

[24]END, pág. 211.

[25]ORTEGA Y GASSET, José: La rebelión de las masas, Barcelona: Ediciones Altaya,, 1993, págs.157-158.

[26]Véase ib., pág. 158.

[27]END, pág. 272.

[28]BRIAN, Denis: Einstein: A Life (Vida de Einstein), Nueva York: John Wiley & Sons, 1996, pág. 206.

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