Jóvenes fénix · A los miembros del Departamento Futuro de la SGEs
¡Hola, compañeras y compañeros!
¡Feliz año nuevo! ¡Feliz «Año del vuelo impetuoso hacia una Soka Gakkai juvenil en todo el mundo»!
Seguro que muchos comenzamos participando en encuentros de gongyo de Año Nuevo. ¿Sabéis por qué los miembros de la Soka Gakkai realizan el gongyo? El maestro Ikeda una vez nos brindó la siguiente explicación:
El gongyo es una actividad diaria en la cual purificamos y preparamos nuestra mente y nuestro corazón. El gongyo de la mañana permite poner en marcha nuestro «motor» para comenzar un nuevo día.
.
Algunas personas tienen motores potentes y otras, más débiles. La fuerza propulsora afecta drásticamente los resultados que obtenemos en el curso de la vida. La diferencia puede ser enorme. Esforzarnos con diligencia en nuestra práctica diaria del gongyo y del daimoku aumenta la potencia de nuestro motor vital.
No hay necesidad de que os presionéis innecesariamente. El budismo existe para liberar a las personas, no para restringirlas. Lo importante es desafiarse poco a poco cada día. La comida que ingerimos diariamente nos da energía para vivir. El estudio también se convierte en un tesoro valioso cuando nos esforzamos a diario. Nuestra vida se crea a partir de lo que hacemos, de cómo vivimos cada día. Por eso, siempre debemos vivir buscando nuestra superación. Y la práctica del gongyo de la mañana y de la tarde es la fuerza motriz que nos permite mejorar.
.
El reto de hacer el gongyo día tras día equivale a una suerte de «entrenamiento espiritual», que purifica y limpia nuestra vida. Pone en marcha nuestro motor interior y nos lleva por buen camino durante cada jornada. La mente y el cuerpo funcionan a la perfección y sincronizan con el universo».[1]
Además, al inicio de cada año Ikeda Sensei solía hablar de la importancia de fijarnos objetivos. Puede que para alguno de vosotros no sea fácil decidir cuáles serían esas metas, pero Sensei ponía ejemplos como: ser capaces de levantarnos solos por la mañana, saludar a la gente con palabras alegres, ayudar en casa, hacer aunque sea un poco de daimoku frente al Gohonzon… Nos decía que estas son aspiraciones básicas, pero muy importantes.
Thomas Edison fue un claro ejemplo de cómo, sin importar lo que pasara o cuántas veces fallara, nunca hay que rendirse. Seguía intentándolo con determinación hasta alcanzar su meta, y por eso fue capaz de idear muchos inventos que hoy nos parecen fundamentales, como la bombilla eléctrica, el teléfono, el fonógrafo… En Un arcoíris de esperanza, Sensei dice:
La luz eléctrica de Edison iluminó la oscuridad de las noches. […] Vosotros, mis jóvenes amigos, que iluminaréis la humanidad en el siglo XXI, tenéis el potencial interior de esforzaros al máximo sin ser derrotados. Cuando tratáis de hacer algo con todas vuestras fuerzas, ese potencial oculto se despierta y surge en vosotros un torrente inagotable de energía.
.
Encontrad algo en lo que sintáis que podéis esforzaros al máximo, ¡y dadlo todo!
.
Cuando decidáis qué queréis hacer y empecéis a esforzaros, vuestros corazones irradiarán una luz clara y potente como la de una hermosa joya.[2]
[1] ↑ IKEDA, Daisaku: «Conversaciones sobre la juventud», Mirai Journal, 1/1/2024.
[2] ↑ IKEDA, Daisaku: Un arcoíris de esperanza, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2022, pág. 55.