Volumen 26
En el volumen 26 de La nueva revolución humana –que leemos este mes– se relata la primera disertación de Gosho llevada a cabo por Ikeda Sensei en el distrito Kawagoe, en Saitama. En este episodio Sensei alienta, con profunda determinación, a los participantes explicándoles que «lo más importante en el camino del kosen-rufu es la valentía»,[1] y para ello se basa en el escrito Sobre las persecuciones acaecidas al venerable.
En un momento en que nos estamos desafiando a romper nuestros límites y mantener cuantos más diálogos podamos con nuestros amigos y amigas en el marco de la campaña «El uno es madre de diez mil», sin falta este aliento adquiere significado especial para nosotros.
Cada uno de ustedes debe armarse del coraje [lit. corazón] de un león rey y jamás sucumbir a las amenazas de nadie. El rey león no teme a las demás bestias, ni tampoco lo hacen sus cachorros. Los que actúan contra la Ley son como zorros que chillan, pero los seguidores de Nichiren son como leones que rugen.[2]
«¿Qué es el “corazón del rey león”? Es el espíritu que animó a Nichiren Daishonin, es su noble afán de conducir hacia el camino de la iluminación a las personas del Último Día de la Ley. Y es, también, el espíritu con que los presidentes Makiguchi y Toda emprendieron la lucha por el kosen-rufu, tal como enseña el Daishonin.
En esta expresión, “león” se escribe con dos caligrafías: la primera significa “maestro” y a esta le sigue otra que representa al “discípulo”; es decir, se trata de una alegoría del lazo que une a mentor y discípulo. En otras palabras, es una alusión al corazón valiente e inexpugnable que podemos extraer de nuestro interior cuando asumimos el mismo espíritu del maestro y nos levantamos con el mismo compromiso.
Cada día me digo: “¡Como discípulo del señor Toda, voy a corresponder a sus expectativas! ¡Escribiré un registro del kosen-rufu que lo llene de orgullo!”. Entonces, de mi interior surge una fuerza que me hace sentir que nada logrará desanimarme, no importa cuán difícil sea la situación.
Quienes tienen presente en todo momento a su mentor en su fuero interior, jamás se descarrilan ni pierden de vista la senda de la felicidad. Cuando llevamos a nuestro maestro en el corazón, no podemos permitirnos caer en la cobardía o tornarnos indolentes, pues está junto a nosotros, ya animándonos e infundiéndonos coraje para que nos desafiemos, para que no nos dejemos llevar por la arrogancia. Podemos engañar a otros, pero no podemos hacer lo mismo con el mentor que llevamos en nuestro corazón.
Contamos con un gran maestro, el presidente Toda. Sin importar dónde se encuentre, quien siempre lleva a su mentor en el corazón es un genuino discípulo».[3]
[1] ↑ IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vols. 25 y 26. Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2022, pág. 471.
[2] ↑ Sobre las persecuciones acaecidas al venerable, en END, pág. 1042.
[3] ↑ IKEDA, op. cit., págs. 476-477.