N.º 236 · Diciembre 2024
Este último número de Civilización Global del año se ha preparado en los días y semanas posteriores a las lluvias torrenciales que, especialmente el 29 de octubre, desencadenaron acontecimientos trágicos en nuestro país. Cuando llegue a las manos de sus lectores, ya habrá pasado algo más de un mes desde las precipitaciones, pero para muchas personas sus consecuencias seguirán siendo una realidad dolorosamente actual, y no podemos menos que dedicar esta introducción a manifestar nuestra solidaridad con ellas. Como expresó desde Valencia Cruz Zanón, miembro del equipo de responsables de la región Mediterránea de la SGEs, al informar sobre la vivencia de la crisis por parte de los miembros locales de la organización, el budismo enseña que el sufrimiento de uno es el sufrimiento de todos. El informe continuaba diciendo:
Igualmente, la alegría de uno es la alegría de todos. Por eso es tan importante la oración de todos nosotros para poder transformar todo este sufrimiento […].
Las cosas van muy lentas, pero los compañeros van pasando del miedo, la angustia y la desesperación a extraer la fuerza para seguir adelante. La solidaridad de todas las personas es algo maravilloso, y vemos llegar alimentos de todas partes. Varios jóvenes de la Soka están participando en la ayuda humanitaria.
Hemos recibido mensajes de aliento del presidente de la Soka Gakkai, Minoru Harada, y de Sakae Takahashi y Suzanne Pritchard, asesora y copresidenta de la SGI de Europa respectivamente. Los hemos ido transmitiendo personalmente a los miembros, y a la vez les hemos hecho saber del daimoku y la preocupación de todos los compañeros de España. Todo esto les ha emocionado profundamente. […]
Nichiren Daishonin escribió: «Cuando ocurre un gran mal, sobreviene un gran bien. […] ¿Acaso tienen algo de que lamentarse?».[1] Daisaku Ikeda amplificó esta convicción al afirmar que no es suficiente con superar un gran mal o un gran infortunio, sino que podemos y debemos transformarlo en un gran bien, en una gran fuente de buena fortuna.[2]
En una reunión general extraordinaria de la mencionada región Mediterránea, que se realizó telemáticamente tras la DANA, el director general de la SGEs Enrique Caputo compartió también unas poderosas palabras de Ikeda Sensei. Sí bien originalmente fueron dedicadas a los miembros de la Soka Gakkai de Tohoku tras el terremoto y el tsunami que asolaron esta región de Japón en marzo de 2011, vehiculan un aliento de alcance universal ante catástrofes como la vivida: «Nada puede destruir los tesoros del corazón […]. ¡No sean vencidos! ¡Tengan coraje! ¡Tengan esperanza!».[3]
Este último número de Civilización Global del año se ha preparado en los días y semanas posteriores a las lluvias torrenciales que, especialmente el 29 de octubre, desencadenaron acontecimientos trágicos en nuestro país […], y no podemos menos que dedicar esta introducción a manifestar nuestra solidaridad.
En este número de CG, el escenario pos-DANA se menciona explícitamente en algunas secciones, además de este artículo. Pero, más allá de que otros contenidos se redactaran con anterioridad, o bien se centren necesariamente en temas que precisan una atención acotada, ese mensaje de esperanza y coraje invencibles pretende impregnar el conjunto de la revista.
Deseamos, más que nunca, que su lectura inspire diálogos revitalizadores.
[1] ↑ El gran mal y el gran bien, en END, pág. 1165.
[2] ↑ Véase la revista CG, n.º 234, octubre 2024, sección «Este mes».
[3] ↑ IKEDA, Daisaku: «¡No sean vencidos! ¡Tengan coraje! ¡Tengan esperanza!», Seikyo Shimbun, 16/3/2011.