N.º 204 · Abril 2022
Con la meta de llegar a manos de sus lectoras y lectores en tiempo y forma, los contenidos de los respectivos números de esta revista se cierran, necesariamente, con anticipación al final de cada mes. El mes pasado, esto significó hacerlo cuando el mundo contenía la respiración ante la creciente tensión en torno a un país, Ucrania, que desde España no podemos dejar de sentir cerca.
La preparación de este nuevo número ha tenido lugar ya en paralelo al estallido de algo que no queríamos creer que fuera a ocurrir, y a su prolongación y recrudecimiento. Nos gustaría que para cuando la edición impresa salga de imprenta y se distribuya, y la edición digital se publique, haya terminado. Sea como fuere, sus consecuencias ya han sido devastadoras, y no hemos querido que la conmoción, la tristeza, la indignación, la solidaridad ni la determinación que ha provocado dejaran de reflejarse en las diversas secciones y espacios de esta revista.
No hay barbarie que se compare con la guerra. No existe nada más cruel.
Nada es tan preciado como la paz. Nada produce tanta felicidad. La paz es el punto de partida fundamental para el avance del género humano.
La gran revolución humana de un solo individuo puede generar un cambio en el destino de un país y, más aún, propiciar un cambio en el rumbo de toda la humanidad
Los miembros del Departamento de Jóvenes de la SGEs, que durante estas semanas han estado liderando unas conmemoraciones del 16 de marzo que se han tornado aún más significativas, nos han recordado en «De pie y de paz» estos pasajes capitales de la obra de Daisaku Ikeda –uno de los cuales encuentra reflejo en la placa principal del monumento fotografiado para la portada de este número–.
También los mensajes y el discurso recogidos en «Punto de partida» y «Este mes», secciones para la cuales se ha reservado un espacio más extenso de lo habitual, reafirman el enfoque y la actitud con las cuales podemos afrontar este presente convulso con base en el humanismo budista. «Para dialogar» reproduce, a su vez, algunos fragmentos de estos escritos de orientación con la meta de que inspiren a los participantes en las reuniones de diálogo de la SGEs en abril a profundizar su convicción transformadora.
«Mi historia», que este mes podría haberse llamado «nuestra historia compartida», ilustra lo anterior a través de la experiencia real de dos (o tres, en realidad) vecinas, amigas, compañeras de fe. Y, si esto muestra cómo «la fe equivale a la vida cotidiana», encontramos algunas pinceladas de cómo «el budismo se manifiesta en la sociedad» en la sección –se excusará la redundancia– «En sociedad», que presenta casi a tiempo real una serie de iniciativas solidarias motivadas por la crisis humanitaria desencadenada el 24 de febrero; y también en «Actualidad».
Las otras dos secciones de este número de Civilización Global, «El brillante camino del kosen-rufu mundial–Aprendiendo de La nueva revolución humana» y «Estudio mensual», presentan nuevas entregas de las series que vienen publicando, cuyos contenidos complementan desde otras perspectivas los expuestos hasta aquí.
De todos ellos deseamos una motivadora lectura.