Examen de Introducción al Budismo


En la SGEs


Participantes en el examen de Introducción al Budismo en el Centro Cultural Soka, en Rivas-Vaciamadrid | Foto: Civilización Global

Tras la celebración del examen de budismo de Grado II en la SGEs (véase la noticia en la entrega anterior de esta sección), el domingo 27 de noviembre más de doscientos miembros y unos cuarenta simpatizantes de la SGEs realizaron el examen de Introducción al Budismo (o Grado I) en treinta y cinco lugares de la geografía española.

Las palabras de los postulantes reflejan el júbilo y el agradecimiento con que participaron. «Hoy he sentido que lograba superar un desafío, y he vivido una gran celebración», señaló una. Otro expresó: «He disfrutado mucho y he terminado el examen con un sentimiento de gran victoria, y de alegría por mí y por los compañeros».

Si bien –de acuerdo con la afirmación presente en los escritos de Nichiren Daishonin de que, «a medida que avanza la práctica y mejora la comprensión, comienzan a surgir los tres obstáculos y los cuatro demonios» (END, pág. 525)– diversas personas hicieron frente a retos en el camino hacia el examen, el espíritu de lucha afloró y, basándose en lo estudiado, lograron vencer las dificultades. Las experiencias de estos aspirantes demuestran que el valor de la participación en los exámenes organizados por la Soka Gakkai va mucho más allá de las calificaciones que se puedan obtener.

La preparación también permitió ahondar, según destacaron los examinados, la comprensión de que la budeidad no es algo ajeno a las vidas de las personas comunes y de que la experiencia de adversidades responde al principio de «asumir voluntariamente el karma apropiado», para lograr transformarlo y cumplir la propia misión.

Algunas personas manifestaron también que adentrarse en la biografía de Nichiren Daishonin fue decisivo para tomar contacto con su humanidad y captar que «soportó persecuciones en bien de las generaciones futuras» sin nunca rendirse.

En un mensaje enviado para la ocasión, Daisaku Ikeda invitó a los participantes: «A través de sus escritos, [el Daishonin] nos muestra un camino claro para la concreción de la felicidad de cada individuo y la paz global. […] Por favor, a partir de ahora también, continúen cada día estudiando y grabando en sus vidas su enseñanza y avancen con la convicción de que el estudio budista es un precioso tesoro.  Les pido que tengan el orgullo de abrazar y seguir profundizando este “tesoro del estudio” que nos permite crecer constantemente como valores humanos».

«¡Ya estoy deseando presentarme al Grado II!» fueron palabras de una participante, representativas de un espíritu ampliamente compartido en la senda de la revolución humana.

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