Jóvenes fénix · A los miembros del Departamento Futuro de la SGEs
¡Hola, compañeras y compañeros!
Esperamos que estéis pasando un magnífico y significativo descanso escolar y que estéis disfrutando de la búsqueda de vuestro talento singular: dibujar, leer, pintar, cantar, escribir relatos, componer poesía, hacer alguna foto creativa, jugar con pasión al fútbol, patinar, nadar, montar en bici o hacer nuevas amistades…
En esta búsqueda, nos encontramos con estas palabras de Ikeda Sensei que nos transmiten el valor de la cultura en el camino hacia la paz:
El significado básico de la palabra «cultura» es «cultivar».
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El agricultor labora la tierra estéril y logra producir un rico fruto. El espíritu humano es desértico mientras permanece sin cultivar. La cultura lo enriquece y lo nutre, y obtiene el fruto del valor humano. Y la filosofía es esencial en ese proceso.[1]
Uno de los deseos que tenía Ikeda Sensei cuando era joven era fundar un museo para apoyar la creación artística y promover el intercambio y el entendimiento mutuo entre personas de diferentes etnias y nacionalidades. Él pensaba que esta era la manera de lograr unos cimientos más duraderos para la paz. Decía que la exhibición de pinturas y esculturas famosas levantaría oleadas de empatía en los corazones. Así fue como fundó el Museo de Bellas Artes Fuji de Tokio y la Asociacion de Conciertos Min-On.
Min-On ha promovido con éxito intercambios culturales con más de noventa países y territorios. Sensei estaba convencido de que «este gran camino de intercambio cultural para unir a los pueblos es una “ruta espiritual de la seda”».[2]
Con la más profunda convicción en el potencial de cada persona, Ikeda Sensei solía hablar también del poder de comunicación universal que tiene la música.
La música, ese maravilloso lenguaje universal que todos comprenden, en cualquier lugar, debe ser el medio para una mejor comunicación entre los seres humanos. Por eso, hago un llamamiento especial a todos mis compañeros músicos, para pedirles que pongan la pureza de su arte al servicio de la humanidad, para crear relaciones fraternas e iluminadas entre los hombres del mundo entero.[3].
Sensei tocaba el piano, fotografiaba paisajes, flores, y también escribía poemas, todo ello para alentar a las personas con las que se encontraba, y crear estos lazos de unión. Justamente se acaba de publicar de nuevo un libro de poemas de Ikeda Sensei, Cantos de mi corazón, donde podemos leer sus poemas y ver fotos sacadas por él.
Sensei también recordaba infatigablemente la importancia de mantener activa la mente, leer, estudiar, escribir… Y mantenía grandes expectativas hacia el futuro de las jóvenes generaciones.
¡Te invitamos a pensar en cómo tus cualidades creativas y talentos innatos pueden contribuir a la paz!
[1] ↑ IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana. Volúmenes 5 y 6, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2013, pág. 30 (adaptado).
[2] ↑ IKEDA, Daisaku: Ikeda Daisaku zenshu (Obras completas de Daisaku Ikeda), Tokio: Seikyo Shimbunsha, 2003, vol. 134, pág. 459. Traducción indirecta del japonés, disponible en línea.
[3] ↑ La nueva revolución humana, op. cit., pág. 53.