Noelia Fernández · Mungia
Conocí el budismo Nichiren en Italia hace ya 8 años, gracias a una amiga. Cuando regresé a España en 2019, encontré un grupo con el que continuar la práctica.
Al inicio no estaba suscrita a la revista, debido a mi situación económica. Sin embargo, mis maravillosas compañeras siempre me apoyaban para que no dejara de tener acceso a los contenidos que inspiraban las reuniones de diálogo y de estudio, y de ese modo poder prepararme para ellas de la mejor manera.
Paralelamente, en varias ocasiones me animaron a suscribirme, alentándome a confiar en que sería una causa para la superación de mis limitaciones. No estaba tan segura de sus palabras, pero acepté el desafío. Y qué extraordinario lo que ocurrió…
Pocas semanas después me llamaron, contra todo pronóstico, de un trabajo en el que me habían rechazado unos meses antes debido a la pandemia. Así, mi situación económica mejoró notablemente. Y la felicidad que sentí por haber verificado la causalidad de la Ley Mística en mí misma fue increíble.
Puedo decir que en mi vida hay un antes y un después de que la revista empezara a llegar a mi casa puntual cada mes. Cada artículo me ha nutrido y me nutre de manera diferente. Con algunos me he sentido realmente identificada, y me han proporcionado un empujón hacia mis aspiraciones de manera aún más ferviente. En otros artículos he encontrado palabras de aliento, sobre todo en los momentos en los que más desasosiego y dificultad he experimentado.
Las palabras de Daisaku Ikeda, el Gosho y las experiencias de compañeras y compañeros de fe me transmiten mes a mes PAZ, ESPERANZA y CONFIANZA.