Nuestro corazón abarca la totalidad del universo


Recursos para la introducción de las reuniones de diálogo de la SGEs


No hay ningún lugar en los mundos de las diez direcciones al cual no llegue el sonido de nuestra voz cuando entonamos el daimoku [Nam-myoho-renge-kyo]. Nuestra voz podrá parecer insignificante, pero, cuando entonamos el poderoso sonido del daimoku, no hay lugar del universo que no logre penetrar.

↳ Pasaje de Oko Kikigaki (escrito no incluido en WND ni en END), en GZ, pág. 808.

[Nichiren Daishonin] [D]eclara que la recitación del daimoku es tan potente que llega hasta lo más recóndito del cosmos.

Lo importante es que nuestras oraciones estén imbuidas de una poderosa convicción y de la determinación de hacerlas realidad, pase lo que pase. Cuando entonamos Nam-myoho-renge-kyo con seriedad, nuestro daimoku alcanza hasta el último rincón del universo.

A través de una oración profunda, transformamos nuestro estado vital básico, y este cambio repercute en nuestra vida y en nuestro medio ambiente.

Esta es la doctrina de los «tres mil aspectos contenidos en cada instante vital», a la que el Daishonin dio expresión concreta [a través de Nam-myoho-renge-kyo]. Es la ley absoluta de la vida. Es por ello que todo comienza por la oración. […]

Si la oración pasa a ocupar en nuestras vidas un segundo plano y priorizamos el recurso a estrategias o métodos, probablemente nos encontraremos girando en círculo infructuosamente. La victoria suprema queda asegurada cuando oramos con todas nuestras fuerzas como practicantes del Sutra del loto.

Si entonamos daimoku sin foco o determinación reales, nuestras oraciones no se cumplirán. Como practicantes del budismo Nichiren, oremos con seriedad, extraigamos sabiduría y sigamos desafiándonos con coraje y perseverancia, más que nadie.[1]

 

Tres mil aspectos contenidos en cada instante vital (en japonés, ichinen-sanzen): Doctrina desarrollada por T’ien-t’ai, basada en el Sutra del loto. Los «tres mil aspectos» son las características y fases variables que adopta la vida en cada momento. En cada instante, la vida manifiesta alguno de los diez estados. Cada uno de estos diez estados posee en sí mismo el potencial de los diez, lo cual resulta en cien estados posibles. Cada uno de estos cien estados posee los diez factores y opera dentro de cada uno de los tres planos de la existencia, totalizando tres mil aspectos. En otras palabras, todos los fenómenos están contenidos en cada instante vital, y cada instante vital impregna los tres mil estados o aspectos de la existencia, es decir, la totalidad del mundo fenoménico.

 

En el capítulo «La SGI» de La nueva revolución humana, que recrea un acontecimiento del que este mes celebramos el cincuentenario,[2] Daisaku Ikeda cita otra frase del escrito del Daishonin comentado en esta sección:

Para concretar la paz duradera necesitamos cultivar en los corazones el amor compasivo por todos los seres, que parte del principio budista de atesorar la vida por encima de todas las cosas. Principio que se basa a su vez en el reconocimiento de que toda persona posee inherentemente el estado de vida supremo y sin par de la budeidad. Este proceso es lo que llamamos kosen-rufu.

Nichiren Daishonin enseña: «Es seguro que, con el tiempo, la amplia propagación de la Ley [kosen-rufu] se logrará en todo Jambudvipa [el mundo entero]».[3] De esta manera, declara que el kosen-rufu mundial es definitivamente posible. Sin embargo, esto no significa que simplemente podamos sentarnos a esperar que ello suceda. El impetuoso avance del kosen-rufu solo puede ocurrir si quienes practican las enseñanzas del Daishonin se esfuerzan seriamente para hacer realidad su predicción.

Por lo tanto, debemos levantarnos como protagonistas de este emprendimiento, y tomar conciencia de nuestra invaluable misión. Esto es lo que significa levantarse como Bodisatvas de la Tierra. Cuando lo hacemos, empezamos a transformar nuestro estado de vida, construimos una felicidad indestructible y experimentamos una existencia colmada de alegría. El budismo enseña que en nuestros corazones existe todo el universo.[4]

 

Grupo Ichinen | Foto enviada por Erica Dunezat

Este grupo de diálogo de la SGEs en Terrassa puso en valor, una vez más, el principio budista que evoca su nombre y que se resume en esta sección. Determinados a dar expresión concreta al agradecimiento hacia su maestro, en noviembre celebraron el ingreso de tres nuevos valores humanos, incluido un joven. Con ello, alcanzaron su meta de tener representantes activos de los cinco departamentos, un logro que festejaron en esta reunión de diálogo de diciembre.

Envío de imágenes a: prensa@ediciones-civilizacionglobal.com


[1]IKEDA, Daisaku: «Todo comienza por una oración imbuida del juramento que comparten el maestro y el discípulo», revista CG, febrero 2022, sección «Estudio mensual» (adapt.).

[2]Léase sobre ello tb. en otras secciones de este número, especialmente «Año Nuevo» y «Nueva revolución humana».

[3]Oko Kikigaki, en GZ, pág. 816.

[4]IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vols. 21 y 22, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2020, págs. 9 y 10.

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