Desde el Departamento de Mujeres Jóvenes de la SGEs
¡Queridas amigas! Han pasado apenas unas semanas de las magníficas «Asambleas de la Alegría Soka» que celebramos en toda España, y este mes de julio las mujeres jóvenes queremos volver a reunirnos para alentarnos y conmemorar la fundación de nuestro departamento, el 19 de julio de 1951. ¿Sabíais que la primera de las cinco guías eternas del grupo Ikeda Kayo-Kai –que Ikeda Sensei nos encomienda a grabar en nuestro corazón– es «ser un alegre sol de felicidad»? De un mes a otro, se repite la idea de alegría, pero… ¿de qué hablamos realmente cuando hablamos de alegría y felicidad?
Como nos explica nuestro maestro, la felicidad no depende de las circunstancias en las que nos encontremos o en las que hayamos nacido. De hecho, podemos estar en una situación cómoda y desahogada, pero sentirnos tristes y vacías por dentro. La alegría, en el budismo Nichiren, no es algo superficial, sino algo que proviene de la fe; es el júbilo de extraer sabiduría para afrontar y transformar la realidad en la que estamos inmersas. Como dice Sensei: «La esperanza y la alegría no son cosas que uno deba esperar desde afuera o de otros. En cambio, generen ustedes mismas esperanza y alegría, y bríndenselas a los demás. Las jóvenes que eligen vivir de esta manera son realmente fuertes».[1]
En otras palabras, es una alegría que se genera de dentro hacia fuera, y que proviene de la valentía de ponerse en acción por propia voluntad, con la profunda confianza de que somos capaces de transformar cualquier situación, y que también los demás lo son.
«Nuestro gran juramento por el kosen-rufu es el origen de una alegría rebosante que nos insta a actuar por propia voluntad. Hay alegría en conocer la magnífica enseñanza de la Ley Mística, y en despertar en nosotros mismos un profundo sentido de la misión sin que nadie nos obligue o nos presione. Porque “nos desborda la alegría”, no podemos menos que hablar con los demás sobre Nam-myoho-renge-kyo y “proclamar sin concesiones” el poder de la Ley Mística a quienes nos rodean».[2]
Seguramente, no es casualidad que en la primera guía que nos dedica nuestro maestro nos exhorte a sacar alegría allí donde estemos. Y lo mejor de todo es que se propaga a nuestro alrededor:
«El Daishonin escribe que alguien que se regocija hace que otro también experimente júbilo. La alegría genera una reacción en cadena. El daimoku lleno de alegría, las experiencias de fe llenas de alegría y las voces llenas de alegría reverberan de un individuo a otro y crean una onda expansiva que se extiende a dos, tres, cien y muchas personas más».[3]
De cara a nuestros encuentros, ¡saquemos nuestra voz resonante para invitar a cuantas más amigas posible, y propaguemos así la onda expansiva de la alegría verdadera y la valentía inquebrantable!
[1] ↑ IKEDA, Daisaku: El juramento de Ikeda Kayo-kai, suplemento especial de Civilización Global, pág. 15.
[2] ↑ IKEDA, Daisaku: A mis queridos amigos del Departamento de Jóvenes, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2023, págs. 66-67.
[3] ↑ Ib., pág. 67.