Para el Departamento de Mujeres Jóvenes
Desde la histórica fundación del Departamento de Mujeres Jóvenes, el 19 de julio de 1951, un encargo de los maestros acompaña a las jóvenes: «¡Por favor, convertíos en personas felices!».[1]
Pero… ¿dónde se encuentra la verdadera felicidad? No está en un lugar distante, sino dentro de nuestra propia vida. Tal como afirma Daisaku Ikeda: «El diamante de la felicidad solo se revela cuando, con gran esfuerzo y persistencia, nos abrimos paso entre los profundos quebrantos de la realidad. No se halla en la búsqueda indolente de diversión y de placer, ni en el ideal vano de una vida fácil. Dicho de otro modo, es dentro de nosotras donde, en definitiva, encontraremos la desdicha o la felicidad».[2]
Al mismo tiempo, es una ilusión pensar en ser feliz sin procurar aportar valor a nuestro ambiente, ya que, como les dijo Ikeda Sensei a las jóvenes en una ocasión: «La mayor satisfacción y alegría se encuentran en difundir las enseñanzas del Daishonin. Espero que, a lo largo de la vida, cada una de vosotras persevere en esta empresa sagrada llamada kosen-rufu, mientras concretáis vuestra propia felicidad».[3]
El diamante de la felicidad solo se revela cuando, con gran esfuerzo y persistencia, nos abrimos paso entre los profundos quebrantos de la realidad. No se halla en la búsqueda indolente de diversión y de placer, ni en el ideal vano de una vida fácil. Dicho de otro modo, es dentro de nosotras donde, en definitiva, encontraremos la desdicha o la felicidad.
También Josei Toda recalcaba la importancia de vivir toda la existencia sin apartarnos de la práctica. Solía decir que «las actividades de Gakkai son el atajo, la ruta directa a la felicidad».[4] Lo cierto es que, cuando nos esforzamos en pos del kosen-rufu sin escatimar la vida, una felicidad desbordante brota de lo más profundo de nuestro ser y, a través de este empeño, acumulamos beneficios ilimitados. «Si practicáis el budismo del Daishonin», afirmó Toda Sensei, «la felicidad será una certeza para todas vosotras. Sed personas de noble dignidad interior. Vivid orgullosamente vuestra existencia como honorables miembros de la Soka Gakkai».[5]
Cuando nos desafiamos dentro del movimiento de Soka Gakkai, nos comprometemos definitivamente con nuestra propia felicidad y con la de los demás. «El solo hecho de crear lazos con el supremo remanso de amistad que es la SGI representa un camino que, tarde o temprano, desembocará en la felicidad absoluta», afirma Sensei en la publicación dedicada a las jóvenes, El camino de la sabiduría; y añade: «Con esa convicción inamovible, por favor, trabajad junto a vuestras compañeras de Kayo-kai para extender por todo el orbe esta brillante red de soles e iluminar el futuro plenamente».[6]
En este mes en que conmemoramos la fundación del Departamento de Mujeres Jóvenes, ¡alcemos aún más el vuelo hacia la felicidad absoluta, viviendo orgullosamente como discípulas de Ikeda Sensei y, al mismo tiempo, brindemos felicidad a los demás!
[1] ↑ IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vols. 1 y 2, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2023, pág. 360 (texto adaptado).
A[2] ↑ daptado de IKEDA, Daisaku: La sabiduría para ser feliz y crear la paz. Parte 1: La felicidad, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2021, pág. 11.
[3] ↑ IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vols. 1 y 2, op. cit., pág. 361 (texto adaptado).
[4] ↑ IKEDA, Daisaku: El juramento de Ikeda Kayo-kai, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2017, pág 16.
[5] ↑ Ib., pág. 17.
[6] ↑ IKEDA, Daisaku: El camino de la sabiduría, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2025, pág. 9.