Encabezada por el presidente Harada
Apenas dos semanas después de su memorable visita a Europa (véase la entrega anterior de esta sección), el 26 de mayo el presidente de la Soka Gakkai, Minoru Harada, inició una nueva gira. En esta ocasión encabezó una delegación que viajó a la República Popular China para conmemorar el 50.º aniversario de la primera visita de Daisaku Ikeda a ese país, en mayo de 1974. La formaban un centenar de personas, la mayor parte de ellas jóvenes procedentes de diversas áreas de Japón.
El viaje del maestro Ikeda en 1974 representó un importante paso en el camino de acercamiento que había iniciado en 1968, con la formulación de su propuesta de restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Japón y China. Hasta ese momento, la relación entre ambos países era muy tensa, y los sentimientos de oposición al comunismo estaban fuertemente arraigados en Japón.
La propuesta de restablecimiento de las relaciones contribuyó a crear un entorno propicio para la construcción de lazos de confianza, y fue acompañada por numerosas iniciativas lideradas por su propio autor, dedicado de todo corazón a promover la paz y la amistad entre ambos países, y a abrir una nueva era de intercambios entre las personas, con una atención especial a la juventud (puede leerse más sobre ello en el número anterior de esta revista, sección «Nueva revolución humana»).
Con el fin de dar continuidad y ensanchar el camino abierto por Ikeda Sensei, medio siglo después la delegación de la Soka Gakkai tomó parte en actos de intercambio en diversas partes de China. El presidente Harada y otros responsables y miembros de la comitiva mantuvieron reuniones con diferentes autoridades, tanto gubernamentales como académicas. En ocasiones lo hicieron distribuyéndose en grupos.
La delegación fue invitada al país por la Asociación Popular China de Amistad con Países Extranjeros (CPAFFC) y por la Asociación de Amistad China-Japón, que mantiene relaciones con la Soka Gakkai desde la visita de 1974. Significativamente, uno de los primeros eventos en la agenda fue la visita al Museo de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa, en Pekín, donde Harada depositó una corona de flores y ofreció oraciones por las víctimas de la guerra. El presidente de la Soka Gakkai declaró que renovaba su compromiso con el camino de la no violencia legado por su maestro.
En Tianjin, durante una visita de la delegación al Museo en Memoria de Zhou Enlai y Deng Yingchao el 27 de mayo, se descubrió una placa conmemorativa en un bosque de cerezos. El encuentro entre Ikeda Sensei y el entonces primer ministro Zhou, en diciembre de 1974, fue un episodio clave en la distensión entre China y Japón. Tras el fallecimiento de Zhou, el matrimonio Ikeda continuó cultivando la amistad con su esposa, Deng.
El 31 de mayo, en la región autónoma uigur de Sinkiang, miembros de la delegación visitaron las Cuevas de los Mil Budas de Bezeklik, situadas al pie de las Montañas Flameantes, y uno de los centros budistas que florecieron entre los siglos V y VII en la Ruta de la Seda.
Estas actividades son solo algunas entre aquellas en las que participaron miembros de la delegación, que visitaron también otras localidades del extenso país, como Urumqi y Shenzhen. Tras la vuelta del grueso de los integrantes, varios responsables permanecieron en China unos días más para mantener reuniones complementarias con idéntico espíritu, en lugares como Fujian y Shangái.