Mensaje para las reuniones conmemorativas de mujeres
A LAS INTEGRANTES de los departamentos de Mujeres y Mujeres Jóvenes de la Soka Gakkai de España,
Muchísimas gracias por sus enormes esfuerzos diarios.
En medio de estos tiempos de dificultad sin precedentes para la humanidad, ustedes no escatiman ningún esfuerzo en encontrar todas las maneras posibles de alentarse mutuamente. Están haciendo frente a las dificultades en unión con sus compañeras de fe, con el espíritu de «no dejar a nadie atrás». ¡Qué solidaridad más hermosa están creando en nuestra familia Soka en Europa!
También sé muy bien que están impulsando con dinamismo la campaña «1, 2, 3 Be the Light!» (1, 2, 3 ¡Sed la luz!), iniciada por los jóvenes de Europa y apoyada por todas ustedes. Su avance indómito está llevando una brisa primaveral de esperanza y coraje al mundo entero.
El Daishonin escribió a una de sus discípulas: «Nuestra mente es como el agua. La fe débil recuerda el agua turbia, mientras que la fe intrépida es como el agua límpida».[1]
Si la «mente» de la fe es firme y pura, se reflejará en el espejo del Gohonzon y, en concordancia con nuestro «corazón», sin falta podremos transformar todo en victoria y felicidad. Por lo tanto, en el momento crucial, lo que más cuenta es una mente de «fe como el agua límpida» que nos permita tomar acciones valientes sin dudar ni vacilar.
Nosotros tenemos el gran poder de la fe, de modo que no hay sufrimiento o dificultad que no podamos vencer, ni adversidad que pueda cortar los «lazos entre nuestros corazones».
Este año se conmemora el 45.º aniversario desde la publicación de mi diálogo con Arnold J. Toynbee. Hoy en día, aún recuerdo la sinceridad y seriedad con la que las mujeres de la Soka Gakkai de Europa apoyaron la actividad entre bastidores de diversas maneras, incluyendo el pasar a máquina la transcripción de nuestro diálogo.
Al final de nuestro diálogo, la conclusión del Dr. Toynbee fue que el mayor desafío para la humanidad en el siglo XXI sería encontrar la manera de establecer la «dignidad de la vida» como valor universal. Y afirmó que el éxito de nuestro cometido vendría «determinado por la medida en que nuestras acciones se rijan por la compasión y el amor».
Ahora que enfrentamos estos tiempos difíciles, todas ustedes, las mujeres y mujeres jóvenes de Europa, están emprendiendo acciones diarias con constancia y sinceridad, mientras se preguntan continuamente «¿cómo puedo alentar a esta persona?» o «¿cómo puedo hacer sonreír a esta amiga?».
Solo a través del propio comportamiento vemos la clara manifestación de las «acciones que se rigen por el amor y la compasión». Reforcemos aún más nuestras voces de aliento, a la vez que afianzamos más que nunca la fe.
Por favor, tengan la convicción de que, por duro que sea este momento, podrán convertir el veneno en medicina sin excepción y de que, sin ninguna duda, lograrán la felicidad suprema.
Junto con mi esposa, estoy orando fervientemente para que este desastre causado por la pandemia del coronavirus (COVID-19) finalice lo más pronto posible, y por la buena salud y seguridad de sus familias.
¡Permanezcan siempre bien!
Junio de 2020
Daisaku Ikeda
Kaneko |
[1] ↑ Respuesta a la monja laica Nichigon, en END, pág. 1125.