Una nueva partida hacia una primavera de paz para toda la humanidad


A continuación presentamos el mensaje enviado por Daisaku Ikeda a la 13.ª reunión de la sede central para responsables de la Soka Gakkai hacia el centenario en 2030, celebrada en conmemoración del 3 de mayo, Día de la Soka Gakkai y 35.º aniversario del Día de las Madres de la Soka Gakkai, en el Auditorio Toda de Sugamo, Tokio, el 3 de mayo pasado. Entre los participantes en el encuentro estuvieron responsables procedentes de ocho países y territorios, en representación de Europa y Oceanía.


Daisaku Ikeda pronuncia un discurso durante una reunión de la sede central celebrada en mayo de 1999 (Centro en Memoria de Tsunesaburo Makiguchi en Hachioji, Tokio) | Foto: Seikyo Shimbun

Mi maestro Josei Toda asumió la segunda presidencia de la Soka Gakkai el 3 de mayo de 1951, bajo un sol radiante que iluminaba el cielo, la tierra y el corazón de los miembros. Recuerdo vívidamente una escena de esa jornada.

Cuando el acto se acercaba a su fin, mientras el maestro Toda dirigía una canción con dignidad y vigor, la jarra de agua y el vaso que había sobre el estrado chocaron entre sí y se hicieron añicos con gran estruendo. Todos los presentes se sobresaltaron, pero Toda Sensei reaccionó con una sonrisa: «Si el vaso culpara a la jarra y la jarra culpara al vaso, ¿qué sentido tendría? Es como en nuestra práctica budista: lo importante es cultivar un fuerte yo, que nadie pueda destruir. Esto no depende de otros. La fe en el budismo Nichiren nos permite transformar cualquier karma por nosotros mismos».

Cada 3 de mayo, los miembros de la Soka Gakkai, unidos por los lazos de maestro y discípulo, emprendemos una nueva marcha desplegando la energía del tiempo sin comienzo, vibrante y luminosa como el sol. Con optimismo, alegría y unión armoniosa, renovamos nuestros esfuerzos por orientar todo en dirección a la esperanza, el progreso y la victoria, mientras trabajamos juntos para manifestar nuestra budeidad, vasta e indestructible, desde el interior.

Este 3 de mayo de sol radiante, quisiera ofrecer mis sinceras felicitaciones por esta reunión de la sede central para responsables, que se celebra con nobles representantes de Europa y Oceanía, y con todos los miembros de Japón y el mundo que celebran el triunfo de maestro y discípulo.

*

Caligrafías «Melodía de los lirios blancos», «Montaña de maestro y discípulo» y «Compañeros Bodisatvas de la Tierra, fulgurantes como el sol de primavera» | Fotos: Seikyo Shimbun

Hoy, con profundo agradecimiento por los espléndidos y admirables esfuerzos de todos nuestros miembros, quisiera compartir tres obras caligráficas que inscribí tiempo atrás.

La primera, para celebrar el 35.° aniversario del Día de las Madres de la Soka Gakkai, es «Melodía de los lirios blancos».[1]

Toda Sensei a menudo exclamaba al respecto: «¡En un mundo lleno de caras marcadas por expresiones maliciosas y de rumores motivados por la envidia, miren los rostros sonrientes y rebosantes de buena fortuna de las mujeres Soka –cuyas vidas son nobles y fragantes como los lirios blancos– y escuchen sus voces siempre vibrantes y compasivas!».

Estoy feliz de ver que la bella «melodía de los lirios blancos», compuesta tan bellamente por las dedicadas integrantes del Departamento de Mujeres, madres del kosen-rufu, está siendo heredada por nuestras jóvenes en Japón y en todo el mundo, y que resuena jubilosamente en sus vidas.

Desde antaño, los lirios blancos han sido en Europa un símbolo de esperanza y pureza. Se ha dicho que estas flores son «estandartes de justicia» y «maestras de la alegría». Veo en ello una perfecta descripción de la forma en que viven nuestras responsables femeninas, colmadas de buena fortuna y sabiduría, mientras se dedican infatigablemente a la propagación compasiva de la Ley Mística.

Por favor, […] [r]eciban esta caligrafía «Melodía de los lirios blancos» como un obsequio conmemorativo de mi esposa Kaneko y mío, para que se exhiba en el Centro Internacional Soka de la Mujer [situado cerca de la sede central de la Soka Gakkai, en Tokio].

*

La segunda obra caligráfica es «Montaña de maestro y discípulo».

Nichiren Daishonin escribe: «Al igual que el monte Sumeru, imperturbable e imponente en toda su estatura sobre la tierra, se denomina “rey” [o gobernante, o campeón] a aquel cuya presencia se impone en el ámbito de los cielos, la tierra y la humanidad, y jamás da muestras de perturbación».[2]

Los primeros tres presidentes de la Soka Gakkai –unidos por los lazos de maestro y discípulo y por el gran juramento del kosen-rufu, en relación directa con Nichiren Daishonin– han permanecido imperturbables incluso ante las tormentas más feroces, como las montañas del Himalaya, que desde la tierra se proyectan hacia el cielo.

Cuando forjamos en nuestro corazón una inamovible montaña de maestro y discípulo, comprometida con la verdad y la justicia, no hay nada que pueda hacernos tambalear o infundirnos temor. Podemos desplegar la fuerza invencible de la inseparabilidad de maestro y discípulo.

El primer presidente fundador de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, sostenía que las montañas eran lugares que fomentan el desarrollo de la personalidad y el forjamiento de individuos capaces. Es momento de que esta eterna Montaña de Maestro y Discípulo que es la Soka Gakkai dedique mayor energía aún en la forja de los miembros de los departamentos de Jóvenes y Futuro, para que sean pruebas visibles de que «del índigo se obtiene un azul mucho más intenso». ¡Generemos una impetuosa corriente de campeones del humanismo, campeones de la filosofía y campeones del pueblo que se pongan en pie y respondan a las expectativas de la familia global!

*

La tercera y última obra caligráfica que hoy quiero presentarles es «Compañeros Bodisatvas de la Tierra, fulgurantes como el sol de primavera».

Los Bodisatvas de la Tierra surgen voluntariamente en tiempos invernales, en épocas de dificultades sin precedentes, y proyectan a su alrededor una luz radiante, espléndida como el sol primaveral. Interpretan con júbilo la danza indómita del invierno que siempre se convierte en primavera,[3] la danza de la revolución humana, la danza de transformar el karma y de convertir el mundo en un sitio mejor mediante los principios enaltecedores de la vida que propone el budismo Nichiren.

El Daishonin observa sobre el significado de los bodisatvas que «surgen de la tierra»: «“Tierra” se refiere a la tierra del corazón de los seres humanos. “Surgir” indica que, en la época del kosen-rufu, las gentes del mundo entero serán practicantes del Sutra del loto».[4]

Todos somos, intrínsecamente, Bodisatvas de la Tierra, cualquiera sea nuestro género, etnia, cultura e, incluso, religión. Todas las personas ansían encontrarse con la Ley Mística, la ley suprema del universo.

El Sutra del loto señala que incontables Bodisatvas de la Tierra «surgieron, en el mismo instante».[5] Hoy, el kosen-rufu está expandiéndose simultáneamente en todo el planeta; las páginas del Seikyo Shimbun rebosan testimonios de triunfos de «flores humanas» exuberantes y diversas, cada una de las cuales exhibe su esplendor a su manera, única, como lo hacen las flores del cerezo, el ciruelo, el melocotonero y el albaricoquero.[6] Ningún otro diario lleva a los lectores tantas brillantes sonrisas, que son fruto de la confianza mutua y del aliento recíproco.

Persistamos en el diálogo con coraje, alegría y sinceridad, con mayor convicción que nunca en que «la voz lleva a cabo la tarea del Buda».[7] Asimismo, prometamos juntos hacer que «el sonido del maestro y el discípulo que oran al unísono»[8] envuelva nuestro planeta con un corazón abarcador, así como expandir el círculo de compañeros Bodisatvas de la Tierra. De esta forma, traigamos una primavera de buena fortuna y armonía a las vidas de todas las personas, una primavera de creación de valor en la sociedad, y una primavera de paz y convivencia que ilumine a todo el género humano.

Estoy orando de todo corazón para que todos ustedes, mis preciados compañeros de fe en cada lugar, gocen de una existencia larga, sana, segura y protegida, y vivan colmados de buena fortuna y beneficios.

La mañana del 3 de mayo pasado, fotografiada desde la sede central de la Soka Gakkai en Shinanomachi, Tokio | Foto: Seikyo Shimbun

(Traducción del artículo publicado el 4 de mayo de 2023 en el Seikyo Shimbun).


[1] ↑ El lirio blanco es uno de los símbolos del Departamento de Mujeres.

[2] ↑ Caballos blancos y cisnes blancos, en END, pág. 1109.

[3] ↑ Véase El invierno siempre se convierte en primavera, en END, pág. 561.

[4] ↑ GZ, nueva ed., pág. 1161 (GZ, pág. 834). Del «Oko Kikigaki» (Disertaciones registradas), no incluido en los dos volúmenes de WND ni en END.

[5] ↑ SL, cap. 15, pág. 211.

[6] ↑ OTT, pág. 200.

[7] ↑ Ib., pág. 4.

[8] ↑ Ib., pág. 111.

Scroll al inicio