Por Minoru Harada · Para el número de abril de 2024 de Daibyakurenge
Un mes de abril hace setenta años, ante el castillo de Aoba en Sendai, el segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, declaró: «¡El castillo de la Soka Gakkai deberá construirse con valores humanos!».
En esa oportunidad, el joven Daisaku Ikeda le preguntó qué necesitaban los jóvenes para forjarse como verdaderos valores humanos. En respuesta, Toda Sensei enumeró tres cualidades claves: sentido de misión, espíritu de superación y paciencia.
Sin ser conscientes de nuestra misión, no podemos extraer de nuestro interior la fuerza de los Bodisatvas de la Tierra. Sin embargo, eso no es suficiente por sí solo. Para desplegar plenamente nuestro potencial, también necesitamos seguir superándonos continuamente y perseverar en el desafío con paciencia. Estas son guías esenciales, que nuestros jóvenes sucesores deben grabar en su corazón.
Y quienes apoyan y forjan a la juventud deben tener esta misma actitud. Si no crecemos ni avanzamos en nuestras vidas, no podemos cultivar la capacidad de descubrir el potencial en otras personas e inspirarlas.
Es algo que podemos aprender de las acciones de Ikeda Sensei. Pensando en el futuro del kosen-rufu mundial, él siempre estaba a la vanguardia, actuando a tono con este propósito. En medio de su intensa actividad cotidiana, se ocupaba –más que ninguna otra persona– de discernir el potencial de cada individuo, alentarlo y nutrir su capacidad.
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Nunca olvidaré cómo Ikeda Sensei alentó a jóvenes miembros de la Soka Gakkai hace cincuenta años, cuando designó el 28 de abril[1] Día de Ishikawa y Día de Toyama.
Ese día se iba a celebrar una reunión general (conmemorativa del vigésimo aniversario de la Soka Gakkai de Hokuriku) en la ciudad de Kanazawa. Nada más llegar al lugar de celebración del evento, Sensei se dirigió directamente a los miembros del Departamento de Jóvenes que estaban en la zona de recepción y los alentó con la máxima sinceridad.
También escribió una serie de poemas, con la indicación de que fuesen entregados a los jóvenes con quienes no había podido encontrarse en persona. Uno de ellos decía: «Yérguete orgulloso / como el monte Hakuba; / yo también lo haré».[2] Ikeda Sensei tomaba estas iniciativas considerando no solo a los miembros con quienes se reunía ese día, sino también a todos los jóvenes que se habían marchado de la región. Siempre estaba pensando profundamente en qué más podía hacer para forjar y alentar a la juventud. La Soka Gakkai de hoy se ha erigido sobre el cimiento de estos incansables esfuerzos.
Un conocido pasaje de sutra citado por Nichiren Daishonin afirma: «[S]i queréis comprender qué resultados se manifestarán en el futuro, observad las causas que existen en el presente».[3]
Por favor, pregúntense: «¿Me apasiona dedicarme a cumplir mi misión por el kosen-rufu? ¿Tengo la actitud de autosuperarme mientras me esfuerzo junto a la gente joven, y de dar un buen ejemplo? Esta es la fuerza motriz para asegurar que el castillo Soka de maestro y discípulo sea eterno.
Ahora que ha llegado la primavera, cultivemos un exuberante jardín de amistad, tan repleto de flores como los cerezos bañados por el sol, y escribamos heroicos relatos de crecimiento y desarrollo junto a los jóvenes de nuestras comunidades.
(Traducción artículo publicado en la edición de abril de 2024 de Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai).
[1] El 28 de abril es el aniversario de la fecha en que Nichiren Daishonin, en 1253, proclamó Nam-myoho-renge-kyo.
[2] Monte Hakuba: Montaña situada en las prefecturas de Toyama y de Nagano que forma parte de los Alpes japoneses.
[3] La apertura de los ojos, en Los escritos de Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2020, pág. 295.