Una religión centrada en las personas (1/3)


Transmitir al futuro la filosofía de respeto a la vida


Nueva entrega de la serie de disertaciones de Daisaku Ikeda Iluminando el mundo con el budismo del sol.

«Hoy, quiero enunciar claramente mis sentimientos y mi actitud con respecto a los ensayos de armas nucleares, un tema que está provocando un debate candente en todos los sectores de la sociedad».[1] Con estas palabras, el 8 de septiembre de 1957, mi maestro Josei Toda se lanzó a una apasionada declaración ante cincuenta mil jóvenes reunidos en el Estadio Mitsuzawa de Yokohama, bajo un azul cielo otoñal, despejado por el paso de un tifón el día anterior. Su «Declaración para la abolición de las armas nucleares» fue el punto de partida del movimiento pacifista de la Soka Gakkai. Fue solo siete meses antes de su fallecimiento.

En ese entonces, la carrera armamentista de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética era frenética, y ambas partes estaban desarrollando armas nucleares con capacidad de ser detonadas en cualquier punto del planeta. En respuesta a ello, el señor Toda recalcó que el uso de estas armas por cualquier nación era una posibilidad totalmente inaceptable. Expresó su deseo de «arrancar de cuajo» las garras ocultas en la lógica que justificaba la posesión de armas nucleares.

El maestro Toda creía que, por muchos argumentos altisonantes que se esgrimieran en su favor, las armas nucleares amenazan esencialmente el derecho a la existencia de la humanidad y representan el mal absoluto. Por tal razón, deben ser rechazadas de manera tajante. Con admirable visión de futuro, nos urgió a difundir en todo el mundo este pensamiento y a despejar el camino para asegurar que nunca ocurra una catástrofe nuclear. Y nos encomendó esta misión a los jóvenes.

DIFUNDIR EN EL MUNDO EL MENSAJE DE PAZ DEL MAESTRO TODA

Toda Sensei nos dijo: «Espero que, como discípulos míos, heredéis la declaración que estoy a punto de hacer y os esforcéis al máximo en difundir su propósito en el mundo».[2] Y concluyó sus palabras expresando sus grandes expectativas en que nosotros transmitiéramos al mundo entero esa declaración, como primera y más importante de sus instrucciones.[3]

Como joven y fiel discípulo del maestro Toda, me comprometí profunda y poderosamente a hacer realidad su deseo de la abolición de las armas nucleares, y a lograr que su pensamiento al respecto prevaleciera en el mundo.

Cuando me convertí en tercer presidente de la Soka Gakkai, inicié una lucha sin reservas para cristalizar ese ideal compartido entre maestro y discípulo, trabajando codo a codo con mis queridos compañeros de Japón y de todo el mundo. Juntos, hemos construido un movimiento global de base ciudadana para promover la paz, la cultura y la educación, asentado en el principio del respeto a la dignidad de la vida.

En mis diálogos con pensadores y líderes mundiales –que representan una búsqueda de valores universales más allá de todas las diferencias– y en mis propuestas de paz y de desarme presentadas a lo largo de los años, siempre ha resonado en mi corazón la apasionada declaración que mi maestro realizó con cada fibra de su ser.

Ahora quisiera que nuestros jóvenes en todo el mundo se unan para heredar y transmitir al futuro el espíritu que nos encomendó el maestro Toda; es decir, el coraje de usar nuestra voz contra la manifestación del mal en la autoridad, el compromiso de usar nuestra voz en defensa de la vida, y la sabiduría de usar nuestra voz para unir a las personas.

Siempre debemos recordar que el camino esencial para hacer realidad los ideales de Toda Sensei yace en nuestros esfuerzos cotidianos por transmitir y propagar la filosofía budista de la revolución humana.

ERRADICAR LA IGNORANCIA QUE ANIDA EN EL CORAZÓN HUMANO

La paz empieza por ayudar a cada persona a reconocer y desarrollar su potencial más elevado. Ampliar nuestra red de individuos dedicados al diálogo es un proceso que implica activar no solo nuestra propia naturaleza de buda, infinitamente noble, sino también la de la otra persona. Esta es la acción fundamental y el paso más certero para erradicar el mal que representan las armas nucleares.

Nichiren Daishonin escribe: «[L]os seguidores de Nichiren son como leones que rugen».[4]

El Daishonin reveló la gran Ley para superar la ignorancia fundamental[5] que anida en el corazón humano. Sometido a una persecución que amenazaba su vida, se dedicó a difundir la enseñanza correcta en el Último Día de la Ley a través del valiente ejercicio de la palabra, mediante el poder del discurso escrito y oral y la fuerza del diálogo. Su foco siempre fue la felicidad de cada persona y el respeto por la vida. Y su propósito, asegurar la paz en la tierra –es decir, crear un mundo seguro y pacífico– a través de establecer la enseñanza correcta.

El budismo Nichiren es una religión absolutamente centrada en el pueblo. El budismo del sol proyecta su luz de paz y amor compasivo sobre todas las personas, trascendiendo las diferencias y distinciones.

En esta entrega, reafirmemos la importancia del diálogo y el comportamiento respetuoso como requisitos de una religión que aspire a trabajar por la felicidad humana. Para ello, comencemos con un pasaje del tratado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra.

(Continuar leyendo la parte 2/3).


[1] ↑  TODA, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), vol. 4, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1984, pág. 565.

[2] ↑ Ib.

[3]Ib., págs. 565-566.

[4] ↑ Sobre las persecuciones acaecidas al venerable, en END, pág. 1042.

[5] ↑ Ignorancia fundamental: También llamada oscuridad fundamental, se trata de la ilusión más hondamente arraigada en la vida, que da lugar a otras ilusiones. El término denota la incapacidad de ver o de reconocer la verdad suprema de la Ley Mística, así como las pulsiones negativas que surgen de dicha ignorancia.

Scroll al inicio