«Educación para despertar el potencial ilimitado»
«En nuestro interior se esconde un prodigioso caudal de capacidades por desarrollar y utilizar», afirmó Aurelio Peccei en uno de los diálogos que mantuvo con Daisaku Ikeda. Para describir el cultivo del potencial inherente a la vida de las personas, ambos emplearon el término «revolución humana».
Este fue el punto de partida de la intervención de Ana Belén García Varela, subdirectora del Instituto Ikeda, en el marco de la XII Jornada para una Educación Creativa, organizada por el Departamento de Educadores de la SGEs. Con el lema «Educación para despertar el potencial ilimitado», que resuena con la cita, la jornada tuvo lugar el sábado 2 de noviembre en el Campus de la Ciutadella de la Universitat Pompeu Fabra, en Barcelona, y reunió a 121 personas (51 presentes y 70 en línea).
El director general de la SGEs, Enrique Caputo, pronunció unas palabras en la apertura, a la que siguió una primera mesa, con el título «Ser agentes de cambio en una corriente educativa transformadora», que fue aquella en la que intervino García Varela para reflexionar acerca de la educación a partir del legado de Daisaku Ikeda. Posteriormente, Dora Fernández, Laura Peña y Xavier Rubió, del equipo organizador, moderaron un enriquecedor espacio de preguntas y respuestas.
Una segunda mesa tuvo el título «Creando valor: Intervenciones educativas transformadoras». En ella, Miguel Gil compartió una experiencia de implementación del proyecto educativo LÓVA, que hace de la ópera un vehículo de aprendizaje, y Mitsuko Matsumoto presentó una investigación de las prácticas digitales de niños, niñas y jóvenes en TikTok.
A continuación, como es tradición en estas jornadas, los participantes se reunieron en grupos para compartir sus propias experiencias transformadoras y reflexionar sobre el reto de educar en la creación de valor.
Inspirados, entusiasmados y con ganas ya de reencontrarse en próximas oportunidades, los asistentes escucharon a Alain González, responsable del Departamento de Educadores de la SGEs, quien en su alegato de clausura recalcó la importancia de la educación citando a Daisaku Ikeda: «Hay un número de medidas a corto plazo que pueden instrumentarse para combatir la violencia […], pero la única solución viable y esencial a largo plazo está en la educación. No hay más alternativa que educar a las personas para que adquieran los valores humanitarios más elevados y las nociones más correctas sobre la vida, pues así se podrá construir un cimiento de paz y estabilidad para el género humano en esta época de cambio tumultuoso».