Orientación para la SGEs
Dentro de pocas semanas se cumplirán treinta años desde que Daisaku Ikeda pronunciara su segunda conferencia en la Universidad de Harvard, el 24 de septiembre de 1993. Con el título «El budismo Mahayana y la civilización del siglo XXI»,[1] en ella se refirió, junto a otros temas, a la restauración del humanismo.
El maestro Ikeda abordó la cuestión planteándose qué papel puede desempeñar, concretamente, la filosofía budista ante ese reto. Y aseveró que, «[e]n una época de amplio renacimiento religioso, siempre es necesario preguntarnos: ¿Fortalecen las religiones al individuo o, más bien, lo debilitan? ¿Alientan las religiones lo bueno que hay en el ser humano o lo malo que hay en él? ¿Se tornan más o menos sabias las personas, a partir de la religión?».[2]
En este momento histórico, caracterizado por la falta de humanidad que se evidencia en diversos ámbitos de nuestra sociedad, se hace necesaria como nunca una religión centrada en empoderar al ser humano. El budismo Nichiren es una filosofía de transformación interior que fortalece a las personas al máximo, permitiéndoles cultivar el coraje, la sabiduría y el amor compasivo. Los escritos de Nichiren Daishonin constituyen una compilación de enseñanzas para vivir una vida victoriosa; son la fuerza motriz para triunfar en la esfera personal y en la sociedad, prevaleciendo en la lucha contra las funciones divisivas y destructivas y en la contienda por transformar el karma negativo.
En este momento histórico, caracterizado por la falta de humanidad que se evidencia en […] nuestra sociedad, se hace necesaria como nunca una religión centrada en empoderar al ser humano. El budismo Nichiren es una filosofía de transformación interior que fortalece a las personas al máximo.
Cada frase del Gosho[3] está imbuida de ese propósito que motiva al Buda: hacer manifestarse el potencial inherente al ser humano. El deseo intenso y compasivo del Daishonin, como Buda del Último Día de la Ley, es ayudar a sus discípulos y discípulas y a todas las personas a vencer en la vida, y eso es lo que sentimos palpitar enérgicamente en cada una de sus palabras.
En el caso de la Carta desde Sado, escrita por Nichiren Daishonin el 20 de septiembre de 1272, unos cinco meses después del inicio de su destierro en la isla de Sado, no es exagerada la designación como «gosho de la Soka Gakkai». Los tres presidentes fundadores, unidos por los lazos de maestro y discípulo, han puesto en práctica las enseñanzas de este escrito en sus vidas con abnegada dedicación a la fe.
Esta carta, dirigida a Toki Jonin, Shijo Kingo y otros leales discípulos, esclarece el espíritu y la práctica a través de los cuales una persona puede transformar su karma. Con la voluntad de inspirar desde lo más profundo de su corazón a los receptores de la misiva, que estaban soportando una vorágine de persecuciones, el Daishonin se pone a sí mismo como ejemplo. Subraya que la única forma de prevalecer ante circunstancias como la que estaban viviendo es mirar en lo más profundo de uno mismo y extraer el poder de la Ley Mística, tal como él ha hecho. Enseña que nada puede interponerse en el camino cuando maestro y discípulo están unidos espiritualmente.[4]
El fin de semana del 8 y el 9 de julio, en el marco de la Asamblea Ejecutiva de la SGEs –realizada en el Centro Cultural Soka de forma presencial por primera vez después de más de tres años– tuvimos la oportunidad de recibir a los flamantes copresidentes de la SGI de Europa, Suzanne Pritchard y Robert Harrap.[5] Con ellos pudimos dialogar sobre la actitud con la que podemos afrontar las diversas y alarmantes realidades socioambientales actuales.
Ante fenómenos de gran envergadura a los que está haciendo frente la humanidad (guerra, crisis climática, polarización, auge de movimientos políticos de ideología ultra…), es fácil sentirse impotente y tener la percepción de que la tendencia de la sociedad –europea y global– es alejarse cada vez más de la dirección en la que queremos avanzar. ¿Cómo debemos ver estos fenómenos desde el punto de vista de la fe, y cómo podemos compartir nuestro punto de vista con el resto de la sociedad? ¿Cuál es la actitud apropiada al orar y al alentar a los demás para lograr la convicción de que es posible cambiar positivamente el rumbo de la humanidad?
Fortalecer la conciencia de nuestra identidad como Bodisatvas de la Tierra y asumir nuestra misión como tales es la clave invariable de la creación de valor en todas las épocas; como también lo es la convicción de que la esperanza es una decisión, y que podemos cultivarla y transmitirla sean cuales fueren las circunstancias.
Después de celebrar los esfuerzos que condujeron a los maravillosos resultados de las Asambleas de la Alegría Soka,[6] de estudiar juntos la mencionada Carta desde Sado y de compartir experiencias, confirmamos que fortalecer la conciencia de nuestra identidad como Bodisatvas de la Tierra y asumir nuestra misión como tales es la clave invariable de la creación de valor en todas las épocas; como también lo es la convicción de que la esperanza es una decisión, y que podemos cultivarla y transmitirla sean cuales fueren las circunstancias. Esto último vino inspirado por la relectura conjunta de una reflexión de Ikeda Sensei publicada en un libro titulado, precisamente, Hope is a Decision (La esperanza es una decisión) y que recogemos en este número, como señalamos más abajo en este mismo artículo.
Tras las Asambleas de la Alegría Soka, la Asamblea Ejecutiva y las actividades mensuales celebradas en julio, en estas semanas se están realizando cursos de responsables de la SGEs, como escenario para compartir la orientación, las informaciones y el aliento necesarios para acometer las actividades locales por el kosen-rufu durante esta segunda mitad del año. Agosto, en particular, es un mes en el que desde la Soka Gakkai se ha respondido al espíritu de búsqueda tradicionalmente a través de la celebración de cursos de verano, y este año, junto con los dirigidos a responsables, tendrán lugar otros centrados en la forja de valores humanos jóvenes.[7]
Tras las Asambleas de la Alegría Soka, la Asamblea Ejecutiva y las actividades mensuales celebradas en julio, […] por segundo año consecutivo, para los grupos de diálogo de la SGEs que deseen convocar reuniones de diálogo o «encuentros de amistad», esta edición de agosto incluye la sección «Para dialogar» […] con un formato especial.
Además, por segundo año consecutivo, para los grupos de diálogo de la SGEs que deseen convocar reuniones de diálogo o «encuentros de amistad» –como se han dado en llamar aquellos que asumen un formato extraordinario, adaptado a la excepcionalidad del mes–, esta edición de agosto incluye la sección «Para dialogar». Lo hace con un formato especial, vertebrado por la mencionada cita de Hope is a Decision.
Cómo no, este mes también ofrece oportunidades para la reflexión; para el diálogo con familiares y amistades –en algunos casos, gracias a desplazamientos geográficos que posibilitan el reencuentro–, para el aliento personal…
Cómo no, este mes también ofrece oportunidades para la reflexión, para el diálogo con familiares y amistades, para el aliento personal…
En el mensaje que ha redactado con motivo de los cursos de verano europeos, Sensei ha expresado:
Nichiren Daishonin afirma: «El oro se torna más brillante cuanto más se expone al fuego; la hoja de una espada se vuelve más tajante cuanto más se la afila. Y cuanto más uno ensalza los beneficios del Sutra del loto, mayores son los beneficios que recibe».[8] Juntos, sean diligentes en fortalecer su fe más que nunca y compartan la Ley Mística con total confianza, mientras continúan expandiendo la red de esperanza y felicidad. Deseo fervientemente que se respeten de todo corazón y se elogien mutuamente por sus esfuerzos, a la vez que se desafían en estos tiempos de adversidad, y que sus vidas, envueltas por beneficios infinitos e incalculables, rebosen de «la mayor de las alegrías»[9].
Con este espíritu, ¡vivamos el mes de agosto con una renovada y refrescante postura en la fe!
[1] ↑ La conferencia puede leerse en Un nuevo humanismo: Discursos universitarios de Daisaku Ikeda, Guadalajara y Rivas-Vaciamadrid: Instituto Ikeda y Ediciones Civilización Global, 2020, págs. 153-166. También está disponible en línea. Daisaku Ikeda había pronunciado una primera conferencia en la Universidad de Harvard dos años antes, el 26 de septiembre de 1991.
[2] ↑Un nuevo humanismo, op. cit., pág. 160 (adaptado).
[3] ↑ Esta palabra japonesa alude a los escritos de Nichiren Daishonin: con mayúscula inicial, al conjunto; con minúscula inicial y en cursiva, a escritos en particular.
[4] ↑Carta desde Sado puede leerse en END, págs. 319-327.
[5] ↑ Véase, en este número, la sección «Actualidad».
[6] ↑ Ib.
[7] ↑ Concretamente, en la SGEs se celebra un curso para miembros de los grupos Azahar y Soka del Departamento de Jóvenes, y en el ámbito de la SGI de Europa, un curso para representantes del Departamento de Estudiantes y otro de estudio para jóvenes. Paralelamente, los jóvenes de la SGEs que han asumido cargos de responsabilidad organizativa están convocados a los cursos locales de responsables mencionados.
[8] ↑ Los beneficios del «Sutra del loto», en END, pág. 706.
[9] ↑ Véase GZ, nueva ed. pág. 1693.