Jóvenes fénix · A los miembros del Departamento Futuro de la SGEs ·
Entrega de la serie Remonten el vuelo hacia el cielo de la esperanza, por Daisaku Ikeda
ENTRE MIS BUENOS AMIGOS se cuenta el fallecido doctor Linus Pauling (1901-1994), un gran químico que ganó dos veces el Premio Nobel, una vez el de la Paz y otra vez de Química. A este científico, también famoso por sus investigaciones sobre la vitamina C, una vez le pregunté: «¿Existe un remedio que nos vuelva más inteligentes?». El doctor Pauling sonrió y me dijo: «La única receta es esfuerzo y más esfuerzo». Fiel a sus palabras, el doctor Pauling fue un hombre que trabajó muchísimo y que encarnó el espíritu de no ser vencido jamás.
Cuando estaba en cuarto grado, se incendió su hogar, donde también funcionaba la farmacia de su padre; la propiedad sufrió daños muy graves. Para peor, un año después su padre falleció a causa de una enfermedad.
Pese a su tristeza, el doctor Pauling siguió aplicándose a sus estudios al máximo mientras trabajaba media jornada, e incluso cursó una carrera universitaria.
Quienes han pasado por toda clase de dificultades pueden entender mucho mejor la lucha de las demás personas. Cuantas más dificultades experimenten, más podrán alentar a sus amigos. Dicho de otro modo, tener problemas y preocupaciones no necesariamente los hará infelices, pero dejarse vencer por ellos sí lo hará.
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Nichiren Daishonin inscribió el Gohonzon y propagó Nam-myoho-renge-kyo para permitir a las personas superar los obstáculos de la vida y lograr la felicidad genuina, ayudando a otros a hacer lo mismo.
Les dijo a sus discípulos: «Cada uno de ustedes debe armarse del coraje de un león rey y jamás sucumbir a las amenazas de nadie. El rey león no teme a las demás bestias, ni tampoco lo hacen sus cachorros».[1]
Como saben, el león es el rey del mundo animal. Como tal, no tiene miedo a nada, ni siquiera a los animales más feroces. Por mucho que ocurra, siempre avanza intrépidamente.
Cada uno de ustedes posee dentro de sí el valor insuperable de un rey león. Recitar daimoku les permite extraer esa fuerza interna.
Podría decirse que Nam-myoho-renge-kyo es el nombre del corazón invencible del rey león. Cuando a ustedes los llaman por su nombre, naturalmente responden, ¿no es así? Del mismo modo, cuando recitan Nam-myoho-renge-kyo en realidad están llamando al corazón de un león rey. Pueden desplegar valentía, sabiduría, fortaleza para vivir, y amor considerado hacia los demás. Por lo tanto, quienes entonan daimoku pueden hacer brillar y fortalecer su vida al máximo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el fundador de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, se opuso a las autoridades militares y represivas del Japón proclamando: «¡Pónganse de pie sin temor y resistan con convicción, como leones reyes!».
Cuando terminó la guerra, mi maestro Josei Toda, el segundo presidente de nuestra organización y discípulo directo de Makiguchi Sensei, también se armó del valor de un rey león, decidido a erradicar el sufrimiento de la Tierra.
Conocí al señor Toda a mis diecinueve años. Desde entonces, he entonado daimoku seriamente, he superado la enfermedad y he hecho realidad cada uno de los sueños y planes de mi maestro.
Un cachorro de león hereda el espíritu del león rey.
Todos ustedes, quienes van a asumir la responsabilidad del futuro, son cachorros de león sin excepción. Un cachorro de león es fuerte. Un cachorro de león no tiene miedo. Un cachorro de león arremete a toda carga. Un cachorro de león ruge contra la injusticia. Un cachorro de león protege a sus amigos. Un cachorro de león jamás se deja vencer.
Aunque en este momento tal vez no sean los mejores alumnos, o tengan una salud delicada, o en el colegio los maltraten o haya problemas en casa… nada cambia el hecho de que ustedes son pequeños leones. ¡No dejen que ninguna de estas cosas los abrume! Porque un león pequeño, sin falta, algún día se convierte en un gran león.
Aunque en este momento tal vez no sean los mejores alumnos, o tengan una salud delicada, o en el colegio los maltraten […] nada cambia el hecho de que ustedes son pequeños leones. ¡No dejen que ninguna de estas cosas los abrume! Porque un león pequeño, sin falta, algún día se convierte en un gran león.
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A veces, las cosas no salen como uno tenía planeado; otras veces, a uno le falta valor; en ocasiones, sentimos que los problemas nos superan. En el budismo, una mente agobiada por estos pensamientos se compara con un espejo empañado o percudido. Aunque el espejo sea precioso, si el cristal está deslustrado no reflejará correctamente las cosas. Pero si uno frota ese espejo y le quita la suciedad, verá que empieza a resplandecer como una gema brillante.
Lo mismo podemos decir de nuestra mente y de nuestro espíritu. Recitar daimoku es la mejor forma de pulir la mente y el corazón, y de hacer que todo se vea claro. Si recitan daimoku, verán que su vida empieza a brillar. Se sentirán más motivados y llenos de energía, con la mente más clara.
A través del esfuerzo de la SGI, Nam-myoho-renge-kyo hoy se practica en 192 países y territorios del mundo. En esos lugares, hay muchos chicos y chicas como ustedes, que también entonan daimoku.
Aunque hablemos distintos idiomas –japonés, inglés, portugués, español, coreano y muchos otros–, todos recitamos Nam-myoho-renge-kyo. El daimoku es nuestro idioma en común. Incluso en este instante, hay alguien entonando daimoku en algún lugar del planeta.
De la misma manera que las ondas del aire son invisibles pero nos permiten conectarnos y ver lo que hay en la televisión, cuando entonamos daimoku podemos conectarnos unos con otros de corazón a corazón, en cualquier lugar.
Yo estoy haciendo daimoku con toda mi alma por el desarrollo y la felicidad de cada uno de ustedes. Nuestra vida, por tal razón, está unida por los lazos del daimoku. Mi corazón siempre está con ustedes.
Hoy, una vez más, por favor hagan daimoku con optimismo y avancen orgullosamente hacia sus sueños, como genuinos cachorros de león.
Mi sueño más grande con respecto a ustedes, mis amados compañeros del Departamento de Estudiantes de Primaria, es que lleguen a ser grandes leones y cumplan todas sus aspiraciones, mientras cumplen un papel activo en la misión que elijan sobre el gran escenario del mundo. […]
(Artículo extraído del ensayo publicado en la edición del 1 de abril de 2013 de Boys and Girls Hope News). |
[1] ↑ END, pág. 1042.