Unidos en el reto

Por María Teresa Gallego Arjiz

La palabra y su forma impresa son la marca de la humanidad. Son fuerzas capaces de resistir a la violencia y a las armas, y de construir una paz verdadera y perdurable. El kosen-rufu es un movimiento nuevo, humanístico, cuyos objetivos son el triunfo del espíritu, la paz y la felicidad para todas las personas, mediante la expresión oral y escrita.[1]

EN DICIEMBRE DEL 2018, tras la propuesta de comenzar el nuevo año leyendo un volumen por mes de La nueva revolución humana, lo primero que pensé fue: «¡Madre mía! ¡Uno al mes! Ahora que estoy enfrentando estudios universitarios, retos literarios, trabajo a tiempo completo, familia…». Me pareció un verdadero «ochomil».

Sin embargo, ese mismo día, al llegar a casa propuse a mi marido y su hija unirnos en este reto y leer en voz alta cuatro o cinco páginas cada uno al terminar de cenar. Desde el primer momento comprendí que esto sería un entrenamiento para escucharnos, dialogar, estudiar y, sobre todo, acercarnos al corazón de Ikeda Sensei. Así que dejamos atrás los móviles y los silencios para ganar comunicación y viajar a través de la palabra escrita a esos lugares que él nos muestra con una mirada profunda, observadora y sin perder detalle. Y al hacerlo, empezamos a aprender no solo de humanidad, sino también de historia, costumbres, cultura, política, geografía… Hace ya más de un año que mantenemos este ritmo y cada noche ansiamos terminar la cena para encontrarnos en este diálogo compartido.

La esperada sobremesa de la cena: mientras Priyanka lee, Antonio y Teresa (tras la cámara) escuchan

Al finalizar el primer volumen de La nueva revolución humana decidimos ponernos metas. Entre ellas, asumimos una que nos parecía la más difícil. Estaba ligada a una situación que nos habían comunicado recientemente, que afectaba a la vida de nuestra familia y que podía tardar años en resolverse. Unidos los tres, determinamos que tendríamos una respuesta durante ese mismo semestre. Dos semanas después nos comunicaron oficialmente que en menos de seis meses la situación se resolvería. ¡Fue nuestra primera prueba real y victoria familiar a partir del desafío!

Mantener la armonía no siempre es fácil. Mi marido y yo venimos de matrimonios anteriores, con hijos maravillosos pero también con dificultades. Desde que hemos iniciado este reto hemos dado pasos gigantes. Mientras que antes estos obstáculos nos hacían tambalear, ahora la lectura nos da fuerza, solidez y, sobre todo, unión para no caer.

Los objetivos que nos hemos propuesto son: leer todos los volúmenes de La nueva revolución humana al ritmo propuesto por la SGEs, viajar a Japón para visitar la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu en Tokio y, allí, orar con profundo agradecimiento.

¿Cuántas veces hemos escuchado sobre la «alegría ilimitada de la Ley»?[2] Con esta actividad hemos podido percibirla en nuestro día a día y transformar nuestra condición de vida. Solo puedo sentirme agradecida por tan apasionante propuesta. |


[1] IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vols. 7 y 8, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2013, pág. 301.

[2] Véase La felicidad en este mundo, en END, pág. 715.

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